La existencia del Imam de la Época (a.ÿ.) y del imamato de este honorable, es de los debates del imamato especial (imamati jâdih) que para su comprobación no puede directamente beneficiarse del argumento racional, sino que podemos llegar al propósito utilizando el argumento racional en el imamato común (imamati ‘âmah) y la necesidad de la existencia del Imam en todas las épocas así como respaldándonos en las narraciones y los dichos históricos que en esta época hacen al imamato exclusivo del Imam Mahdî (a.ÿ.).
La necesidad de la existencia de un ser inmaculado y una prueba Divina en todos los tiempos, respaldándose en los numerosos argumentos racionales existentes, es en el imamato común. Por ejemplo la profecía y el imamato son un favor espiritual por parte de Dios en base al principio del favor (qâ’idah lutf), y un favor así deberá ser eterno.
Las narraciones que también argumentan que el hombre infalible y perfecto es sólo el Imam de la Época (a.ÿ.), son tan numerosas que este asunto no puede ser negado al grado que muchos de los sabios famosos de la Escuela Suní lo aceptaron y en sus obras dijeron: “Mahdî el Prometido es hijo del Imam Hasan ‘Askarî (a.s.) que nació en la Ciudad de Samarra (Irak) el año 869 d.C., vive oculto y un día aparecerá por orden de Dios.
De ninguna forma es imposible la aceptación de la longevidad del Imam Mahdî (a.ÿ.), puesto que ese honorable a través de la sabiduría que Dios le otorgó y utilizando métodos naturales y científicos puede vivir en este mundo durante mucho tiempo, sin mostrar señales de agotamiento ni envejecimiento. Además de que es posible que en el mundo humano, Dios coloque a Su prueba como reserva y para garantizar la ejecución de la justicia, así como prohibir y evitar la opresión y a los opresores, en forma de excepción y a través de los factores sobre naturales y evidentes.
El imamato del Imam de la Época (a.ÿ.) y la existencia de este honorable son debates del imamato especial. En el imamato especial no puede directamente beneficiarse del argumento racional,[1] sino que el argumento racional del imamato común y la necesidad de la existencia del Imam, lo comprueba para todas las épocas.
En el imamato común se llama “argumento racional” a la necesidad de la existencia de un hombre inmaculado y prueba Divina sobre la tierra (primera introducción). Ahora, si los argumentos históricos y narrativos son una prueba del nacimiento y la vida del Imam Mahdî (a.s.), y estos son anexados a la primera introducción, se comprueba que en esta época sólo ese Honorable (a.ÿ.) es el intermediario del Favor Divino, y en estos momentos está vivo.[2]
Análisis de dos fundamentos de la argumentación:
1. Argumento racional sobre la necesidad de la existencia del Imam en todas las épocas:
A) Argumento del favor: la Profecía y el Imamato es un favor espiritual por parte de Dios Sublime, que debe existir siempre en base al principio del favor. El principio del favor demanda que en la sociedad islámica deberá haber un Imam que sea el eje de la verdad y evite que la sociedad caiga en el error absoluto.
Esta frase del Imam Sâdiq (a.s.) que: “En verdad que Dios honorado y purificado es más glorioso y más grandioso como para abandonar a la Tierra sin Imam”[3], es posible que indique ese mismo argumento.
Los favores de la existencia del Imam Ausente (a.ÿ.) pueden numerarse de la siguiente manera:
1. Protección de la religión de Dios a nivel Universal.[4]
2. Educación de personas talentosas.
3. Sobrevivencia de la religión.
4. Existencia de un modelo vivo a quien la gente pueda imitar.
B) Argumento de la causa final: En la teología se comprueba que Dios tiene un propósito e intención en sus actos, y puesto que Dios es perfección absoluta y no existe en Él defecto, el propósito y la causa final de los actos Divinos retorna a las criaturas y el propósito de la existencia de la humanidad, es el hombre perfecto. Es decir la humanidad es similar a un árbol que su fruto es la existencia de un ser humano perfecto.
C) Argumento de la contingencia preeminente: En la filosofía existe un principio llamado el “principio de la contingencia preeminente” y su significado es que la posibilidad preeminente debe encontrarse prior a una posibilidad inferior en los grados de las existencia…[5] En el mundo de la existencia el ser humano es el ser más preeminente entre las criaturas y es imposible que la existencia, la vida, la sabiduría, el poder, la belleza y otros lleguen al ser humanos antes de que esta perfección llegue al hombre perfecto, que es la Prueba Divina.
