El ser humano es la creación más honorable. Dios Sublime creó para él a todas las demás criaturas como por ejemplo a los animales y los cuadrúpedos, para que se beneficiase de ellos (consumir su carne, montarlo, transportar cargas pesadas y otros). El degollamiento y sacrificio de los animales en los días festivos y conmemoraciones religiosas se deriva de las órdenes Divinas, y tomando en cuenta los valores que tenían los animales lícitos para degollar (tales como el becerro, el cordero, el camello y otros), en todas las épocas, el degollamiento y el ofrecimiento es una forma de sacrificio y abnegación de los bienes queridos para el hombre. Por otra parte, un grupo de los siervos necesitados son saciados, siendo esto una gran ayuda para la economía de la sociedad, en especial para el nivel débil.
Por otra parte las fiestas religiosas son fechas muy valiosas en las que el ser humano deberá recordar más los favores de Dios Sublime, agradecerle, y tratar de acercarse más a Él. La filosofía del degollamiento del animal en las fiestas y celebraciones religiosas es ofrecer la carne de ese animal (en el sendero de Dios y) entre los siervos de Dios en especial entre la gente necesitada, con el propósito de agradecimiento a Dios y para acercarse a Él. Claro está el Islam no dio todas las órdenes totales y generales del sacrificio del animal para todas las fiestas y ceremonias.
Desde la opinión del Islam el ser humano es la más honorable de las criaturas y todo fue creado para que alcanzara la sublimidad y perfección. El Generoso Corán dice: “Él es quien creó para vosotros todo lo que hay en la Tierra…”.[1] Explicado de otra manera, Dios puso a disposición del ser humano todas las posibilidades del mundo para satisfacer sus necesidades y poner a su disposición el éxito. Como ejemplo de estas criaturas son los animales que el Corán menciona: “¡Oh, los que creéis! Respetad los compromisos. Es licito para vosotros [comer la carne de] los animales de los rebaños, excepto de aquellos que se os va a comunicar…”.[2]
El degollamiento y sacrificio de los animales en los días festivos y conmemoraciones religiosas tiene raíces en una cultura profunda y sublime. Cuando por orden de Dios Abraham (a.s.) se vio comisionado para sacrificar a Ismael (a.s.), y Abraham (a.s.) sin dudar se preparó para degollar a su único y amado hijo, mostró que para satisfacer a Dios estaba dispuesto a ofrecer todo lo que amaba y le pertenecía, y salir victorioso del más grande examen al ofrecer lo más amado de sus bienes en la vida, es decir su único hijo. Dios Sublime en respeto al gran triunfo de Hadrat Abraham (a.s.) y en gratitud a él impidió que Ismael (a.s.) fuese degollado por lo que envió a un cordero macho del Paraíso para que fuese degollado por Abraham (a.s.). Nosotros también cuando en dirección hacia la Meca colocamos a un carnero y lo degollamos en el nombre de Dios y lo ofrecemos en Su sendero, en realidad al igual que Hadrat Abraham (a.s.) degollamos ante Dios nuestro egoísmo al igual que lo hizo este generoso. Además de que degollar a un animal y ofrecerlo en Su sendero en algunas de las ceremonias u ocasiones es una obligación legal religiosa y una orden de Dios para realizar los propósitos y los beneficios que existen ocultos dentro de ese acto.
El Generoso Corán en las aleyas mientras explica la obligatoriedad de la Peregrinación y de sus ritos dice: «Y llama a la gente a la peregrinación. Vendrán a ti a pie o en flacos camellos desde todo camino alejado para atestiguar los beneficios que para ellos hay y para recordar el nombre de Dios en los días sabidos, sobre las cabezas del ganado que Él les ha proporcionado». «¡Comed pues de ellas y alimentad al indigente, al necesitado!».[3]
En la siguiente aleya dice: “Hemos establecido para vosotros el sacrificio de los camellos como uno de los ritos de Dios. En ello hay un bien para vosotros. Mencionad, pues, el nombre de Dios cuando estén en fila. Y cuando hayan caído sobre sus flancos comed de ellos y alimentad a los necesitados y a los mendigos. Esto es lo que Nosotros hemos dispuesto para vuestro beneficio. Quizás así seáis agradecidos”.[4]
En estas dos aleyas se indicaron dos filosofías de las filosofías del sacrificio en la Peregrinación:
1. Agradecimiento a Dios por sus innumerables favores.
2. Alimentar a los indigentes y necesitados.
En otra aleya dice: “Ni su carne ni su sangre llegan a Dios, lo que llega a Él es vuestra piedad. Eso es lo que Dios ha dispuesto para vosotros, para que ensalcéis a Dios por la guía que os ha proporcionado. Y anuncia la buena nueva a los que hacen el bien”.[5]
En esta aleya se indican puntos muy exactos que la carne y la sangre de los animales que se sacrifican en el sendero de Dios, nunca llega a Dios. Lo que llega a Él es la piedad y abstinencia del que hace el ofrecimiento. Es decir, que ofrecen sus bienes y benefician y alimentan a la gente necesitada por satisfacer a Dios, un acto valioso muestra de la piedad del ser humano.
Es necesario que se ponga atención en que degollar y sacrificar a un animal desde el punto de vista del Islam tiene condiciones, por ejemplo:
1. El animal debe ser de carne lícita para que su carne sea consumida por la gente.
2. El animal sea degollado en dirección hacia la Meca y mencionando “En el nombre sea de Dios”.
3. Según las ordenes especiales dictadas por el Islam deberán ser cortadas las cuatro venas principales del cuello.
4. Debe degollarse utilizando una herramienta filosa de hierro para que el animal no sufra, y todas las condiciones y ritos[6] que muestran que el propósito de sacrificar en el Islam tiene una filosofía y unos propósitos valiosos y no es sólo matar y destruir al animal para que se diga ¿no sería mejor celebrar las ceremonias religiosas dejando en libertad a un animal?
Por otra parte todos los días en todo el mundo millones de carneros son degollados que claro está son necesarios para el consumo de la gente, y si un día lo suspenden la gente se enfrentará a un crisis muy seria. Este acto es sólo con el propósito del consumo de los seres humanos, y no existe en ello ningún propósito espiritual Divino. Sin embargo el Islam vino para dar un propósito a parte de este acto, para terminar tanto con las necesidades económicas de la humanidad como para favorecerse de beneficios espirituales.
Por lo tanto el degollamiento de animales en las ceremonias religiosas posee perspectivas morales, económicas y sociales, y recuerda la raíz profunda de las creencias de los seres humanos en los Profetas (a.s.) y en su Escuela. Pero dejar en libertad a los animales, en especial en las situaciones actuales, que las fuentes naturales se encuentran en decadencia, muchas veces provocará la destrucción de los animales sin tener ningún beneficio material ni espiritual.