Please Wait
6601
- compartir
Tal vez la causa por la que los Inmaculados Imâmes (a.s.) no escribieron libros en forma seria ni amplia, fue por preferir atender lo más importante de entre lo importante, y asegurar o proveer los propósitos principales, dedicándose más a educar a las personas. Claro está no fue así que los Inmaculados Imâmes (a.s.) nunca hubiesen escrito libro alguno, sino que las fuentes narrativas numeran decenas de libros en diferentes formas tales como escritos, dictados, explicados o recopilados a través de los compañeros cercanos de los Imâmes Inmaculados (a.s.). Aunque en forma definitiva y segura no pueden aceptarse todos los documentos presentados puesto que como consecuencia de múltiples sucesos tales como las molestias que les ocasionaron los gobernadores opresores a ellos y hacia sus compañeros, así como por los sucesos naturales tales como las torrentes, los terremotos o los enfrentamientos tribuales, numerosos de estos libros fueron destruidos y no llegaron a nuestras manos.
Le agradecemos que no haya elegido para obtener respuesta a sus preguntas religiosas.
Respecto a su pregunta debemos mencionar algunos puntos:
1. Una de las razones importantes de que los Inmaculados Imâmes (a.s.) en persona, y en forma seria y amplia no escribieron libros fue por preferir atender lo más importante entre lo importante, y dedicarse más a educar personas y proteger a la Escuela Shi’íta a través de la fundamentación el método del iÿtihâd (conclusiones deducidas a través del intelecto).[1]
Una explicación al asunto es que:
A) El Imâmato es la continuación de la Profecía, y la filosofía de la existencia del Imâmato es esa misma filosofía existencial de la Profecía. En el Corán y las narraciones se ha dicho que el propósito principal del nombramiento de los Profetas, fue educar a los individuos y otorgar una vida espiritual a los seres humanos.
– El Generoso Corán dice: «¡Oh, los que creéis! Responded a Dios y al Mensajero cuando os invitan a lo que os da vida…».[2]
– Y también dice: «Él es Quien designó entre los iletrados a un Mensajero de entre ellos para que les recite Sus versículos, les purifique y le enseñe la Escritura y la sabiduría».[3]
Y el Imâm ‘Alî (a.s.) dijo: “Dios envió a los Profetas para que hicieran florecer la esencia de los intelectos de los hombres”.[4]
B) La educación de personas que ellas mismas puedan deducir el dictamen Divino y escribir libros de jurisprudencia y otros, además de que proveía el propósito principal del nombramiento de los Profetas (a.s.) y de la filosófica existencial del Imâmato, preparaba también[5] las causas para la expansión, para una mayor propagación y un mejor conocimiento Divino, teniendo como resultado numerosas bendiciones.
El Imâm Jomeînî (r) en su libro Iÿtihâd wa Taqlid (la deducción de las normas islámicas y la imitación) en respuesta a esta pregunta que, por qué los Imâmes (a.s.) en especial el Imâm As-Sâdiq (a.s.), que como consecuencia de las condiciones políticas de la época y el período de la transferencia del gobierno de los omeyas a los abasidas encontró una buena oportunidad para crear un campo de estudios, enseñanzas y aprendizajes, no escribió un libro de Taudîh Al-Masâ’il (libro de instrucción elemental de los preceptos religiosos) muy completo en tal forma que respondiese todos los asuntos de los shi’itas, para que hoy día no necesitásemos del iÿtihâd, y para obtener los preceptos islámicos no necesitásemos recurrir a las narraciones –que por lo general son en forma de preguntas y respuestas y en muchos de los casos también se contradicen entre ellos mismos–, dijo lo siguiente: “Si los Imâmes (a.s.) hubiesen escrito un libro explicando los preceptos (Taudîh Al-Masâ’il) no hubiese más necesidad del iÿtihâd, nadie buscaría adquirir la ciencia ni el iÿtihâd y no existirían los centros de estudios shi’ítas, mientras que estos centros educan a un gran número de estudiantes con muy buenos resultados. La intención de los Inmaculados Imâmes (a.s.) fue fundar estos centros para proteger y defender las fronteras de la religión en la época del ocultamiento.
