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El respetado mártir Aîatul.lah Hâyy Saîîed ‘Abdul Husaîn Dastgaîb Shirâzî (r.), uno de los sabio y muÿtahid (sabio a imitar) del mundo shía, además de su elevado rango científico, fue un hombre libre de cualquier deseo incontinente. Este hombre gnóstico y místico fue un teórico en las ciencias de la jurisprudencia, teología, moral, gnosis y otras. Sus obras y libros en general son válidos, muy utilizados y efectivos. Claro está habrá que considerar que los escritos de personas no inmaculadas desde muchas perspectivas pueden ser criticados científicamente y en forma especializada, y las obras del mártir Dastgaîb tampoco están excluidas de esta regla.
Antes de responder mencionamos varios puntos para familiarizarnos con la personalidad científica y moral de él:
El respetado mártir Aîatul.lah Hâyy Saîîed ‘Abdul Husaîn Dastgaîb Shirâzî (r.), comenzó sus estudios en la Hawza ilmyyah (Universidad de Teología Islámica) de la ciudad de Shirâz, ante profesores tales como Shaîj Ismâ’il, Mulla Ahmad Dârâbî, y el Aîatul.lah Mulla ‘Alî Akbar Arsanÿânî terminó los estudios preliminares e intermedios. El término de sus estudios, coincidió con el suceso del desvelo de las mujeres por el Sha Ridâ Khan, y en esa misma edad adolecente (aproximadamente 25 años) luchó en contra de ese gran ataque. Al incrementar la opresión el año 1935 d.C. se vio obligado a emigrar a Najaf (en Iraq) donde continuó sus estudios ante el gran Aîatul.lah Saîîed Abû Al-Hasan Isfahânî, y Aqa Dîâ ‘Arâqî, Aqa Saîîed Bâqir Istaahbânâtî y Shaîj Muhammad Kâdzim Shîrâzî continuaron con la construcción científica de él en la Hawza de Najaf. A través de constantes esfuerzos durante siete años llegó a alcanzar el elevado rango del iÿtihâd (esfuerzo para la deducción de las normas islámicas).
Además de su elevado rango científico, fue un hombre libre de cualquier deseo concupiscente y gnóstico místico, un teórico en las ciencias de la jurisprudencia, teología, moral, gnosis y otras. La mayoría de sus obras científicas fueron en el campo de exhortaciones y educación moral de las sociedades humanas, así como el razonamiento en el campo de los debates doctrinales al nivel de toda la gente de la sociedad, que fue muy útil. Claro está ya que él fue un teórico naturalmente en muchos de los casos el entendimiento y su opinión los expresó para persuadir a sus lectores especiales. Ciertamente puede decirse que él había llegado al nivel de la certeza de todo lo que decía, y lo practicaba. Por ello sus libros y obras hicieron efectos muy positivos. Básicamente en los púlpitos y la escritura de sus obras no se encontraba en el nivel de diseñar un debate en forma especializada que pudiese presentarse a nivel de los especialistas de cada ciencia. De cualquier manera él fue uno de los sabios practicantes y muy inteligente, que durante su vida realizó trabajos con muchas bendiciones como por ejemplo escribir las obras:
(1) Ritos y costumbres del Corán, (2) El otro Mundo, (3) Un conocimiento del Corán, (4) Las confidencias y el Corán, (5) El corazón del Corán, (6) Unas verdades del Corán, (7) La Ascensión, (8) El día de la Resurrección y el Corán, (9) El Paraíso Eterno, (10) La Apertura del Libro, (11) Sulût Al-Jâshi’în, (12) El servicio secreto de la Creación, (13) La Fe, (14) Los Pecados Capitales, (15) El Tesoro del Corán, (16) El Señor de los Mártires, (17) Biografía de Fatimah Zahra (a.s.), (18) El Corazón Sano, (19) Refugiarse en Dios, (20) Explicación a la obra Fawâ’id Al-Usûl del Shaîj Ansârî, (21) Explicación a la obra Kifâîat Al-Usûl de Ajûnd Jurâsânî, (22) Exposición de las asignaturas de Fiq y Usûl del gran Aîatul.lah Shaîj Muhammad Kâdzim Shîrâzî (de los marÿa’ de Najaf), (23) Los Cuentos Maravillosos, (24) Libro de Taudîh Al-Masâ’il, (25) Sadîqah Kubrâ, (26) Libro de los Cuentos Maravillosos, (27) Ochenta y dos Preguntas, (28) Sura Naÿm, (29) La Resurrección, (30) El mes de Dios (Ramadân) y otros que en total suman cincuenta y seis obras, todas estas cuentan con crédito, son fiables y útiles.
Debe decirse que cualquier libro de los escritos de personas no inmaculadas desde muchas perspectivas pueden ser criticados científicamente y en forma especializada, y las obras del mártir Dastgaîb tampoco están excluidas de esa regla.