D) Argumento de la manifestación completa: Sobre la ipseidad absoluta de Dios en la jerarquía de la aparición, dominan las leyes de la unidad, y en la unidad en esencia no hay oportunidad para los nombres explicativos. Por otra parte en las manifestaciones explicativas que se muestran en el mundo exterior, las leyes de la pluralidad dominan sobre las leyes de la unidad. Aquí es donde la orden Divina demanda una forma equilibrada en donde la unidad en esencia o la multiplicidad de posibilidades no dominen mutuamente para que pueda ser una manifestación para la Verdad desde la perspectiva de los nombres explicativos y para la unidad de la realidad, y esta forma de equivalencia es el mismo hombre perfecto.[6]
Hasta aquí consideramos suficiente lo explicado y recomendamos al lector estudiar obras detalladas a este respecto.[7]
2. Los argumentos históricos y narrativos del nacimiento y la vida del Imam Mahdî (a.ÿ.) son numerosos. Como ejemplo indicamos algunos documentos históricos a este respecto:
1) Muchos de los sabios famosos de la Escuela Suní aceptaron[8] y en sus obras recordaron que: “Mahdî el Prometido es el hijo del Imam Hasan ‘Askarî (a.s.) quien nació en la Ciudad de Samarra (Irak) el año 869 d.C., vive oculto y un día aparecerá por orden de Dios.[9]
2) El Imam ‘Askarî (a.s.) antes del nacimiento de su hijo el Imam Mahdî (a.ÿ.) había anunciado el nacimiento de este honorable. Como por ejemplo a su tía Hakîma Jatûn dijo: “La noche del 15 de Sha’bân Nargis Jatûn dará a luz a mi hijo Mahdî”.[10]
Ahmad Ibn Ishâq relata haber escuchado al Imam Hasan ‘Askarî (a.s.) decir: “Alabanzas y agradecimiento sean para Dios que no me llevó de este mundo sin antes haberme mostrado a mi sucesor Mahdî el Prometido (a.ÿ.). Desde los aspectos de especialidades corporales, morales, de conducta es entre los hombres el más parecido al Profeta de Dios (.s.a.w). Dios lo mantendrá durante un tiempo ausente y después surgirá y llenará el mundo de justicia y equidad”.[11] También el Imam ‘Askarî (a.s.) después del nacimiento de su hijo informó a los privilegiados y cercanos del nacimiento de Mahdi.
Muhammad Ibn ‘Alî Ibn Hamzah dijo haber escuchado del Imam ‘Askarî (a.s.): “La Prueba de Dios para los siervos y el Imam y mi sucesor nació al amanecer del 15 de Sha’bân de 255 d.H.L. (1/8/869 d.C.)”.[12]
Ahmad Ibn Hasan Ibn Ishâq Qumî dijo: “Cuando nació el Imam Mahdî (a.ÿ.) me llegó una carta del Imam ‘Askarî (a.s.) en la que este honorable me decía: “Nació un hijo mío. Este asunto considéralo secreto, puesto que sólo informaremos de esto a nuestros amigos y cercanos”.[13]
Ibrâhîm Ibn Idrîs dijo que el Imam Hasan ‘Askarî (a.s.) le mandó un cordero y le ordenó: “Sacrifica a este por el nacimiento de mi hijo Mahdî y cómanlo tú y tu familia”.[14]
3) El Imam ‘Askarî (a.s.) además de que antes del nacimiento del Imam Mahdî (a.ÿ.) anunció y después del nacimiento informó a los privilegiados que el Mahdî Prometido había nacido, realizó otro acto y este fue mostrar a su hijo el Imam Mahdî (a.ÿ.) a algunas personas y así incrementar la fe y seguridad de los shías,.
