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En la actualidad el asunto de la libertad de las mujeres se considera uno de los asuntos social muy importantes en el occidente. La mujer durante el largo de la historia estuvo bajo el dominio del hombre. Ella vivió siempre en una sociedad en la que su derecho social y particular fue pisoteado. En algunas de las sociedades incluso la presentaban como un ser abyecto, pero durante la época de la ilustración las mujeres occidentales conjuntamente con los cambios sociales sucedidos en el occidente iniciaron movimientos bajo el nombre de “feminismo” con el propósito de obtener libertad e igualdad con los hombres, que terminó con la obtención de diversas libertades tales como: derecho de voto, derecho de aborto, divorcio sin culpa, independencia financiera, libertad sexual, amplia presencia en la política, en la sociedad y en la economía. Aquello que tiene importancia son los efectos de la presencia de la mujer dentro de la sociedad considerando y enfatizando sobre las capacidades especiales de ésta desde el aspecto de las especialidades físicas y espirituales, y así también por las dignidades humanas de ésta. Sin embargo el mundo occidental estos efectos los considera únicamente en la presencia física de la mujer. De esta manera que la mujer desde el punto de vista del occidente, además de las libertades individuales sólo fue considerada desde el aspecto externo, un punto de vista que ha frustrado y abrumado a la mujer occidental.
Una de las dificultades importantes de los seres humanos en la actualidad es la protección de los derechos de la mujer. Aunque proteger los derechos de la mujer tiene un largo antecedente pero todavía es considerado uno de los asuntos sociales más importantes. Proteger los derechos de la mujer generalmente gira sobre el eje del asunto de la igualdad del hombre y la mujer en todos los derechos particulares y sociales, así también la libertad de la mujer toma forma dentro de las restricciones y condiciones sociales e individuales. Parece ser que para contestar en forma exacta la pregunta realizada, primero debemos analizar la historia de los movimientos de la protección de los derechos de la mujer en el occidente que hoy día es llamado “feminismo”. Después podremos, con un juicio justo, analizar la libertad de la mujer en el occidente.
El número de mujeres y hombres en el mundo siempre fue igual, e incluso a veces tal vez más, pero la mujer durante el largo de la historia estuvo bajo el dominio del hombre. Ella siempre vivió en una sociedad en la que su derecho social y particular fue pisoteado. En algunas de las sociedades incluso la presentaban como un ser abyecto que sólo vino al mundo para servir al hombre. En la Grecia antigua, que fue considerada una de las culturas más resplandeciente y de las más extensas de su época, la situación de las mujeres no armonizaba en nada con su cultura avanzada. “Ellos consideraban a la mujer como un elemento que paría y satisfacía las pasiones del hombre. La mujer de ninguna forma fue considerada como socia en la vida del hombre, puesto que a ella no la consideraban como poseedora de poderes completos humanos, y la miraban como la fuente de las desgracias y dificultades. La mujer en todos los aspectos de la vida era humillada y despreciada, no poseía un alma eterna humana, por ello no tenía derecho a vivir después de la muerte de su esposo. Los griegos consideraban a la mujer un ser imposible de purificar y nacida del Demonio, le prohibían cualquier acto fuera de servir y satisfacer los instintos sexuales del hombre, y tenía prohibido intervenir”.[1]
“La imagen de la mujer en la Roma Antigua también tenía una situación desagradable; la miraban como símbolo de Satanás, no tomaban en cuenta su posición social ni familiar, la consideraban símbolo total del demonio y de las diversas almas maliciosas. A la mujer la juzgaban símbolo del extravío de la razón y el intelecto, por ello no evitaban molestarla y le prohíban reír e incluso hablar. Las mujeres de Roma en realidad no era consideradas personas, sino que era parte de los objetos, y después de la muerte (de sus dueños) eran heredada al igual que los objetos”.[2]
Esta opinión durante la historia de occidente continuó así hasta la época del Renacimiento que fue la época del despertar del hombre occidental. Esta opinión incluso, con algunas diferencias, existía en otras sociedades, dónde la mujer estaba privada también del derecho de posesión, de la herencia, del derecho social y otros.
Como ejemplo, la mujer en la India era considerada un ser maligno para corromper al hombre, y en algunas tribus de Australia, la mujer básicamente no era considerada humana.[3] En Egipto, China, África y demás lugares del mundo la mujer también estaba privada de los derechos sociales y se encontraba bajo la obediencia de las órdenes del hombre para que trabajara para ellos y los satisficiese sexualmente.