A través de la fundación de estos centros de estudios teológicos fueron educados grandes sabios que, por una parte, estudiando los conocimientos religiosos en el campo del hadîz, el estudio de narradores, la interpretación, la historia, la teología, la filosofía, la gnosis, la moral, la jurisprudencia y la metodología de la jurisprudencia pudieron vigilar y proteger las enseñanzas heredadas de los Inmaculados Imâmes; y por otra, se enfrentaron ante el ataque cultural de las diversas religiones y escuelas, y protegieron a la sociedad shi’íta del extravío cultural.[6]
C) En todo el sistema educacional, la enseñanza libre es el eje de las enseñanzas. Inclusive hoy día que las posibilidades para la enseñanza a distancia han avanzado y propagado en forma increíble, nunca ha podido sustituir a la enseñanza libre.
D) Si los Inmaculados Imâmes (a.s.) hubiesen escrito libros en forma seria y amplia, tomando en cuenta las condiciones políticas y sociales, tal vez hubiese tenido consecuencias desagradables, puesto que como consecuencia de la situación especial de los Imâmes (a.s.) se excitaría la sensibilidad de los oponentes, así como la sensibilidad de las políticas que dominaban, y el gobierno realizaría todos sus esfuerzos para terminar con esos libros o para tergiversarlos, siendo evidente y claro el resultado peligroso de estos dos.
Pero los Imâmes (a.s.) para mantener inmortal a la Escuela ordenaban a sus alumnos escribir libros pudiendo así proteger en mejor forma a la Escuela puesto que:
Primero: la sensibilidad de los oponentes y las políticas de los gobernadores que mostraban hacia los compañeros cercanos no era tan sensible como la que mostraban hacia los Imâmes (a.s.).
Segundo: el que los libros de los compañeros cercanos sufriesen alteraciones, tendría menores consecuencias[7], y con los principios que los mismos Imâmes (a.s.) habían enseñado podía entenderse que había ocurrido una equivocación en el entendimiento o en la transmisión de aquello que los compañeros cercanos habían transmitido. Por ello gran cantidad de la herencia shi’íta está compuesta por las narraciones de los Imâmes (a.s.) que fue transmitida en forma verbal a los compañeros cercanos y ellos las recopilaban en forma de libros de hadices.
2. Lo mencionado no significa que los Imâmes (a.s.) no hayan hecho ninguna gestión para escribir, sino que en las fuentes narrativas decenas de los libros de los Inmaculados Imâmes (a.s.) fueron mencionados.[8], los cuales fueron escritos en diversas formas:
A) Algunos de estos libros fueron escritos por el Imâm anterior y entregados al siguiente Imâm en forma de herencia del Imâmato, y así sucesivamente hasta que llegaron al décimo segundo Imâm, el Imâm Mahdî (a.ÿ.).
B) Algunos de estos libros fueron dictados por el Imâm y escritos por los alumnos.
C) Algunos fueron escritos por el puño de los Imâmes para guiar a un grupo de personas especiales, por solicitud de otros o en forma general.
D) Algunos libros relacionados con los Imâmes (a.s.) son narraciones conexas con ellos, que fueron recopiladas por otros en uno o más tomos.
A continuación mencionamos algunos libros que están conectados con los Imâmes (a.s.) a través de una de las relaciones mencionadas.
1. “Al-Ÿâm’ah”: es un libro que habla respecto a los mandates de lo permitido y lo prohibido. Este libro fue dictado por el Profeta (s.a.w.) y escrito por el puño y la letra de ‘Alî (a.s.).