Ahmad Ibn Ishâq dijo: “El Imam ‘Askarî (a.s.) me mostró un niño de 3 años y dijo: ¡Oh, Ahmad! Si tú no fueses honorable ante Dios y los Imames, no te hubiese mostrado a mi hijo. Debes saber que este niño tiene el mismo nombre y el mismo sobrenombre que el Mensajero de Dios (s.a.w.) y es aquel que llenará la Tierra de justicia y equidad.[15]
Mu’awîîat Ibn Hakîm, Muhammad Ibn Ayûb y Muhammad Ibn ‘’Uzmân Ibn Sa’în ‘Amrî dijeron: “Un grupo de 40 personas nos reunimos en casa del Imam Hasan ‘Askarî (a.s.), el Imam nos mostró a su hijo Mahdî (a.ÿ.) y dijo: “Este es su Imam y mi sucesor”.[16]
‘Alî Ibn Balâl, Ahmad Ibn Halâl, Muhammad Ibn Mu’âwîîat Ibn Hakîm y Hasan Ibn Ayûb dijeron: “Un grupo de nosotros shías nos reunimos en casa del Imam Hasan ‘Askarî (a.s.), y preguntamos al Imam respecto a su sucesor. Después de una hora el Imam (a.s.) nos mostró a un niño y dijo: “Después de mí él será vuestro Imam”.[17]
‘Umar Ahwâzî dijo que el Imam ‘Askarì (a.s.) le mostró a su hijo y dijo: “Después de mí este hijo mío será vuestro Imam”.[18]
Ibrâhîm Ibn Muhammad dijo estando en casa del Imam ‘Askarî (a.s.) vio a un bello niño. Le preguntó al Imam (a.s.): “¡Oh, hijo del Mensajero de Dios! ¿Quién es ese niño?” El Imam (a.s.) dijo: “Ese niño es mi hijo. El es mi sucesor”.[19]
Ya’qub Ibn Manfûs dijo: “Fui a ver al Imam ‘Askarî (a.s.) y le pregunté por el Imam sucesor y dueño de los asuntos. Este honorable me ordenó: “¡Corre la cortina!” La corrí. En ese momento vi a un niño de 5 años que se nos acercaba. Cuando llegó se sentó en el regazo del Imam Hasan ‘Askarî (a.s.). El Imam (a.s.) contestó: “El es vuestro Imam”.[20]
4) Después de las anunciaciones del Imam Hasan ‘Askarî (a.s.) y haber presentado a su honorable hijo Mahdî, a los privilegiados y personas de confianza, llegó el turno de que los privilegiados procedieran y anunciaran la existencia del Imam Mahdî (a.ÿ.) a los demás shías, para sacarlos de la duda y el asombro.
Personas tales como Hakimah Jatûn, hija de Muhammad Ibn ‘Alî Ibn Musâ Al-Ridâ (a.s.), ‘Uzmân Ibn Sa’îd ‘Amrî, Hasan Ibn Husaîn ‘Alawî, ‘Abdul.lah Ibn ‘Abbâs ‘Alawî, Hasan Ibn Mandhar, Hamzat ibn Abî Al-Fath, Muhammad Ibn ‘Uzmân Ibn Sa’îd ‘Amrî, Mu’awîat Ibn Hakîm, Muhammad Ibn Mu’awîat Ibn Hakîm, Muhammad Ibn Ayûb Ibn Nuh, Hasan Ibn Ayûb Ibn Nuh, ‘Alî Ibn Bilâl, Ahmad Ibn Hilâl, Muhammad Ibn Ismâ’il Ibn Musâ Ibn Ÿa’far, Ya’qub Ibn Manfûs, ‘Umar Ahwâzî, Jâdim Fârsî, Abu ‘Alî Ibn Mutahar, Abî Nasr Tarîfe Jâdim, Kâmil Ibn Ibrâhîm, Ahmad Ibn Ishâq, ‘Abdul.lah Mastûrî, ‘Abdul.lah Ÿa’far Humaîrî, ‘Alî Ibn Ibrâhîm Mahzîâr y Abû Gânim Jâdim, se esforzaron e informaron a los shías del nacimiento del Imam Mahdî (a.ÿ.).
Pongan atención en la narración de Hakîmah Jâtûn:
El Imam Hasan ‘Askarî (a.s.) envió a una persona por mí, me invitaba esa la noche (noche del 15 de Sha’bân) a cenar. Estando en su casa dijo: “Hoy Dios manifiesta su Prueba”. Pregunté: “¿De quién nacerá?” Dijo: “De Narÿis”. “En Narÿis no se ven signos de embarazo” –le dije-. Pero afirmó: “El asunto es tal y como dije”. Mientras estaba sentada Narÿis se acercó, me descalzó y dijo: “¡Mi señora! ¿Cómo se encuentra?” Le dije: “Tú eres mi señora y la señora de mi familia”. Ella se sorprendió de mis palabras y se molestó, entonces dijo: “¡Qué es lo que dice!” La puse al tanto: “Dios esta noche te otorgará un hijo que será el Señor del mundo y la otra vida”. Narÿis se turbó al escuchar mis palabras. Luego, después de cenar recité la oración de la noche y me fui a dormir. Pasada la media noche me levanté y realicé la oración de la media noche. Después de realizar los actos preferibles posteriores a la oración, me dormí y nuevamente desperté. Vi que Narÿis también se había levantado y realizado la oración de la media noche. Salí de la habitación para percatarme del amanecer. Vi que el primer fayr (amanecer) apareció y Narÿis estaba dormida. Ahí se presentó en mi mente esta pregunta que ¿por qué no había nacido la Prueba de Dios? Súbitamente el Imam ‘Askarì (a.s.) desde la habitación contigua