Una de las perfecciones morales es la continencia o vivir con sencillez. En nuestros textos religiosos se ha enfatizado mucho respecto a no apegarse a los deseos terrenales. Durante toda la historia el bello rostro de la continencia y sencillez ha sido trastornado al abandonar a la tradición (sunnah) y el comportamiento (sirah) de los honorables Inmaculados Imâmes (a.s.), así como al exagerar en la explicación del vocablo “continencia”. Según lo dicho por el Imam Musa Ibn Ÿa’far (a.s.): “No pertenece a nosotros aquel que deje su mundo por su religión, o deje su religión por su mundo”.
¿Cuál Escuela o religión estimula al igual que el Islam tocante a la instrucción y al logro del conocimiento, a las relaciones, el progreso y los esfuerzos racionales? Por ello el Islam, desde la perspectiva histórica y respaldándose en las narraciones religiosas, ha mostrado siempre tendencia hacia la modernización. Pero esta modernización no necesariamente es bajo el significado de “modernización occidental”. Modernización, significa renovar cualquier apego tradicional y del pasado.
El punto importante es que el desarrollo y el avance al que se refiere el Islam es: la no seducción del ser humano por los deseos terrenales y el apego al mundo, sino la salvación de éste de las pasiones y concupiscencias.
Una de las perfecciones morales del ser humano son la continencia y sencillez. Nuestros textos religiosos han enfatizado mucho respecto a refutar los lujos terrenales y a la tendencia hacia lo mundano. En el Sagrado Corán Dios Altísimo dice a su honorable Profeta (s.a.w.): «Y no codicies aquello que hemos proporcionado a algunos de ellos, capullo de esta vida mundanal, para ponerles a prueba con ello, pues la provisión de tu Señor es mejor y más duradera».[1]
Los capullos del mundo no fructificarán para nadie. El mundo de la naturaleza es tan frío, que el frío prematuro de ésta llega antes de que los capullos quieran brotar y los hace caer.[2]
Los diversos puntos de vista respecto a la continencia y devoción durante toda la historia, han provocado la manifestación de diversas interpretaciones en el campo de los actos sociales. Por desgracia los entendimientos equivocados de las fuentes religiosas y/o el abandono de la tradición (sunnah) y el comportamiento (sirah) de los honorables Inmaculados Imames (a.s.) ha originado diversas escuelas, que unas han llegado al abuso y otras han sido negligentes, con esto se ha trastornado el bello rostro de la continencia y sencillez, al grado que en ocasiones al escuchar el vocablo zuhd (continencia) en la mente del ser humano se asocia el retiro, la soledad, el rechazo de la gente hacia la cultura, hacia el progreso y el avance, realización de las súplicas y el culto en un lugar tranquilo y lejos de las ocupaciones de la vida, siendo que este significado invierte su valiosa realidad y contamina su significado angelical.
El Imâm As-Sadiq (a.s.) dijo: “La zuhd no significa que destruyan los bienes del mundo, ni tampoco prohíban para sí mismos lo permisible. Sino que zuhd significa que su confianza, en aquello que está con Dios, sea superior a aquello que se encuentra dentro de vosotros mismo”.[3]
Y según lo que dijo el honorable Imâm ‘Alî (a.s.): “En una aleya del Sagrado Corán fue mencionada la continencia ahí donde dice que no se aflijan ni afecten por perder algo, ni se alegren por aquello que les fue dado”.[4]
Por ello la devoción y continencia es apegarse a los asuntos imperecederos, y desesperanzarse de los asuntos perecederos. Alejamiento de aquello con lo que nos encariñamos en el mundo, y acercamiento hacia lo angelical. Es aligerarse para volar en los cielos de las virtudes y en el de los hábitos humanos.
Ahora, ¿acaso el desarrollo, la perfección, la enseñanza, la educación y la prosperidad obstaculizan a la devoción, o la ayudan?
¿Cuál Escuela o religión estimula al igual que el Islam tocante a la instrucción y el logro del conocimiento, a las relaciones, al progreso y a los esfuerzos racionales?
