Primero: La Shía aunque censura el comportamiento de los califas, pero no los considera incrédulos, al igual que tampoco considera incrédulos a ninguno de los Compañeros Cercanos (Sahâbah) del Profeta (s.a.w.). El criterio y la norma de la Shía en cuanto a los califas es la interacción de los Inmaculados Imames (a.s.) en especial del Imam ‘Alî (a.s.) con ellos, no lo dicho por personas comunes, puesto que los verdaderos shi’ítas se consideran obedientes y seguidores de los Inmaculados Imames.[1]

Segundo: Aquello que era de gran importancia para el Imam ‘Alî (a.s.) y para los demás Imames (a.s.) al grado en que ofrecieron sus vidas por ello, era proteger los fundamentos del Islam. Entonces para que el Islam auténtico permaneciera, el Imam ‘Alî (a.s.) no rehusó su ayuda a ninguno de los califas, y en los casos en que le pidieron consejos, él fue el mejor consejero para ellos. En muchas ocasiones envió a sus hijos a los campos de batalla bajo la dirección de los califas. Este honorable no quería nada para sí mismo todo lo que quería era para el Islam, y puesto que Abu Bakr y ‘Umar, de cualquier manera, se encontraban a la cabeza de la sociedad islámica y oponerse a ellos, en especial en esa época delicada en la cual el Islam se encontraba avanzando, con victorias y conquistando, y tenía muchos enemigos, provocaría el abuso de los enemigos del Islam, en especial de los dos grandes Imperios el de Persia y Roma. El Imam ‘Alî (a.s.) con esa extraordinaria perspicacia tomando una posición correcta desesperanzó a todos los enemigos.

Tercero: En el texto de la pregunta se dijo que el Imam ‘Alî (a.s.) consideraba correcto el califato de Abu Bakr y de ‘Umar así como sus actos. Esto nunca fue así, puesto que además de las oposiciones evidentes de este honorable hacia con los califas, antes del martirio de Fátima Zahra (s.) y también durante los siguientes años en las ocasiones adecuadas, en especial durante el período que el mismo ‘Alî (a.s.) había llegado al califato aparente, criticó fuertemente los actos de ellos, poniendo en duda su califato. Un ejemplo evidente de esta crítica conocida puede encontrarla en el tercer sermón del Nahÿul Balâgah famosa como el Sermón de Shaqshaqiah.

El Imam ‘Alî (a.s.) en este sermón dijo: “…Después de haber pensado la situación cuidadosamente, llegué a la conclusión que lo más sabio para mí era hacer frente al desastre con paciencia y coraje. Por consiguiente, lo soporté todo pacientemente…”.[2]

Entonces la Shía no considera a Abu Bakr ni a ‘Umar incrédulos, ni tampoco estos dos fueron confirmados completamente por el Imam ‘Alî (a.s.), sino que él cooperó con ellos mientras que sus actos fueron para proteger las bases y para el progreso del Islam.[3]