El gran sabio Tabâtabâî explicó la situación de la mujer en las tribus antiguas de la siguiente manera:
“Aquello que a este respecto fue común entre todas esas comunidades, fue que la mujer desde la opinión de esas tribus no contaba con ninguna independencia ni libertad, no en la decisión ni en la práctica, sino que en todos los aspectos de su vida se encontraba bajo el mando y la supervisión del hombre, ningún acto lo realizaba por sí misma, y carecía de derecho para intervenir en cualquier puesto social (no en el del gobierno, ni en el del arbitraje ni tampoco en ningún otro puesto). Ahora veamos al carecer de todos los derechos qué obligaciones asumía. Primero: todas las obligaciones que tenía el hombre ella también las tenía, incluso comerciar, cultivar, partir leña y otros. Segundo: además de esas labores bajo su responsabilidad se encontraba también administrar los asuntos de la casa y a los hijos, y tenía también la obligación de obedecer al hombre en todo aquello que decía y deseaba”.[4]
Con el surgimiento del Islam y al ser anunciado el reglamento avanzado y evolucionado de los derechos de la mujer, fue rota la atmósfera del desprecio hacia ésta, dejó de ser considerada abyecta su identidad, y los musulmanes se vieron obligados a juzgarla respetable y a respetar sus derechos. De lo contrario sería amonestado y en algunos casos castigado. A pesar de todo esto en el occidente, en la era medieval e incluso durante el Renacimiento la mujer se encontró en una situación inadecuada, y diversas opresiones hacia ella eran permisible sólo por ser mujer. Se encontró privada del matrimonio, del aprendizaje, del voto, de las decisiones sociales e incluso a veces también del derecho de posesión. Durante la época de la ilustración occidental el año 1789 d.C. que fue aceptada la Declaración de los Derechos Humanos en Francia no fue mencionado nada respecto a los derechos de la mujer o a la igualdad de ellas con los hombres”.[5]
En una situación opresora así, en una situación en la cual la mujer no contaba con ninguna protección incluso desde el punto de vista de los sabios de su época, es natural que con el desarrollo intelectual social buscase su derecho perdido. Ella tenía derecho a beneficiarse del derecho natural de sí misma en forma de ser humano
Cuando los cambios en el occidente encontraron velocidad la mujer también se esforzó y los movimientos para defender los derechos ésta tomaron forma, haciéndose famosos como movimientos feministas. Estos cambios fueron fundados según bases filosóficas occidentales, fundamentos tales como el humanismo que los deseos del ser humano son colocados como el eje y el principal; el secularismo bajo el significado de hacerlo material y terrenal determinando los límites de la religión y el mundo, sacando a la religión de los diversos aspectos del ser humano, haciéndolo exclusivo del afecto individual; el individualismo bajo el significado de que el individuo es dueño de su cuerpo y él mismo decide respecto a sí mismo.
En base a estos fundamentos filosóficos las mujeres crearon movimientos para alcanzar los derechos de igualdad con los hombres, aunque las mujeres luchaban para obtener la libertad e igualdad pero al mismo tiempo mantenían diferentes creencias e incluso algunos de los grupos tampoco se aceptaban entre sí. En esta forma los movimientos feministas se dividieron en diversos grupos que a continuación en forma resumida se indica el nombre y el propósito de la formación de algunos de estos, para poder entender en mejor forma sus propósitos.
Feminismo liberal: Este movimiento compone el más antiguo y más grande movimiento feminista y sostiene la igualdad entre la mujer y el hombre a través de la reforma de las leyes y la estructura política y social. Ellas sostienen que a través de diversas programaciones en el campo de la literatura, deberán ser quitadas las palabras y los vocablos patriarcales. La independencia individual de las mujeres deberá ser protegida, que es más importante que las costumbres y las organizaciones sociales, a pesar de que este grupo también respecto a la formación de la familia critica demasiado, pero al mismo tiempo solicita su protección.
Feminismo marxista: El factor de inferioridad de la mujer lo considera en la aparición de las relaciones económicas, tales como el capitalismo y la propiedad privada, que pertenece a los hombres y provoca la dependencia de la mujer del hombre. Este grupo se opone fuertemente con la creación de la familia en la sociedad, mientras que los restaurantes y los jardines de niños sustituyen las labores de las mujeres en el hogar para que la mujer libremente pueda participar en los campos públicos. Claro está los marxistas actuales han enfatizado en los aspectos positivos de la familia.
Feminismo radical: Sostienen que el carácter patriarcal y la opresión del hombre es la raíz de todas las anormalidades sociales, como por ejemplo el desprecio a la mujer. Según lo que sostiene esta corriente el matrimonio es un medio y una herramienta sumamente peligrosa que los hombres crearon para encadenar a las mujeres. En esta corriente el matrimonio se considera como mensaje de encarcelar a la mujer. El feminismo radical se esforzó fuertemente para legalizar el aborto. También sostiene que deberá cambiar el método tradicional de la generación para la protección de la descendencia y que a través de la fertilización in vitro y el desarrollo del ser humano en ambientes artificiales y laboratorios provoca que la mujer se libre de las dificultades tales como del embarazo y de parir.
