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Uno de los asuntos prohibidos en las enseñanzas religiosas, es justificar las violaciones. El Generoso Corán recuerda a algunos judíos que violaron las leyes como los sabeos y los maldice. Puesto que pescar el día sábado era prohibido para ellos y ese día–por el deseo de Dios– una gran cantidad de peces aparecían sobre el agua y a en las orillas del río, para que fuese examinada la fidelidad de los judíos en cuanto a la ley Divina. Pero ellos perdieron su tolerancia y resistencia ante la gran cantidad de peces, el sábado los hacían caer en una trampa y los demás días los pescaban. Ellos justificaban la infracción de sus leyes de la siguiente manera: “Nosotros no pescamos el sábado, sino que alistamos los preparativos para la pesca de los demás días, y arreglar los preparativos no se ha vuelto prohibido para nosotros”.
Por lo tanto la causa del castigo de los judíos fue desobedecer la orden de Dios. Claro está ésta es la opinión de los musulmanes, no la opinión de los judíos, puesto que ellos el sábado lo consideran el día de descanso de Dios. Las aleyas coránicas y las narraciones rechazan este dicho y lo anulan.
Entre los cristianos existe diferencia de opinión tocante al día sábado o domingo. Un grupo de cristianos conocidos como “sabatarios” al igual que los judíos sostiene que el sábado es un día sagrado. Por ello no trabajan ese día sábado y en su lugar lo hacen el domingo, y sostienen que según los versículos de la Biblia los mandatos de los Diez Mandamientos de la Torá siguen vigentes y que Jesús (a.s.) vino para completarlos y ponerlos en práctica. Por otra parte según los cristianos que no son sabatarios, ya que el martirio de Jesús (a.s.) ocurrió el día viernes y este honorable tres días después resucitó y se presentó ante sus discípulos por lo tanto el levantamiento de Jesús (a.s.) ocurrió el día domingo, y ese día para los cristianos es un día festivo religioso.
Según lo dicho respecto a que el día domingo sea un día de castigo para los cristianos, en los textos islámicos no existe ninguna narración que compruebe este asunto.
Una de las historias que ha sido considerada por el Generosos Corán y los Inmaculados Imames (a.s.), y los exegetas musulmanes la han interpretado, es la historia de los “sabeos”.
A un grupo de judíos, por violar algunos actos, le fue prohibido pescar el día sábado. Ellos desobedecieron a través de artimañas y engaños lo ordenado por Dios, por ello se vieron atrapados por la maldición y el castigo transformándose en monos.
La historia de los sabeos fue mencionada en varias Suras del Corán, como por ejemplo: Sura Al-Baqara [2:65], Sura An-Nisā’ [4:47 y 154], Sura Al-‘Arāf, [7:163], An-Naĥl [16:124].
Un compendio de la historia de los sabeos según una narración transmitida del Imam Bâqir (a.s.) del Imam ‘Alî (a.s.) es la siguiente:
“Los sabeos fue una tribu del judío del pueblo de Ela y de la tribu de Tamud, Dios como prueba y para medir la obediencia de estos les prohibió pescar el día sábado. Ellos para justificar su violación en el fondo del rio construyeron estanques y después de que los peces entraban en estos cerraban los estanque con rejillas evitaban que los peces regresaran al rio, y al día siguiente los pescaban. Transcurrió un tiempo en esta forma y nadie les prohibió este acto ladino y prohibido. El Demonio a un grupo de estos los había tentado diciendo que “Dios les prohibió comer pescado el día sábado, no les prohibió su caza”. Por ello el día sábado los pescaban y los demás días de la semana los comían, y día a día incrementó su desobediencia… –El Imam continuó diciendo– La gente al enfrentarlos se dividió en dos grupos. Uno les aconsejó las buenas acciones y reprobó lo prohibido advirtiéndoles de los castigos de Dios, y cuando vieron que estos consejos eran inefectivos emigraron de ese lugar por temor al castigo y buscaron refugio en el desierto. Pero otro grupo aunque consideraba desagradables sus actos, no cumplió con su obligación de aconsejar las buenas acciones y reprobar lo prohibido, por ello todos se vieron atrapados por el castigo de Dios. Al fin, los pescadores se transformaron en monos. Aquellos que no reprobaron lo prohibido se vieron atrapados de un difícil castigo, pero los exhortadores se salvaron… –al final de la narración el Imam ‘Alî (a.s.) dijo– ¡Por Dios que hace brotar la semilla desde dentro de la tierra, la hace crecer y creó a la humanidad, conozco el linaje de esa comunidad que no niega ni tampoco cambia de opinión, sino que dejó a un lado la orden de Dios y se esparció por todo el mundo! Y Dios dice: “¡Maldito sea el pueblo opresor!”[1] Y así también dice: “…salvamos a quienes condenaron el mal y castigamos duramente a quienes fueron opresores, por haber transgredido”.[2]–[3]
Aunque este asunto fue descendido respecto a los judíos pero el dictamen de la aleya incluye también a todos aquellos que desobedecen las órdenes de Dios a través de pretextos fútiles. Este acto de los judíos es similar al acto de algunos usureros que aparentemente comprando y vendiendo, y colocando una caja de cerillos u otro objeto sin valor justifican su usura bajo el nombre de compra y venta. Al igual que los que reciben soborno justifican su mal acto bajo el nombre de remuneración y otros.
Pero acerca de la segunda parte de la pregunta respecto al castigo de los cristianos el día domingo, en los textos islámicos no existe ninguna narración. Lo que a este respecto encontramos en algunas obras de exegesis es lo siguiente:
“La mayoría de los cristianos no dan importancia al día sábado y el día domingo no trabajan; puesto que sostienen que el martirio de Jesús (a.s.) ocurrió el día viernes y este honorable tres días después resucitó y se presentó ante sus discípulos. Por lo tanto el levantamiento de Jesús (a.s.) ocurrió el día domingo, y ese día para los cristianos es un día festivo religioso.
Claro está un grupo de cristianos conocidos como “sabatario” al igual que los judíos sostiene que el sábado es un día sagrado. Por ello el día sábado no trabajan y en su lugar lo hacen el domingo, y sostienen que según los versículos de la Biblia los mandatos de los Diez Mandamientos de la Torá no son exclusivos de los judíos sino que los cristianos también deben ejecutarlos y que la obligación de Jesús (a.s.) era completarlos y ponerlos en práctica.[4]
Índices relacionados:
[1]– Al-Mu’minūn [23:41].
[2]– Al-‘Arāf, [7:165].
[3]– Qumî ‘Alî Ibn Ibrâhîm Ibn Hâshim, Exegesis Qumî, p.244.
[4]–Balâgî Sayyid ‘Abdu Al-Huÿÿat, Huÿÿat Al-Tafâsîr wa Balâg Al-Iksir, t.2, (introducción), p.765.