El Profeta del Islam (s.a.w.) según el deseo de Dios y lo predestinado por Él, Muhammad nunca estudio, nunca se presentó ante ningún maestro ni tampoco escribió libro alguno. La causa de esta predestinación Divina es completamente evidente. Su milagro eterno es el libro llamado “Corán”. Escribir y presentar un libro es un acto posible para alguien con estudios, ya que algunos podrían dudar que este Libro (el Corán) fuese el resultado de una conclusión de la mente y de las enseñanzas de los maestros del Profeta (s.a.w). No contamos con ningún libro de los Inmaculados Imames (a.s.) fuera del libro del Imam ‘Alî (a.s.) y el del Imam Saÿÿâd (a.s.) y esto se debió a diversas causas, tales como: las obligaciones del imamato y la guía social de la gente, la existencia de condiciones temporales especiales, contar con alumnos y escribanos de hadices.
Su pregunta puede ser analizada desde varias perspectivas.
1. Respecto a la existencia del Profeta del Islam (s.a.w.):
El Profeta del Islam (s.a.w.) vivía en una situación muy especial. Según el deseo de Dios y lo predestinado por Él, Muhammad nunca estudio, nunca se presentó ante ningún maestro ni tampoco escribió libro alguno. La causa de esta predestinación Divina es completamente evidente. Su milagro eterno es el libro llamado “Corán”. Escribir y presentar un libro es un acto posible para alguien con estudios, ya que algunos podrían dudar que este Libro (el Corán) fuese el resultado de una conclusión de la mente y de las enseñanzas de los maestros del Profeta (s.a.w). Por ello el Corán dice: “Y tú no recitabas ninguna Escritura antes de ésta ni la escribías con tu mano derecha, si no, los que falsean la Verdad habrían sembrado dudas”.[1]
Por lo tanto, es cierto que leer y escribir para cada persona es considerada una perfección, pero en ocasiones se presentan algunas condiciones que no saber leer ni escribir es considerada perfección, y esto respecto al Profeta (s.a.w.) en especial para el sello de los Profetas es completamente cierto, ya que si un sabio instruido y un filósofo consciente y erudito pretende la profecía y presenta un libro como un libro celestial, en una condición así es posible que se presenten tentaciones y dudas, que ¿acaso este libro y esta escuela surgida no son producto de sus propios pensamientos? “Tal vez para no dar pretextos a los enemigos del Islam, el Profeta (s.a.w.), incluso después de haber sido nombrado Profeta, no escribió ningún asunto[2], sin embargo adquirió toda la ciencia de la revelación Divina”.[3]
Según lo dicho por Hafiz:
Mi querido que no fue a la escuela ni escribió letra alguna
A través de una indicación enseñó asuntos como las enseñanzas de cien maestros.[4]
2. Pero ¿por qué los Inmaculados Imames (a.s.) no escribieron un libro?
Estas palabras en forma absoluta no son correctas, o sea, el Imam ‘Alî (a.s.) que es llamado el padre de los Inmaculados Imames (a.s.) escribió un libro que en los dichos de sus inmaculados hijos fue famoso como el Libro de ‘Alî (a.s.).[5] Del Imam Saÿÿâd (a.s.) también heredamos un libro famoso llamado Sahifat Al-Saÿÿadiah. En efecto, hoy día no contamos con un libro llamado el Libro de ‘Alî (a.s.). Respecto a la exegesis del Corán también, el primero en recopilar el Corán fue el Imam ‘Alî (a.s.) en el cual mencionó el motivo de la revelación y de la interpretación de algunas aleyas, pero como consecuencia de algunos sucesos al inicio del Islam no fue aceptado por los califas y como resultado de ello tampoco fue aceptado por la gente.[6]
Pero fuera de estos escritos realizados por los Inmaculados Imames (a.s.) no se han reportado manuscritos de ellos. La causa de este asunto puede concluirse en varias razones.
2.1 Las obligaciones del Imamato y la guía social de la gente:
Las obligaciones que tiene el Imam (a.s.) de cada época son tan amplias y extensas que ante estas escribir un libro es algo insignificante. El Imam (a.s.) no es un recopilador ni un escritor, él tiene bajo su responsabilidad la guía externa y espiritual de la gente. Su obligación es educar personas puras y combatientes por la causa de Dios que puedan ofrecer sus vidas en el sendero del Islam. La obligación del Imam (a.s.) es atender todos los asuntos del mundo y de la otra vida de la gente. Aunque este asunto puede ser también uno de los asuntos importantes, pero ya que el Imam (a.s.) se ocupa siempre de asuntos más importantes, este tipo de asuntos no los realizará más que en la medida necesaria. Esta necesidad y extensión de tiempo aparentemente sólo existió para el Imam ‘Alî (a.s.) y para el Imam Saÿÿâd (a.s.).