dijo: “Querida tía, no se apresure, que el nacimiento está cerca”. Me senté y recité el Corán. Cuando me encontraba recitando repentinamente Narÿis Jatûn se despertó alterada. De inmediato me acerqué a ella y le pregunté: “¿Sientes algo?” Respondió afirmativamente. Le dije: “Pronuncia el nombre de Dios, esto es eso mismo que te anuncié al inicio de la noche. No te preocupes, tranquiliza tu corazón.” En ese momento una cortina de luz nos separó. Repentinamente me percaté que el niño había nacido. Cuando corría la sábana de sobre Narÿis, vi que el niño se encontraba prosternado y suplicando a Dios. Entonces el Imam Hasan ‘Askaría (a.s.) llamó: “¡Tía tráigame a mi hijo!” Llevé al infante ante el Imam (a.s.). Lo cargó y acarició las manos, los ojos y las coyunturas del niño luego recitó el adan en el oído derecho y el iqâmah en el izquierdo del niño, y dijo: “¡Hijo mío, habla!” El niño comenzó a hablar y pronunció la atestiguación, luego envió saludos al Imam ‘Alî (a.s.) y a cada uno de los demás Imames (a.s.) hasta que llegó al nombre de su padre y para él también envió saludos. El Imam Hasan ‘Askarî (a.s.) me dijo: “¡Tía lleve al niño a su madre para que la salude, y luego tráigamelo de nuevo!”. Así lo hice, el niño la saludó luego lo regresé al Imam (a.s.). Este honorable dijo: “Dentro de ocho días venga nuevamente”. Regresé una semana más tarde, el Imam (a.s.) dijo: “¡Querida tía traiga a mi hijo!” Lo llevé. Al igual que el primer día mencionó la atestiguación y envió saludos a los Imames (a.s.). Después recitó esta aleya:
"و نرید أن نمنّ علی الّذین استضعفوا فی الارض و نجعلهم ائمة و نجعلهم الوارثین"
“Nosotros quisimos favorecer a quienes habían sido desfavorecidos en la Tierra y les hicimos dirigentes y les hicimos los herederos”. (Al-Qişāş [28:5)
Hakîma Jatûn dijo: “Después de esto un día fui a visitarlos, corrí la cortina y no vi al Imam Mahdî (a.ÿ.) dije al Imam (a.s.): “¡Ofrezco mi vida por ti! ¿Dónde está el Imam Mahdî (a.s.)?” Respondió: “¡Querida tía, él al igual que el Profeta Moisés (a.s.) será mantenido protegido”.[21]
5) Después del martirio del Imam ‘Askarî (a.s.), el Imam Mahdî (a.ÿ.) a través de milagros y testigos veraces (milagros y parecidos a los milagros) mostró su existencia y imamato para los shías del Imam ‘Askarí (a.s.) dando a estos un ultimátum.
Al inicio del ocultamiento menor una de las obligaciones más importantes de la organización secreta de representación que había sido fundada desde la época del Imam Sâdiq (a.s.) para esa época, era terminar con las dudas y asombros de los shías, asegurarles la existencia del Imam Oculto (a.ÿ.) y de sus cuatro representantes especiales. Los representantes del Imam (a.ÿ.) realizaron este asunto a través de la presentación de testigos veraces, milagros y ciencias elevadas, obsequio del Imam de la Época.
Los milagros y testigos veraces en algunos casos eran comunicados directamente a través del Imam Mahdî (a.ÿ.) y en otros a través de los representantes especiales para que los shías además de que tuviesen fe en la existencia del Imam Mahdî (a.ÿ.) también estuviesen seguros de la sucesión de los cuatro representantes especiales. La muestra de los milagros y los testigos veraces se realizó más que nada en la época del primer representante especial por parte del Imam (a.ÿ.) Uzmân Ibn Sa’îd Asadî ‘Amrî, puesto que en esa época los shías aún se encontraban pasmados, pues no había percibido la existencia del Imam (a.ÿ.).
Seîîed Ibn Tâwûs escribió: “Muchos de los compañeros cercanos del Imam Hasan ‘Askarî (a.s.) vieron al Imam de la Época (a.ÿ.), y transmitieron de él hadices y mandatos religiosos. Además de esto este honorable tenía representantes especiales que su nombre, linaje y lugar de nacimiento era evidente, y ellos transmitieron los milagros, prodigios, respuesta a los asuntos complejos y a las noticias ocultas que el Imam de la Época (a.ÿ.) había transmitido de su ancestro el Profeta del Islam (s.a.w.)”.[22]
Ejemplos:
Aquí nos limitamos a mencionar sólo algunos ejemplos.
