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La condición necesaria de la mayoría en la creación del gobierno no se contradice con las narraciones que limitó al levantamiento a unos cuantos ayudantes, puesto que primero, cualquier levantamiento no necesariamente es para crear un gobernó, pudiendo en otros casos tener otras razonas. Segundo, suponiendo que así fuese, cualquier levantamiento en un principio no es general, sino que para iniciar la formación de un gobierno, si un grupo limitado de la élite ayuda poco a poco se prepara el campo para la aceptación de toda la gente.
Al recurrir a la biografía del Profeta (s.a.w.) entendemos que este honorable inició su trabajo de difusión con un pequeño grupo y gradualmente se le unieron partidarios. Después con la emigración a Medina y la ayuda de estos surgió un campo para un levantamiento general.
La necesidad de la aceptación de la mayoría de la sociedad para formar un gobierno no se contradice con las narraciones que ha puesto como condición para el levantamiento la existencia de un grupo pequeño. Antes de analizar este asunto es necesario recordar que las palabras heredadas de los Inmaculados Imames (a.s.) se dividen en dos:
Primera parte: Las narraciones que para beneficiarse de ellas y entenderlas, no es necesario saber el tiempo, el lugar, el acontecimiento y considerar las palabras anteriores y posteriores a éstas. Tal y como muchas de las narraciones morales.
Segunda parte: Las palabras que para obtener un beneficio completo de estas necesitan ser observadas las condiciones temporales y locales así como considerar todas las perspectivas de la narración. Tomando en cuenta este asunto la narración que usted indicó, pertenece a este grupo, puesto que el Imam ‘Alî (a.s.) pronunció este sermón el último año de su vida, en el cual fueron mencionados puntos importantes.
En un principio recordamos los puntos mencionados en el sermón en forma sucinta, después analizaremos cuál fue el propósito del Imam (a.s.) en estas palabras, que “en caso de que contase con 40 ayudantes fieles”, no se contradice con la condición de la necesidad del acompañamiento de la mayoría de la gente para la creación de un gobierno.
A) Análisis de la narración en la obra de Salîm Ibn Qaîs:
Al inicio el Imam (a.s.) le reprocha por su inclinación al mundo, cansancio de la guerra y su falta de orden. Entre ellos Ash’az que era uno de los hipócritas dijo: “¡Por que cuando la gente se levantó en tu contra no hiciste lo que ‘Uzman hizo! ¡Por qué no rechazase la ayuda de la gente para que fueses asesinado!” El Imam (a.s.) contestó:
"وَیْلَکَ یَا ابْنَ قَیْسٍ إِنَّ الْمُؤْمِنَ یَمُوتُ کُلَّ مَیْتَةٍ غَیْرَ أَنَّهُ لَا یَقْتُلُ نَفْسَهُ، فَمَنْ قَدَرَ عَلَى حَقْنِ دَمِهِ ثُمَّ خَلَّى عَمَّنْ یَقْتُلُهُ فَهُوَ قَاتِلُ واى”.
“¡Pobre de ti, oh, hijo de Qaîs! El creyente muere de cualquier muerte, pero no se quita la vida. Cualquiera que pueda defender su vida, y deje que su asesino lo mate, en realidad se ha matado a sí mismo…”. Entonces el Imam (a.s.) comparó a los seguidores de Mu’awîîah y a los jariyíes con los seguidores de Samiri (creador del Becerro de Oro) que decían: “¡No guerra!”, y continuó diciendo: –“Ellos mienten, Dios ordenó luchar con ellos en el Libro y en la tradición de Su Mensajero”.
En ese momento ‘Ash’az enfureció, cambió de tema, comenzó a hablar respecto al suceso ocurrido después del fallecimiento del Profeta (s.a.w.) y de la sucesión de los tres primeros califas. Dijo: “Desde el día en que llegase a Irak constantemente hablas de tu inocencia. ¿Qué fue lo que provocó que con tu espada no hayas defendido tu inocencia?”
