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Taîî al-ard, significa “trasladarse a cualquier punto del mundo en un instante”. Taîî al-ard, es un asunto inhabitual y sobrenatural del ser humano, que realizarlo es posible para alguien que domine una serie de causas naturales. El asunto más importante a ese respecto es la adquisición del autoconocimiento, que el ser humano sepa que puede a través del sendero místico correcto y legal llegar a ser el símbolo de la manifestación de los nombres y atributos Divinos. Para alcanzar este conocimiento según la ley religiosa, lo más importante es purificarse de las contaminaciones del alma y embellecerse con los atributos Divinos.
Según la narración “Qurb Nawâfil” (aproximación de los actos espontáneos de devoción) el ser humano puede adelantar a tal grado que Dios sea sus ojos, sus oídos, su lengua y otros, es decir todos sus actos se vuelvan Divinos. Claro está el misticismo de este sendero deberá realizarse definitivamente con la ayuda de los Inmaculados Imames (a.s.) y bajo el control de un maestro experto en el sendero místico. Según el poeta:
No transites este sendero sin la compañía del Profeta Al-Khidr / está oscuro, teme del peligro del extravío.
En unas cuantas páginas es imposible explicar en forma completa cómo se obtiene el taîî al-ard, sin embargo a continuación indicamos algunos puntos en forma resumida:
1. La verdad de taîî al-ard es uno de los asuntos extraordinarios e inhabituales.[1] Taîî al-ard significa “trasladarse a cualquier punto del mundo en un instante”.[2] Este traslado puede realizarlo alguien que tenga poder sobrenatural y pueda dominar una serie de causas naturales.[3]
2. Obtener el poder sobrenatural y dominar una serie de causas naturales, y como se dice obtener poder sobre el domino de la materia de la creación, necesita de la obtención de algunos preparativos que el más importante entre estos es obtener el autoconocimiento, es decir llegar a ese grado de entendimiento y conocimiento en el que entienda que:
Primero: su alma y todas las criaturas fuera de Dios no tienen ninguna independencia existencial ni de acto, y en este mundo carecen del poder para realizar algo en forma independiente, y ningún movimiento ni acto se realiza sin el deseo y el permiso de Dios Sublime.
Segundo: el propio ser humano, aunque independientemente y por sí mismo no es nada, carece de poder para realizar un acto, pero con el deseo y permiso de Dios obtiene poder y capacidad para ser el lugar de la luminosidad y manifestación de los nombres, los atributos y los actos de Dios. El puede, en forma más completa ser, el símbolo de la elevada Esencia de Dios.
3. Alcanzar el rango de ser la manifestación de Dios y realizar este poder y capacidad, por una parte depende de que el ser humano se haya depurado y purificado internamente de cualquier contaminación. Es decir limpiar de sí mismo las ideas y suposiciones falsas, así como los motivos incorrectos y pensamientos inadmisibles. Y por otra parte, depende de la purificación y el embellecimiento de un buen carácter, es decir, la autenticidad de la existencia, del corazón y de su alma se caracteriza con atributos Divinos, embelleciendo con el atributo laudable a los pensamientos y motivos así como a sus actos, para en esta forma obtener un alma sagrada. En forma más completa, encuentra el acercamiento a Dios, y con este acercamiento a Dios se vuelve dueño del nombre supremo de Dios alcanzando la supremacía existencial, que bajo sus rayos encuentra un poder que puede dominar sobre lo material de las criaturas. Y todas las criaturas del mundo de los elementos lo seguirán y se entregarán ante su alma poderosa. En realidad taîî al-‘ard será uno de los efectos y frutos del poder espiritual y de la manifestación de su alma sagrada.[4]
4. El camino para purificar la existencia del ser humano de las contaminaciones y embellecer el buen carácter, es realizar las órdenes de la ley Divina y la vida en la religión de Dios, que esto fue un obsequio a los seres humanos por medio de los Profetas Divinos, y el rostro completo de la ley Divina que es llamado “religión manifiesta del Islam” fue obsequiado a la sociedad humana a través del honorable Mensajero del Islam (s.a.w.).
5. La ley Divina aunque tiene un aspecto general, pero no hizo obligatorio obtener poderes espirituales sobrenaturales e inhabituales, no obstante los líderes religiosos por una parte exponiendo que los textos religiosos además de su significado extrínseco poseen un significado intrínseco, y por otra parte mencionando los senderos para llegar a los elevados rangos del alma humana, estimulan y persuaden a personas capaces para transitar los niveles del sendero místico. Nosotros nos limitamos aquí a mencionamos el famoso Hadîz de “Qurb Nawâfil” (aproximación de los actos espontáneos de devoción) que es uno de los hadices qudsî (narración inspirada):
El Mensajero de Dios (s.a.w.) transmitió que Dios dijo: “Mi siervo no mostró mayor amistad a nada más querido que a aquello que Hice obligatorio para él, y él a través de los actos de devoción se dirige hacia Mi amabilidad hasta que Yo también lo ame. Entonces cuando lo ame seré sus oídos cuando escuche, y seré su vista cuando vea, y seré su lengua cuando hable, y seré su amigo cuando golpee, y seré su pie cuando camine. Cuando suplique hacia Mi la acepto, y si Me pide algo se lo otorgo”.[5]
6. Es imposible atravesar los niveles del sendero místico humano sin tomar ayuda de Ahl-Bayt (a.s.), ya que ellos son los intermediarios de la gracia Divina y fundadores originales de los místicos verdaderos, al igual que en la Salutación Ÿâma’ Kabîr dice: “Dios principió el Universo a través de ustedes, y para ustedes también concluyó el Libro de la creación.”[6]
7. Por la dificultad de atravesar el sendero místico, el caminante espiritual deberá estar bajo el cuidado del maestro perfecto atento a la verdad y a los que tienen intuiciones, según las medidas y leyes determinadas por la ley del Islam, el gran Mensajero (s.a.w.) y los Inmaculados Imames (a.s.), para entrar en el nivel del sendero místico hacia Dios.[7]
No transites este sendero sin la compañía del Profeta Al-Khidr / está oscuro, teme del peligro del extravío.
No transites sin un anciano por las tinieblas / aunque seas el Alejandro de tu época.
[1]– Husaînî Tehrânî Saîîed Muhammad Husaîn, Bondad Luminosa, pp.182-183.
[2]– Sendero Iluminado, (traducción de Muhaÿat Al-Baîdâ’), t.1, p.32.
[3]– Bondad Luminosa, pp.182-183; para obtener información respecto a taîî al-ard recurrir a: Índice: La verdad de taîî al-ard.
[4]– Ibrâhîmîân Saîîed Ÿusuf, Obsequio del Cielo (explicación al libro El hombre en la tradición del Misticismo, Hasan Zâdeh Âmâlî, pp.526-534).
[5]– Mahâsin Barqî, t.1, p.291; Usûl Kâfî, t.2, p.352.
[6]– "بکم فتح الله و بکم یختم" –Mafâtîh Al-Ÿanân, Salutación Ÿâma’ Kabîr.
[7]– Sharh Muqadamah Qaîsarî, pp.594-595.