1) La narración de Sa’d Ibn ‘Abdul.lah Ash’arî Qumî: El dijo: “Hasan Ibn Nadr” que entre los shías de Qom ocupaba un rango especial, después del fallecimiento del Imam ‘Askarî (a.s.) se encontraba atónito, él, “Abû Sadâm” y un grupo más decidieron preguntar al siguiente Imam. Hasan Ibn Nadr se presentó ante Abû Sadâm y dijo: “Este año quiero ir a la Peregrinación”. Abû Sadâm le pidió que este viaje lo retrasara pero Hasan Ibn Nadr dijo. “No, tuve un sueño y temo, por lo tanto tengo que ir”. Antes de ponerse en marcha hizo su testamento ante Ahmad Ibn ‘Alî Ibn Hammâd respecto a los bienes pertenecientes al Imam: “Guarda estos bienes hasta que se clarifique quien es el sucesor del Imam ‘Askarî (a.s.)”. Después se dirigió a Bagdad y ahí le llegó una carta de parte del Imam (a.ÿ.) y así fue como se aseguró del imamato del Imam Mahdî (a.ÿ.) así como de la representación especial de ‘Uzmân Ibn Saîd ‘Amrî.
2) Narración de Muhammad Ibn Ibrâhîm Ibn Mahzîâr. El dijo: “Después del fallecimiento del Imam Hasan ‘Askarî (a.s.) dudé respecto al sucesor de ese honorable. Mi padre había sido representante del Imam (a.s.) y guardaba una gran cantidad de los bienes del este honorable. Mi padre tomó los bienes y me pidió que lo acompañara. Nos pusimos en marcha. En el camino mi padre enfermó y su última voluntad respecto a los bienes, fue: “¡Teme a Dios y regresa estos bienes a su dueño! Entrégalos a aquél que te de estas señales”. Luego falleció.
Permanecí unos días en Irak, luego recibí una carta de ‘Uzmân Ibn Sa’îd en la cual describía todos los bienes. Signos que fuera de mi padre y yo nadie más los conocía.[23]
Muhammad Ibn Ibrâhîm Ibn Mahzîâr a través de este prodigio y testigo veraz se aseguró tanto del imamato del Imam Mahdî (a.ÿ.) como de la representación especial de ‘Uzmân Ibn Sa’îd.
3) Narración de Ahmad Dînwarî Sirây. El narró que uno o dos años después de que el Imam Hasan ‘Askarî (a.s.) falleció con la intención de ir a la Peregrinación abandonó Ardevil (ciudad al norte de Irán) y llegó a Dînwar (cerca de la Kermanshah, Irán). La gente dudaba respecto al sucesor del Imam ‘Askarî (a.s.). Dijo: “Los habitantes de Dînwar se alegraron al verme. Los shías de esa ciudad me entregaron 13 mil dinares que era parte del Imam para que cuando fuera a Samarra los entregara al sucesor del Imam Hasan ‘Askarî (a.s.). Les dije: “Para mi aun no es evidente quién es el sucesor del Imam ‘Askarî (a.s.)”. Dijeron: “Tú eres una personas de confianza para nosotros. En el momento que encuentres al sucesor del Imam entrégaselo”. Tomé los 13 mil dinares y los llevé conmigo. En la Ciudad de Kermanshah me entrevisté con Ahmad Ibn Hasan Ibn Hasan, él también me entregó un mil dinares y algunos morrales que contenían telas para que se los entregara al Imam de la Época (a.ÿ.). En Bagdad buscaba yo al representante del Imam, me informaron que tres personas pretendían ser los representantes. Uno de ellos era Bâqtânî. Fui a visitarlo y lo probé, le pedí que presentara un testigo veraz, no tuvo nada que me convenciera. Fui a visitar al segundo llamado Ishâq Ahmar, tampoco me convenció. Me dirigí hacia el tercero Abû Ÿa’far o ‘Uzmân Ibn Sa’îd ‘Amrî. Después de saludarlo le dije: “Tengo unos bienes de la gente y debo entregarlos al sucesor del Imam ‘Askarî (a.s.). Estoy perplejo y no sé qué hacer. Me dijo: “Ve a Samarra a casa de Ibn Al-Ridâ (es decir del Imam Hasan ‘Askarî), ahí encontrarás al representante del Imam”. Así lo hice y estando en casa del Imam (a.s.) pregunté por su representante. El portero dijo: “Espera, sale en unos momentos”. Un poco después una persona salió, tomó mi mano y me llevó dentro de la casa. Después de saludarlo le dije: “Traigo unos bienes de la gente de Yabal y busco una prueba. Me veo obligado a pedir a cualquiera una prueba para comprobar su representación