Acaso el honorable Profeta (s.a.w.) no dijo: “Busquen la ciencia aunque se encuentre en China (se refiere a un lugar lejano)”.[5] Y con esto consideró al aprendizaje necesario para todos.[6]
El Imâm ‘Alî (a.s.), en uno de sus dichos, llama a todas las posiciones del mundo ignorancia, fuera de la jerarquía de la ciencia que es luminosidad[7], y directamente menciona el valor y el mérito de la ciencia, el desprecio del mundo y el amor hacia éste.
Pero respecto a la relación entre el Islam y el progreso, debe decirse que dese la perspectiva histórica del Islam siempre se ha mostrado tendencia hacia lo modernizado. Esta modernización no necesariamente es bajo el significado de la modernización occidental. El vocablo modernización se deriva del vocablo latino modernus bajo el significado de “nuevo”. Modernización significa renovar cualquier apego tradicional y del pasado, a pesar de que tiene también algunos aspectos en común con éste. Como ejemplo de un modelo de modernización occidental puede señalarse la tendencia hacia la ciencia en el Islam. La atención en los derechos humanos, el racionalismo, la tolerancia hacia los oponentes y de otras religiones, todas éstas fueron símbolos de la modernización occidental, tuvieron raíces en la cultura islámica y se derivaron de ésta. Otras de las enseñanzas de la renovación occidental del mundo del Islam son los “debates libres” en los campos del conocimiento de la religión y de eludir el dogmatismo.[8]
Pero un punto importante es que el desarrollo y el avance al que se refiere el Islam es: la no seducción del ser humano por los deseos terrenales y el apego al mundo, sino la salvación de éste de las pasiones y concupiscencias.
Según lo que dijo el Imâm ‘Alî (a.s.). “Cualquier ciencia que no sea confirmada y aceptada por la razón, es perdición y desvío”.[9] Cuando dos días de la vida del ser humano sean iguales, desde el punto de vista del Islam es considerado una pérdida y un daño. Este es el mejor significado para el desarrollo y progreso.
Para más información mencionamos algunas narraciones respecto al tema en debate:
Imâm As- Sâdiq (a.s.): “Aquel que está enterado de las exigencias de su época, no se ve atacado por la equivocaciones”.[10]
Imâm ‘Alî (a.s.): “Es meritorio que el ser humano inteligente incremente a sus opiniones la opinión de los sabios, y la sabiduría de los sabios la incremente a su sabiduría”.[11]
Y dijo (a.s.): “El negocio y comercio humano no tiene fin, y los conocimientos del hombre inteligente a través de la experiencia siempre se encuentra en incremento”.[12]
Imâm Musâ Ibn Ÿa’far (a.s.): “No pertenece a nosotros aquel que deje su mundo por su religión, o deje su religión por su mundo”.[13]
[1]– Sagrado Corán 20:131.
[2]– Yawâdî ‘Âmulî ‘Abdul.lah, Interpretación temática del Sagrado Corán, grados de la moral en el Sagrado Corán, p.172.
[3]– Maÿlisî, Muhammad Bâqir, Bihâr ul-Anwâr, t.67, p.310.
[4]– Ídem.
[5]– Rey Shahrî, Muhammad, (Husaîni Saîied Hamîd) – Muntahab Mizân Al-Hikmah, h.4480.
[6]– Kulaînî, Muhammad Ibn Ia’qub, Al-Kâfî, t.1, p.30, h.1.
[7]– Maÿlisî, Muhammad Bâqir, Bihâr ul-Anwâr, t.75, p.321.
[8]– “Bâstâb Andîshe”, Centro de Investigación Islámico de la Radio y Televisión, no.20, p.21.
[9]– Âmudî ‘Abdul Wâhid, Ghurar ul-Hikam, p.384.
[10] – Jarrânî Hasan, Tuhf ul-‘Uqûl, p.356.
[11]– Âmudî ‘Abdul Wâhid, Ghurar ul-Hikam, p.384.
[12]– Ídem, p.42.
[13]– Maÿlisî, Muhammad Bâqir, Bihâr Al-Anwâr, t.1, p.171.