El Imam (a.s.) dijo: “Ahora que preguntas, escucha tu respuesta. El que no me levanté no fue por temor o pánico por encontrarme con Dios, sino por la recomendación que me hizo el Mensajero de Dios:
"إِنْ وَجَدْتَ أَعْوَاناً فَانْبِذْ إِلَیْهِمْ وَ جَاهِدْهُمْ وَ إِنْ لَمْ تَجِدْ أَعْوَاناً یَدَکَ وَ احْقِنْ دَمَکَ حَتَّى تَجِدَ عَلَى إِقَامَةِ الدِّینِ وَ کِتَابِ اللَّهِ وَ سُنَّتِی أَعْوَانا"
“Si encontraste algunos ayudantes, anúnciales que van a pelear y lucha contra el enemigo, pero si no encontraste ayudantes, detente y cuida tu vida hasta el momento en que encuentres quien te ayude para que se establezca la religión y el Libro de Dios y mi tradición…”.
A continuación recordó las palabras del Mensajero de Dios (s.a.w.) que dijo. “Tú relación conmigo se asemeja a la relación de Aarón con Moisés, al igual que la gente abandonó a Aarón, a ti también te abandonará…”. Acompañado de Fátima, de Hasan y Husaîn (a.s.) fuimos a casa de cada uno de los Muhaÿir y Ansar para pedir ayuda y asistencia, y fuera de 4 personas que fueron Salmân, Abu Dhar, Miqdâd y Zubaîr, nadie más aceptó ayudarnos. Claro está Zubaîr también fue fiel a su primer pacto pues él hizo dos pactos conmigo. En el primer pacto ellos eran 40 personas, y habíamos quedado en que a la mañana siguiente con la cabeza rapada vendrían a mi casa, que a excepción de estas 4 personas nadie más se presentó”.[1]
El punto mencionado en las recomendaciones del Mensajero de Dios (s.a.w.) fue en esta parte de la narración, que el levantamiento para crear un gobierno es meritorio en caso de que llegue a establecerse la religión de Dios, el Libro y la costumbre del Profeta (s.a.w.), y este asunto se realiza con la participación de algunos ayudantes que tengan la capacidad para este acto. Y el Imam (a.s.) dijo que la causa de no haberse levantado fue la inexistencia de ayudantes como estos.
B) La falta de incompatibilidad de la narración con la falta de ayuda de la mayoría de la gente:
Se dijo que esta narración no indica que el propósito del levantamiento del Imam ‘Alî (a.s.) haya sido la creación de un gobierno islámico, para que se criticara la incompatibilidad de la suposición de la existencia de 40 personas con el rechazo de la mayoría de la gente. Es posible que su propósito de levantamiento sea proteger a la misma religión y a la tradición del Profeta (s.a.w.) aunque el mismo Imam (a.s.) no fuese el gobernador islámico. Por ello, recurriendo a la historia entendemos que en la época del gobierno del primero y segundo califas, por diversas causas y por el bienestar del Islam no sólo el Imam (a.s.) renunció a su derecho definitivo sino que prestó toda su ayuda para proteger el Islam. Al Imam Sâdiq (a.s.) preguntaron: “¿Cuál fue la causa que obstaculizó que el Imam ‘Alî (a.s.) no haya invitado a la gente para que lo ayudara?” El Imam (a.s.) contestó: “Temor a que la gente se volviese apóstata”.[2] El Imam Bâqir (a.s.) dijo:
“A ‘Alî (a.s.) no lo detuvo nada para invitar a la gente. Fue sólo que vio que era mejor que la gente se encontrase en la perdición y no que renegara del Islam al pedirles su ayuda, ya que si ellos hubiesen dado la espalda a esa invitación, en conclusión se volviesen incrédulos”.