y entregarle los bienes. En ese momento me trajeron comida, sugirió: “Come y descansa un poco, después atenderemos tu asunto”. Transcurridas unas horas de la noche un hombre me entregó una carta en la cual decía: “Ahmad Ibn Muhammad Dînwarî vino, trae esta cantidad de dinero, de paquetes y morrales, dentro de tal bolsa hay esta cantidad de dinero”, y mencionaba todas sus particularidades. Por ejemplo decía: “En la bolsa de tal persona fabricante de armaduras hay 16 dinares. De Kermanshah hay también una bolsa de tal persona y tal saco es de Ahmad Ibn Hasan Mâdrânî que su hermano es vendedor de lana y otros”. Al leer esta carta se disolvieron mis dudas y se evidenció para mí que ‘Uzmân Ibn Sa’îd era el representante especial del Imam (a.ÿ.). El Imam (a.ÿ.) en esta carta me ordenó que llevara los bienes a Bagdad y los entregara a esa misma persona con la que me había entrevistado.[24]
4) La narración de Muhammad Ibn ‘Alî Ibn Aswad: El relata que al inicio de la Ocultación Menor una anciana le dio una tela y le dijo: “¡Entrégala al Imam de la Época!” Me la llevé con muchas otras telas. Cuando llegué a Bagdad me dirigí a ‘Uzmân Ibn Sa’îd, el dijo: “Entrega todos los bienes a Muhammad Ibn ‘Abbâs Qumî”. Yo le di todo a excepción de la tela que me había dado la anciana. Después de ello ‘Uzmân Ibn Sa’îd me trajo del Imam de la Época (a.ÿ.) este mensaje que: “¡Entrega a él también la tela de la anciana!”[25]
5) Narración de Ishâq Ibn Ya’qûb: Ishâq dijo que escuchó a ‘Uzmân Ibn Sa’îd decir: “Un hombre iraquí vino a visitarme y trajo unos bienes para el Imam de la Época (a.ÿ.). El Imam lo rechazó y dijo: “Paga de esto el derecho de tu primo que son 400 dirham”. El hombre quedó atónito y pasmado, revisó sus cuentas, se percató que debía 400 dirham a su primo. Saldó su deuda y el resto lo entregó al Imam (a.ÿ.) quién esta vez lo aceptó”.[26]
6) Narración de Muhammad Ibn ‘Alî Ibn Shâdhân: Relata que había reunido unos bienes de la gente que debían ser entregados al Imam de la Época (a.ÿ.). Percibí que faltaban 20 dirhames para los 500. Agregué esta cantidad y la envié a ‘Uzmân Ibn Sa’îd representante especial del Imam. En esa carta tampoco había yo escrito nada sobre esto. En respuesta escribió: “Recibí los 500 dirham. De estos 20, dirhames te pertenecían”.[27]
Con estas noticias elevadas, los milagros y testigos veraces que se manifestaron al inicio de la Ocultación Menor, los shías del Imam Hasan ‘Askarî (a.s.) se percataron todos ellos del imamato del Imam Mahdî (a.ÿ.) y de la representación especial de ‘Uzmân Ibn Sa’îd. Las dudas y asombros de los shías respecto a los asuntos del imamato originadas de la ocultación del nacimiento y de la ausencia del Imam Mahdî (a.s.) se disiparon por completo a través de los esfuerzos sinceros de los agentes de este honorable en la organización oculta de la representación los primeros años del inicio del Ocultación Menor.
Lo shías beneficiándose de los milagros y de las ciencias ocultas del Imam Mahdî (a.ÿ.) se percataron de dos puntos: Primero, el que pudieron entender que el sendero principal del imamato diseñado desde la época del Profeta (s.a.w.) y de ‘Alî (a.s.) se había transitado perfectamente, y el imamato había sido transmitido del Imam Hasan ‘Askarî (a.s.) a su hijo el Imam Mahdî (a.ÿ.), y en esa época de la Ocultación Menor, el Imam Mahdî (a.ÿ.) dirigió a los shías desde detrás de la cortina.
Segundo, el que el organismo oculto de la representación que se encontraba en actividad desde antes con la guía de los Inmaculados Imames, en esa época de la Ocultación Menor también estuvo activo y “‘Uzmân Ibn Sa’îd ‘Amrî” por parte del Imam de la Época (a.ÿ.) era el responsable y protector de esa organización. Por lo tanto los shías percibieron tanto el imamato del Imam Mahdï (a.ÿ.) así como al representante especial.