2. “Al-Ÿafr”: este libro contiene los sucesos de toda la creación y el Imâm ‘Alî (a.s.) lo escribió sobre piel de cabra o cordero. Este libro fue llamado ÿafr[9] puesto que fue escrito sobre piel de cabra (es decir ÿafr).[10]
3. “Kitâb ‘Alî”: respecto a este libro escribieron: “Este libro fue dictado por el Profeta (s.a.w.) y escrito con puño y letra de ‘Alî (a.s.), y contiene los asuntos correspondientes a lo permitido y lo prohibido. Este libro fue transmitido como herencia del Imâm anterior al Imâm que lo sucedió, y muchas veces sirvió como testimonio para los siguientes Imâmes (a.s.). Algunos dijeron: “Este libro es el mismo libro “Al-Ÿâm’ah”.[11]
4. “Mushaf Fâtimah”: algunos escribieron que este es un libro dictado por el Profeta (s.a.w.) y escrito por ‘Alî (a.s.).[12]
Algunos dijeron que después del fallecimiento del Profeta (s.a.w.) Dios Sublime envió a un ángel para menguar la tristeza de Fátima Zahra’ (s.). El ángel platicó con esta gran dama y el resultado de esta plática es ese mismo libro que fue dictado por Fátima Zahra’ (s.) y escrito por ‘Alî (a.s.).[13]
5. “Kitâb Al-Adâb”.
6. “Kitâb Al-Farâ’id”.
7. “Ÿam’ Al-Qurân wa ta’wîlah” o “Ÿam’ Al-Qurân ‘alâ tartib Al-Nuzûl”.
8. “Kitâb a’lâ fisatin nu’an min anwâ’i ‘ulum Al-Qurân”, del Imâm ‘Alî (a.s.).
9. “Kitâb fi zakât Al-Ganam”, del Imâm ‘Alî (a.s.).
10. “Kitâb fî abwâb Al-Fiqh”, del Imâm ‘Alî (a.s.).
11. “Kitâb Âjar fi Al-Fiqh”, del Imâm ‘Alî (a.s.).
12. “Convenio de Mâlik Ashtar”, del Imâm ‘Alî (a.s.).
13. “Testamento a Muhammad Hanafîah”, del Imâm ‘Alî (a.s.).
14. “Los arbitrajes de Amîr al Mu’minin”, (recopilación de los arbitrajes realizados por este Imâm).
15. “Musnad del Imâm ‘Alî (a.s.)”, recopilado por Nasâ’î de las narraciones del Imâm ’Alî (a.s.).
16. “Nahÿul Balâgah”, recopilación de los dichos y sermones del Imâm ‘Alî (a.s.) por el Saîîed Radî.
17. “Ÿannat Al-Asmâ’”, del Imâm ‘Alî (a.s.).
18. “Gurr Al-Hikam wa Durr Al-Kalam”, recopilación de las palabras del Imâm ‘Alî (a.s.) por ‘Abdul Wâdid Âmidî.
19. “Libro de los misterios de ‘Alî”.
20. “Al-Amzâl Al-Imâm ‘Alî Ibn Abî Tâlib”.[14]
21. “Al-Sahîfat Al-Kâmilatu fi Al-‘Adîîah”, del cuarto Inmaculado Imâm (a.s.).
22. “Al-Sahîfat Al-Zânîîat Al-Saÿâdîîah”, recopilado por Shaîj Hurr ‘Âmilî.
23. “Al-Sahîfat Al-Zâlizat Al-Saÿâdîîah”, recopilado por Mîrzâ ‘Abul.lah Isfahâni, conocido como Afandî, autor de Rîâd Al-‘Ulamâ.
24. “Al-Sahîfat Al-Râbi’at Al-Saÿâdîîah”, recopilado por Mîrzâ Husaîn Nûrî.
25. “Al-Sahîfat Al-Jâmisat Al-Saÿâdîîah”, recopilado por Saîîed Muhsin Amîn, autor de A’îân Al-Shî’ah.
26. “La epístola de los derechos”, del Imâm As-Saÿÿâd (a.s.).[15]
27. “Kitâb Al-Tafsîr”, Imâm Al-Bâqir (a.s.).