[3] Imam Husaîn (a.s.) se levantó también con un grupo pequeño, pero el propósito de su levantamiento no fue la creación de un gobierno, sino que fue revivir la religión de Dios, la tradición del Profeta del Islam (s.a.w.) y recomendar los buenos actos y otros. Y suponiendo que el propósito del Imam Husaîn (a.s.) hubiese sido crear un gobierno islámico, tampoco se contradice con su pregunta, puesto que es posible que lo mencionado acerca del número de seguidores fuese la primera condición del levantamiento, bajo este significado que para iniciar un movimiento, si el número de la élite de una sociedad se esfuerza en este asunto, poco a poco atraerá a la multitud, y el levantamiento contará con legitimidad pública. Al estudiar las biografías de los líderes de los levantamientos islámicos entendemos que al inicio de sus movimientos lo hicieron acompañados por un número mínimo y con el tiempo su unión acrecentó atrayendo a cada una de las personas de la sociedad. El día en que el Mensajero de Dios (s.a.w.) inició su tarea de difusión, fuera de la ayuda de ‘Alî (a.s.) y de la honorable Hadiÿa no contaba con ningún ayudante. Pero al paso del tiempo la gente se le fue uniendo, y con la emigración a Medina y la ayuda de estos surgió el campo para crear el gobierno islámico, y esto se realizó. Tal vez el propósito del Imam ‘Alî (a.s.) es también que si contase con 40 personas que le ayudasen y se mantuviesen firmes, se crearía el campo para un revelamiento en todos los aspectos y se levantaría. Aunque en esta narración no se menciona esto directamente, pero al recurrir a otras narraciones, por ejemplo las narraciones existentes respecto al Imam de la Época (a.ÿ.) se confirma este asunto. Abû Basîr dijo que un hombre preguntó al Imam Sâdiq (a.s.) respecto al número de acompañantes del Imam Mahdî (a.s.) y dijo: “La gente opina que son en la misma cantidad que los compañeros de la Batalla de Badr 313”. El Imam (a.s.) dijo:
"وَ مَا یَخْرُجُ إِلَّا فِی أُولِی قُوَّةٍ وَ مَا تَکُونُ أُولُو الْقُوَّةِ أَقَلَّ مِنْ عَشَرَةِ آلَاف".
“Ellos son un grupo poderoso, y un grupo poderoso no puede ser menos de 10 mil personas”.[4]
En otra narración detallada del Imam Sâdiq (a.s.) explica el momento de la aparición… a continuación dice: “Entonces se parará entre el Rukn (el ángulo de la Ka‘bah donde se encuentra la Piedra Negra) y el Maqâm (o sitial de Abraham en la Ka’bah), y con voz alta dirá: “¡Oh, elegidos, y hombres que están cerca de mí! Y ¡oh, aquellos que Dios Sublime los reservó para mí antes de mi surgimiento sobre la Tierra para ayudarme! ¡Para obedecerme vengan hacia mí!”. Su voz llegará a esas personas, y ellos desde el oriente y occidente del mundo, algunos encontrándose en el nicho de la adoración y otros durmiendo, y con esta descripción, al escuchar el llamado, y en un abrir y cerrar de ojos, se encontrarán junto a él entre el Rukn y el Maqam”.[5]
De esta narración se dilucida que ellos no son seres humanos comunes. El asunto que al final mencionamos, es que la shía considera a la mayoría como condición de la realización de un gobierno islámico, no la legalidad de ésta. Cuando un grupo se retractó de pactar con el Imam ‘Alî (a.s.) tales como “Abdul.lah hijo de ‘Umar Ibn Jatâb, Sa’d Waqâs, Muhammad Ibn Muslimah, Hasân Ibn Zâbit (famoso poeta) y Isâmah Ibn Zaîd” el Imam ‘Alî (a.s.) en uno de sus sermones dijo:
"أَیُّهَا النَّاسُ إِنَّکُمْ بَایَعْتُمُونِی عَلَى مَا بُویِعَ عَلَیْهِ مَنْ کَانَ قَبْلِی وَ إِنَّمَا الْخِیَارُ لِلنَّاسِ قَبْلَ أَنْ یُبَایِعُوا فَإِذَا بَایَعُوا فَلَا خِیَارَ لَهُمْ وَ إِنَّ عَلَى الْإِمَامِ الِاسْتِقَامَةَ وَ عَلَى الرَّعِیَّةِ التَّسْلِیمَ وَ هَذِهِ بَیْعَةٌ عَامَّةٌ مَنْ رَغِبَ عَنْهَا رَغِبَ عَنْ دِینِ الْإِسْلَامِ وَ اتَّبَعَ غَیْرَ سَبِیلَ أَهْلِه".
“¡Oh, gente! Habéis pactado conmigo lo mismo que habéis pactado con hombres antes de mí, y claro está mientras la gente no pacte con alguien, tiene autoridad y es libre. Pero cuando pactó no tiene autoridad y en verdad es obligación del gobernador islámico que resista, y la obligación de la gente es obedecer y aceptar, y este es un pacto común que cualquiera que dé la espalda, ha dado la espalda al Islam, y transita por otro sendero fuera del sendero de los musulmanes…”.[6]