Después del fallecimiento de ‘Uzmân Ibn Sa’îd ‘Amrî, por orden del Imam Mahdî (a.ÿ.), su hijo Muhammad Ibn ‘Uzmân tomó en sus manos la responsabilidad y la custodia de éste. En ese entonces algunos de los shías dudaron no sólo en la existencia del Imam de la Época (a.ÿ.) sino que también de la representación de Muhammad Ibn ‘Uzmân, que el Imam Mahdî (a.ÿ.) a través de éste mostro algunos milagros y testigos veraces provocando que los shías encontraran seguridad en la representación especial de Muhammad Ibn ‘Uzmân Ibn Sa’îd ‘Amrî, fue aceptado por todos a excepción de algunas cuantas personas que buscaban la presidencia y los deseos mundanales se opusieron a Muhammad. Ellos falsamente pretendieron ser los representantes y Muhammad Ibn ‘Uzmân beneficiándose de los milagros y testigos veraces anuló sus pretensiones, percatándose aún más la shía de la legitimidad de Muhammad Ibn ‘Uzmân.[28] Después en la época de la representación especial de Husaîn Ibn Ruh algunos de los privilegiados también se rebelaron a él, pero al observar los prodigios y milagros dejaron de oponerse y se disculparon.[29]
Después de Husaîn Ibn Ruh la representación especial fue entregada a Abu Al-Hasan ‘Alî Ibn Muhammad Samarî, y la última carta escrita durante la Ocultación Menor fue también considerada otro prodigio. El Imam Mahdî (a.ÿ.) el día 9 de Sha’bân del año 329 d.H. (24/5/940 d.C.) escribió una carta en donde dijo a Abu Al-Hasan ‘Alî Ibn Muhammad Samarî: “Tú morirás dentro de 6 días. Ordena los asuntos de la organización de los representantes, y devuelve los bienes de la gente. Después de esto terminará la representación especial”. El narrador dice: Me dirigí a Abu Al-Hasan ‘Alî Ibn Muhammad Samarî, él me mostró esa carta y el día esperado fui a visitarlo y me encontré con que Abu Al-Hasan ‘Alî Ibn Muhammad Samarî estaba en los últimos momentos de su vida.[30]
Esta carta es otro argumento para probar la legitimidad de la shía y la existencia del Imam de la Época (a.ÿ.).
La larga vida del Imam de la Época (a.ÿ.):
El asunto de la longevidad, es una de las ramas de los asuntos de la “vida”. La humanidad desconoce la realidad y la naturaleza de la vida, y tal vez nunca llegue a descubrir este secreto. Si consideramos a la vejez como un accidente sobre la vida o si la consideramos como una ley de la naturaleza que influye sobre el tejido y el cuerpo de las criaturas vivas, y con el transcurso del tiempo hace llegar a la criatura al grado de erosión y muerte, no significa que este fenómeno no sea flexible y como consecuencia no se retrase. En base a esto el conocimiento de la humanidad ha dado grandes pasos efectivos respecto a la curación de la vejez. A finales del siglo XIX a través de los avances científicos encontró más esplendor la esperanza de una vida más larga, y tal vez en un futuro cercano este dulce sueño llegue a realizarse. Respecto a la larga vida de Mahdî el Prometido (a.ÿ.) no es un asunto asombroso, y no existe duda en la posibilidad científica y la teoría de ésta. El Imam Mahdî (a.ÿ.) a través la sabiduría que Dios le otorgó y utilizando métodos naturales y científicos puede vivir en este mundo durante mucho tiempo, sin mostrar señales de agotamiento ni envejecimiento.
