Una de las bendiciones de Dios, respecto a la recompensa de actos buenos y de fe en Dios, es el Paraíso y sus bendiciones. Para entrar en el Paraíso no existe diferencia entre la mujer y el hombre, y una de las recompensas de Dios en el Paraíso son los “hûr al-'aîn (huríes de grandes ojos) tal y como el Generoso Corán y las narraciones indican.
Según lo dicho por la mayoría de los exegetas en el Paraíso no existe el matrimonio bajo el mismo significado que conocemos. Y casarse con una hurí se ha interpretado bajo el significado de acercarse y regalar una hurí por parte de Dios a Sus siervos.
Así también deberá ponerse atención en que el vocablo hûr y 'aîn son utilizados tanto para el femenino como masculino, por consiguiente tienen un amplio significado que incluyen a todas las parejas del Paraíso: compañeras para los hombres creyentes, y compañeros para las mujeres creyentes.
Es necesario agregar que para servir a la gente del Paraíso existen “gilmân” o sirvientes (bellos jóvenes del Paraíso) y no existe diferencia en su género.Una de las grandes bendiciones que Dios consideró para sus servidores creyentes y piadosos es el Paraíso y sus innumerables bendiciones eternas en éste. Claro está la satisfacción y gratificación de Dios a ellos, es la mejor recompensa. Lo único que provoca la entrada en el Paraíso, son la fe y los actos rectos del ser humano en este mundo, y mientras la fe de la persona sea mayor y sus actos rectos más numerosos, su rango en el Paraíso será más elevado, no existiendo diferencia entre mujer y hombre. Cada ser humano puede llegar a ocupar un rango así. Dios dice: “…y quienes hayan hecho un bien, hombre o mujer, y sean creyentes, entrarán en el Jardín y allí se les recompensará sin medida”.[1]
Claro está esperar que en el mundo de la Resurrección haya mandatos, leyes y costumbres del mundo material y semejantes a los de esta vida, es una espera fuera de lugar e incorrecta. Si en las aleyas y narraciones se habla de placeres tales como comer y beber, así como encontrarse con compañeras jóvenes de bellos rostros, y estar junto a los ríos y bajo los árboles, es más que nada para acercar nuestra mente a las realidades del mundo de la Resurrección, considerando que estos placeres no son similares a los placeres del mundo.[2]
De todas las aleyas y narraciones se deduce que a la gente del Paraíso le es dado todo aquello que desea[3], como una de estas bendiciones del Paraíso puede indicarse a las huríes paradisiacas.
En algunas aleyas del Generoso Corán las parejas del Paraíso fue explicada como hûr al-'aîn.[4]
Hûr es el plural de hûrâ’ que significa mujer que lo blanco de sus ojos es muy blanco y lo negro muy negro. O significa una mujer que tiene ojos negros similares a los ojos de la gacela. ‘Aîn es el plural de ‘aîna que significa ojos grandes.
El Corán describe a las huríes como perlas del Paraíso.[5] Aparentemente las huríes son otras criaturas fuera de las mujeres del mundo.[6] Dios Sublime respecto a ellas dice: “Y les emparejaremos con huríes de grandes ojos”.[7]
Numerosas aleyas[8] explican a los acompañantes del Paraíso como seres bellos con rostro de mujer y hombre jóvenes con perfecta belleza y frescura.
Según lo dicho por la mayoría de los exegetas en el Paraíso no existe el matrimonio bajo el significado que conocemos. En este caso significa acercarse y regalar una hurí por parte de Dios a Sus siervos merecedores del Paraíso.[9]
Así también deberá ponerse atención en que el vocablo hûr y 'aîn son utilizados tanto para el femenino como masculino, por consiguiente tienen un amplio significado que incluye a todas las parejas del Paraíso: compañeras para los hombres creyentes, y compañeros para las mujeres creyentes.[10]
Para terminar es pertinente mencionar este punto que para servir a los habitantes del Paraíso, existen “gilmân” que fueron descritos como sirvientes de bellos rostros del Paraíso. Jóvenes bellos que cuando son vistos se cree que son joyas pulidas[11], semejantes a perlas trabajadas.[12]
Lo que puede deducirse de esta aleya es que los bellos jóvenes del Paraíso fueron creados sólo para servir a la gente del Paraíso.
Todo lo que en forma de compendio puede deducirse de todos los debates mencionados es que: todas las bendiciones de Dios en el Paraíso fueron determinadas para las mujeres y los hombres rectos y creyentes, y las huríes como buenas acompañantes y servidoras, como asistentes de bellos rostros en el Paraíso tampoco están exceptuadas de esta regla.
Para más información recurrir al Índice: Las huríes del Paraíso y el matrimonio, preg.848.
[1]– Gāfir 40:40.
[2]– Iskandarî Husaîn, Las aleyas de la vida, t.5, p.302.
[3]– Fuşşilat [41:31].
[4]– Ad-Dujān [44:54]; Ať-Ťūr [52:22]; Al-Wāqi‘a [56:22-23].
[5]– Al-Wāqi‘a [56:23-24].
"و حور عین؛ کامثال اللؤلؤ المکنون" –“y huríes de grandes ojos, semejantes a perlas bien guardadas”.
[6]– Al-Mîzân (traducción al persa), t.18, p.228.
[7]– Ad-Dujān [44:54].
[8]– Aş-Şāfāt [37:47]; Ar-Raĥmān [55:58, 70 y 72]; Al-Insān [76:19]; Ať-Ťūr [52:24].
[9]– Bihâr Al-Anwâr, t.8, p.99; Al-Mîzân (traducción al persa), t.18, p.228.
[10]– Makârim Shîrâzî Nâsîr, La visita con el Amado (día de la Resurrección en las palabras de la revelación), pp.120-121.
[11]– Al-Insān [76:19].
“یطوف علیهم ولدان، مخلدون اذا رأیتهم حسبتهم لولوءً منثوراً” –“y darán vueltas alrededor de ellos sirvientes de eterna juventud que, al verles, pensarías que son perlas esparcidas”.
[12]– Ať-Ťūr [52:24].
“یطوف علیهم غلمان لهم کانهم لولوء مکنون” –“Circularán alrededor de ellos jóvenes como perlas guardadas”.