2.2 Existencia de condiciones temporales especiales:
Esta causa puede ser analizada desde dos perspectivas. Primera: el rechazo de la gente y la falta de consideración de ésta. La gente de esa época como consecuencia de las condiciones que los gobiernos usurpadores habían preparado, no prestaba digna atención hacia Ahl Bayt (a.s.), y la causa principal de que los Imames (a.s.) permanecieron retirados en sus hogares fue esta misma falta de aceptación y falta de atención de la gente hacia ellos. Claro está la falta de aceptación de la gente, no disminuye nada de la dignidad ni de la jerarquía de Ahl Bayt (a.s.) y su pérdida se refleja en la misma gente. Pero de cualquier manera para presentar una opinión, un pensamiento o un escrito que contenga tales especialidades, se necesita también de una preparación social.
Segundo: La existencia de un ambiente de disimulo en esa época especial. Ese ambiente sofocante no sólo existió en cuanto a cada asunto que los Inmaculados Imames (a.s.) decían o carta que escribían, sino que así fue también respecto a los libros de los compañeros cercanos de los Inmaculados Imames. Uno de los compañeros cercanos del noveno de los Inmaculados, el Imam Ÿawâd (a.s.) dijo a este honorable: “Nuestros maestros transmitieron y asentaron narraciones de los Imames Bâqir y Sâdiq (a.s.), pero como consecuencia de la intensidad del disimulo ocultaron sus libros y no los publicaron en la sociedad. Hoy día ¿qué hacemos con estos libros?” El Imam (a.s.) respondió: “En esos libros no existe obstáculo, publíquenlos”.[7] Por lo tanto una de las razones más importantes de que los Inmaculados Imames (a.s.) se negaran a tomar un cálamo y escribir incluso una carta (que decir escribir un libro), fue la existencia de una ambiente intenso de disimulo. El gobierno dominante omeya y abasida durante el período del imamato de los Inmaculados Imames (a.s.) los colocó bajo interrogatorio y control. Este asunto intensificaba y cedía durante la época de los Imames (a.s.), pero todos ellos vivieron en un ambiente de disimulo, en tal forma que el Imam Bâqir (a.s.) dijo: “El disimulo es mi religión y la religión de mis antepasados”.[8]
2.3 Tener alumnos y escribanos de hadices:
La obligación de escribir hadices y de anotar las palabras de los Inmaculados Imames (a.s.) la asumió un grupo de los compañeros cercanos de ellos que eran conocidos como los transmisores de hadices. Por lo tanto, las narraciones de los Inmaculados Imames (a.s.) nos llegaron como herencia a través de los esfuerzos de sus compañeros cercanos, y a pesar de que los Inmaculados Imames (a.s.) se negaron a escribir libros, estos hadices no se perdieron. ¡En efecto! Tal vez se diga que si los propios Imames (a.s.) hubiesen escrito un libro, no se encontrarían contradicciones en ellos. Pero seguramente no sería así, puesto que si los Imames hubiesen escrito un libro, sus libros al igual que los libros de los compañeros cercanos no hubiesen quedado protegidos de las tergiversaciones de los alteradores. Sino que la intensidad de los esfuerzos para alterar sus libros hubiese sido mayor que los esfuerzos para alterar los libros de sus compañeros, y claro está la incrementaría la intensidad del desvío de la gente a través de estos libros alterados y atribuidos a los Inmaculados Imames, puesto que la gente e incluso los transmisores de hadices considerando la atribución de estos libros a los Inmaculado Imames (a.s.) no darían la posibilidad de equivocación ni error en ellos para que al igual que los demás libros de los compañeros cercanos pensaran en editarlos y corregirlos. Entonces finalmente no tendría beneficio el escribir libros por medio de los mismos Inmaculados Imames (a.s.).
Al final recordamos que aquello que dijo respecto a las “numerosas contradicciones en los libros de hadîz” no es algo correcto. En efecto algunas de las contradicciones aparentes y existentes en los hadices pueden ser resueltas a través de los esfuerzos de los sabios islámicos. Nuestras narraciones durante la historia numerosas veces fueron editadas y corregidas a través de los compañeros cercanos y de los propios Inmaculados Imames (a.s.), y en las palabras de los juristas fueron resueltas y disipadas las contradicciones aparentes de algunas narraciones.
Para más información a este respecto puede recurrir a la pregunta “Distinguir y separar los hadices correctos” preg.no.1937 (pag.web 2185).
[1]– Al-‘Ankabūt [29:48].
[2]– Mutaharî Murtidâ, El Profeta Iletrado, p.6.
[3]– Makârim Shîrâzî, Exegesis Nemunah, t.16, p.308.
[4]– Divan de Hafiz, ghazal (coplas y estribillos) no.167.
[5]– Kulaynî Muhammad Ibn Îa’qûb, Al-Kâfî, t.1, p.41.
[6]– Para más información recurrir a la preg.no.4687 (pág.web 4954).
[7]– Al-Kâfî, t.1, p.53.
[8]– Ídem, t.2, p.219.