Por otra parte, si a la vida breve la consideramos una ley común o dominante, la existencia de excepciones en cualquier asunto, como por ejemplo los asuntos naturales de este mundo es un asunto evidente e innegable. Como las plantas, los árboles y los seres vivientes que dentro de la naturaleza disfrutan de un antecedente antiguo y una larga vida. Ahora ¿qué imposibilidad existe que en el mundo humano también para proteger a la Prueba de Dios como reserva y para garantizar la ejecución de la justicia, así como prohibir y evitar la opresión y a los opresores, lo consideremos una excepción y lo apreciemos como un ser sobre natural y una causa evidente ante quien las leyes de la naturaleza tienen flexibilidad, y él tiene superioridad sobre éstas? Este es un asunto posible aunque no sea normal ni común. Según lo dicho por el gran sabio Tabâtabâî: “Debemos aceptar la forma de vida del Imam Oculto (a.ÿ.) como algo extraordinario. Claro está algo extraordinarios es algo diferente a lo imposible, y por el sendero de la ciencia nunca puede negarse lo extraordinario, puesto que nunca puede comprobarse que los medios y factores que actúan en el mundo son sólo aquellos que hemos visto y conocemos, y no existen los demás medios que desconocemos o no vemos sus efectos y actos, o no entendimos. Por ello es posible que en una persona o algunas personas de la humanidad sean provistos medios y factores los cuales les aseguren una vida muy larga, mil o varios miles de años.[31]
Por otra parte existieron en la historia muchos longevos. La mejor referencia entre ellos es el Profeta Noé (a.s.). El Corán directamente dice que Noé fue sólo 950 años un Profeta.[32] Sin duda su vida superó el número de estos años. La larga vida del Profeta Jetro (a.s.) es otro ejemplo de este asunto.[33]–[34] En base a esto puede aceptarse la longevidad del Imam Mahdî (a.s.) y no existe ninguna improbabilidad desde la perspectiva del intelecto.
[1]– Puesto que el argumento racional no puede identificar a una persona.
[2]– Recurrir a: Ayatul.lah Hasan Zâdeh Âmulî, Nahÿul Wilâîah, pp.7-8.
[3]– Basâ’ir Al-Daraÿât, p.485, cap.10, h.3.
[4]– Sharîf Al-‘Âlamâ’, Kashf Al-Qanâ’, p.148.
[5]– Nihâîat Al-Hikmah, pp.319-320.
[6]– Recurrir a: Tamhîd Al-Qawâ’id, t.172; Ayatul.lah Ÿawâdî, Tahrîr Tamhîd Al-Qawâ’id, pp.548-555.
[7]– Se recomienda leer el libro Mu’ûd Shinâsî de ‘Alî Asgar Ridwânî, pp.267-283.
[8]– Algunos de los investigadores nombraron a más de cien personas de la Escuela Suní que en sus obras indicaron el nacimiento del Imam Mahdï (a.ÿ.).
[9]– Muhammad Ibn Talhah Shâfi’î en Matâlib Al Su’ûl; Ibn Sabâg Mâlikî en Al-Fusul Al-Muhammah; Ibn Hayar Shâfi’î en Al-Sawâ’iq Al-Muharraqah; y Ibn Jalkân en Wafîât Al-A’îân.
[10]– Muntahab Al-Azar, pp.398-399.
[11]– Bihâr Al-Anwâr, t.51, pp.161 y 397.
[12]– Ídem, p.397.
[13]– Izbât Al-Hadât, t.6, p.436; El Administrador de la justicia del Mundo, p.103.
[14]– Bihâr Al-Anwâr, t.52, p.22.
[15]– Ídem, pp.23-24.
[16]– Ianâbi’ Al-Muwadah, p.460; Bihâr Al-Anwâr, t.52, p.26.
[17]– Izbât Al-Hadât, t.6, p.311; El Administrador de la justicia del Mundo, p.107.
[18]– Ianâbi’ Al-Muwadah, p.46.
[19]– El Administrador de la justicia del Mundo, p.107.
[20]– Bihâr Al-Anwâr, t.52, p.25.
[21]– Ianâbi’ Al-Muwadah, pp.449-450.
[22]– Al-Tarâ’if fi Ma’rifat Madhab Al-Tawâ’f, t.1, pp.183-184; Biografía de los representantes especiales del Imam de la Época (a.ÿ.), pp.93-94.
[23]– Ídem, p.518, h.5; Riÿâl Kishî, t.2, p.813.
[24]– Bihâr Al-Anwâr, t.51, pp.300-302.
[25]– Ídem, p.335.
[26]– Ídem, p.326.
[27]– Kulaînî, Kâfî, t.1, pp.523-524.
[28]– Recurrir a: Bihâr Al-Anwâr, t.51, pp.316 y 336; Kamâl Al-Dîn, p.398.
[29]– Recurrir a: Husaînî Yâsim, La historia de la política de la ocultación del duodecimano Imam (a.ÿ.), p.197.
[30]– Kamâl Al-Dîn, p.516; Bihâr Al-Anwâr, t.51, p.361.
[31]– ‘Alâmah Tabâtabâî, La Shîah en el Islam, p.151.
[32]– Al-‘Ankabūt [29:14].
[33]– Kamâl Al-Dîn, t.2, p.385.
[34]– Revista de la Hauwza, no.70 y 71, especial del Baqîatul.lah Al-Azam (a.ÿ.), p.46 en adelante.