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Considerando el motivo de la revelación de la aleya mencionada en la pregunta, respecto al rumor propagado en la Batalla de Uhud –entre los musulmanes que el Profeta (s.a.w.) fue martirizado–, un grupo de musulmanes abandonó el campo de batalla, en tal forma que incluso algunos pensaron en dar la espalda al Islam ahora que había sido martirizado el Profeta (s.a.w.) y pedir seguridad a los jefes de los idólatras. En ese momento descendió esta honorable aleya y el grupo de musulmanes que había bajado las armas se vio fuertemente reprochado, que los musulmanes debían estar estables y mantenerse firmes; si el Profeta estuviese vivo, o muriese o fuese martirizado, ustedes no deben dar la espalada a su religión.
Entonces el verbo «قُتِلَ» (matado) sólo menciona una hipótesis que incluso suponiendo que el Profeta (s.a.w.) hubiese sido matado los musulmanes debían continuar firmes en su religión, y no mostrarse negligentes en aquello que es su obligación. Entonces esta aleya no indica nada respecto al martirio del Profeta (s.a.w.).
El asunto del fallecimiento o del martirio del gran Profeta (s.a.w.) es uno de los asuntos debatidos y analizados, acerca del cual se han mencionado razones extraídas de obras narrativas e históricas para comprobar el martirio de este honorable.[1]
Pero respecto a lo que indica la honorable aleya: “Y Muhammad no es más que un Mensajero. Antes de él hubo también otros Mensajeros. ¿Acaso si muere o es matado volveréis a vuestras creencias anteriores? (Y abandonaréis el Islam y regresaréis a la época de la ignorancia e incredulidad). Pues [sabed que] quien vuelva a sus creencias anteriores no puede perjudicar a Dios en absoluto”.[2]
Respecto al martirio del Profeta (s.a.w.) es necesario mencionar el motivo de la revelación de esta aleya, y éste es:
Cuando las llamas de la guerra entre los musulmanes y los idólatras se encontraban ardiendo fuertemente, se escuchó una voz que dijo: “¡Maté a Muhammad!...”. Esto sucedió exactamente en el momento que una persona llamada “Amr Ibn Qumî’ah Hârizî” aventó una piedra hacia el Profeta (s.a.w.) la cual descalabró la frente, rompió un diente e hirió el labio inferior de este honorable. En ese momento el enemigo quiso matar al Profeta (s.a.w.) cuando Mus’ab Ibn ‘Umaîr –uno de los abanderados del ejército del Islam– se interpuso en el ataque y fue muerto, y ya que tenía gran parecido a este honorable el enemigo supuso que el Profeta (s.a.w.) había sido muerto, y en voz alta anunciaron esta noticia a todo el ejército.[3]
La propagación de esta noticia en la misma medida que influyó positivamente en el espíritu de los idólatras, en esa misma medida entre los musulmanes ocasionó gran debilidad. La mayor parte de los musulmanes temió y abandonó rápidamente el campo de batalla incluso algunos pensaron en dar la espalda al Islam ahora que había sido martirizado el Profeta (s.a.w.) y pedir seguridad a los jefes de los idólatras. Pero ante ellos una minoría devota y sólida, tal y como ‘Alî (a.s.), Abû Daÿânah, Talhah y otros de los compañeros cercanos fueron los que invitaban a los demás musulmanes a resistir, hasta que se evidenció que el gran Profeta (s.a.w.) estaba con vida, y esa noticia se había propagado falsamente entre los musulmanes. En ese momento fue descendida esta honorable aleya y un grupo de musulmanes que se había retirado del campo de batalla fue reprochado fuertemente.[4] Por lo tanto la aleya que estamos analizando tiene este significado que el Islam no es una religión que adora a la persona, y suponiendo que el Profeta (s.a.w.) hubiese alcanzado el martirio en esta batalla, la obligación de los musulmanes sin ninguna duda era continuar en el enfrentamiento y mantenerse estables y firmes en su religión; ya que con la muerte o el martirio del Profeta (s.a.w.) el Islam no termina, sino que la religión es una verdad que existirá hasta la eternidad.[5]
Entonces el verbo «قُتِلَ» (matado) sólo menciona una hipótesis que incluso suponiendo que el Profeta (s.a.w.) hubiese sido matado los musulmanes deberán continuar firmes en su religión, y no mostrarse negligentes en aquello que es su obligación. Entonces esta aleya no indica nada respecto al martirio del Profeta (s.a.w.).
[1]– Recurrir a: Índice: “El martirio o el fallecimiento del Profeta del Islam (s.a.w.)” preg.no.4073 (pág.web 4348).
[2]– Āle ‘Imrān [3:144].
[3]– Makârim Shîrâzî Nâsir, Exegesis Nemunah, t.3, p.115.
[4]– Ídem.
[5]– Ídem, p.116; Recurrir a: Fajr Râzî Abû ‘Abdul.lah Muhammad Ibn ‘Umar, Mafâtih Al-Gaîb, t.9, p.377.