Feminismo socialista: Las feministas socialistas consideran que parte de la inferioridad de las mujeres surge del sistema generativo patriarcal, y otra parte la consideran que surge de la economía y del sistema capitalista. Este grupo tampoco considera al matrimonio una fuente natural sino que lo mira como un asunto artificial, aunque no juzga necesario oponerse a éste. Ellas para la libertad de la mujer juzgan como un asunto necesario e inevitable a la lucha entre las clases sociales y a la lucha del sexo femenino en contra del masculino.
Feminismo ultramoderno: Las tendencias extremistas del feminismo provoca la aparición de un movimiento llamado feminismo ultramoderno que una de las especialidades de este movimiento es el relativismo y la negación de cualquier creencia fija y demasiado repetida. Ellos sostienen que los factores de desprecio hacia las mujeres dependen de las diversas formas de cultura, religión, geografía y otras. Para descubrir estos factores deberá realizarse un análisis regional.
Aquello que obtuvo la mujer en el mundo occidental, aparentemente es muy deslumbrante. Los movimientos feministas obtuvieron muchos logros. La pregunta principal que aquí se realiza es que, actualmente y en el sitio que ocupa la mujer occidental, y después de toda esa libertad individual y social ¿acaso fue protegido su rango y generosidad humana? Explicado de otra manera ¿acaso la mujer occidental actual llegó a obtener la tranquilidad, o vive en la ansiedad e inquietud?
En respuesta habrá que decir, el resultado de la libertad de la mujer en el occidente después de un largo enfrentamiento corresponde a: derecho de voto, derecho de aborto, divorcio sin culpa, independencia financiera, libertad sexual, amplia presencia en la política, en la sociedad y en la economía, aumento de la edad del matrimonio, incremento del nivel de la vida en forma individual, destrucción de la familia, aumento del divorcio, creación de un sentimiento de agresividad entre los dos géneros, destrucción de la feminidad y crisis de identidad en las mujeres, debilitación de la masculinidad, destrucción de los límites particulares y generales (casa y sociedad), promoción de la homosexualidad, aparición del fenómeno de la feminización, pobreza e incremento de diversas enfermedades entre las mujeres tanto físicas como espirituales… volverse medios para el servicio en las ganancias de los capital al crear el aborto, la industrialización del sexo, la pornografía, la industrialización de las relaciones sexuales y otros.
Estos resultados muestran que el feminismo, centrándose en el desarrollo de un aspecto de la mujer, destruyó los demás aspectos de su existencia. Un análisis resumido de la situación de las mujeres antes y después de este movimiento, según lo que los mismos feministas confesaron y los críticos del feminismo en el occidente atestiguaron, es que la mujer a pesar de que en los asuntos mencionados obtuvo libertad pero la hicieron desconocida con su propio innato, y este asunto provocó la falta de identidad y al final la inquietud de la mujer occidental.
El Doctor Tony Grant uno de los críticos del feminismo dijo: “Hoy día parece ser que las mujeres sólo se han vuelto independientes, pero desde el aspecto afectuoso generalmente están más necesitadas, más inseguras, más inestables, más solas y más frustradas que sus madres y sus abuelas”.[6]
Aquello que tiene importancia son los efectos de la presencia de la mujer dentro de la sociedad considerando y enfatizando sobre las capacidades especiales de ésta desde el aspecto de las especialidades físicas y espirituales, y así también por las dignidades humanas de ésta. Sin embargo el mundo occidental estos efectos los considera únicamente en la presencia física de la mujer. De esta manera que la mujer desde el punto de vista del occidente, además de las libertades individuales sólo fue considerada desde el aspecto externo, un punto de vista que ha frustrado y abrumado a la mujer occidental.
[1] – Qâ’imî ‘Alî, La existencia de la vida de la mujer en el pensamiento islámico, p.41.
[2]– Ídem, 42.
[3]– Mas’ûmî Mas’ûd, El feminismo en un vistazo, p.19.
[4]– Tabâtabâî Muhammad Husayn, Al-Mîzân, traduc.persa de Muhammad Bâqir Mûsawî Hamdânî, t.2, p.397.
[5]– El feminismo en un vistazo, p.26.
[6]– Islamlu Na’îmah y demás, La mujer la opresión histórica y la opresión en la igualdad, p.80, Fundación artística cultural Jaibar, Teherán primera impresión 2010.