28. El Libro del Imâm Bâqir (a.s.) que entregó a Sa’d Al-Jaîr.
29. “Kitâb Al-Hidâîîah”, del Imâm Bâqir (a.s.).[16]
30. “Ÿafr Abîd”, Imâm As-Sâdiq (a.s.) dijo: “El Ÿafr Abîd se encuentra en mis manos y su contiene los Salmos de David, la Tora de Moisés, los Evangelios de Jesús, el Libro de Abraham y lo permitido y prohibido, así como el Mushaf de Fátima. El Mushaf Fâtimah no es el Corán, sino que en ese libro están registrados todos los mandatos que la humanidad necesita”.[17]
En otra narración dice que en el Mushaf Fâtimah (s.) están escritas las noticias de todas las criaturas, no lo permitido y lo prohibido, tal y como fue dicho en ese libro.
31. El Libro del sexto Imâm (a.s.) a Naÿâshî (autoridad de la ciudad de Ahwaz) conocido como el Libro de ‘Abdul.lah Ibn Naÿâshî.
32. “Tauhîd Mufadal”, el Imâm As-Sâdiq (a.s.) escribió respecto a la teología y Mufadal Ibn ‘Umar lo escribió.
33. “Kitâb Ihlîlÿîîah”, del Imâm As-Sâdiq (a.s.).
34. “Kitâb Misbâh Al-Sharî’at wa Muftâh Al-Haqîqah”, atribuido al Imâm As-Sâdiq (a.s.).
35. “Nazr Al-Durar”, atribuido al Imâm As-Sâdiq (a.s.).
36. “Testamento a Hishâm Ibn Hakam y las especialidades de la razón”, del séptimo Imâm (a.s.).[18]
37. “’Ilal Al-Ahkâm Al-Shar’îîah”, Imâm Ridâ (a.s.) escrito en respuesta a los asuntos de Muhammad Ibn Sanân.[19]
38. “Al-‘Ilal”, de Fadl Ibn Shâdhân, recopilación de las palabras que escuchó del Imâm Ridâ (a.s.).
39. “Risâlat Dhahabîîah”, respecto a la medicina del octavo Imâm (a.s.).
40. “Fiqh Al-Ridâ”.
41. “Sahîfat Al-Ridâ” o “Musnad Al-Ridâ”, del octavo Imâm (a.s.).[20]
42. “’Uîûn Al-Ajbâr”, recopilación de las narraciones del octavo Imâm (a.s.) por el Shaîj Saduq.[21]
43. “Libro de la predestinación y el libre albedrío”, del Imâm Hâdî (a.s.).
44. “Respuestas a las preguntas”, Îahîâ Ibn Akzam del Imâm Hâdî (a.s.).
45. “Qat’at min Ahkâm Al-Dîn”, del Imâm Hâdî (a.s.).
46. “Tafsîr”, interpretación atribuida al Imâm Hasan ‘Askarî (a.s.).
47. “Mawâ’idz Qisâr”, del Imâm Hasan ‘Askarî (a.s.).
48. “Risâlat Manqabat”, del Imâm Hasan ‘Askarî (a.s.).
49. “Mukâtibât Al-Riÿâl”, del Imâm Hasan ‘Askarî (a.s.).[22]
3. Es necesario mencionar este punto que en forma definitiva y cierta no pueden aceptarse todos los documentos que respaldan estos escritos, puesto que tomando en cuenta la distancia del tiempo entre nuestra época y la época de los Inmaculados Imâmes (a.s.), y así también tomando en cuenta las limitaciones de los medios de información en la época de los Inmaculados (a.s.), y tomando en cuenta las políticas de los gobernadores basándose en la prohibición para escribir libros de hadîz[23], o la limitación de los Imâmes (a.s.) y las molestias que les causaban a ellos y a sus compañeros cercanos tales como incendiar y destruir sus casas, o el suceso de numerosos acontecimientos naturales tales como torrentes o terremotos[24], o los enfrentamientos étnicos y raciales[25] muchos de estos libros fueron destruidos y no llegaron a nuestras manos.
[1]– Es evidente que el uso de este método durante la historia, en especial durante el tiempo en que los Imâmes (a.s.) no tienen una presencia directa en la sociedad, son la seguridad de la sobrevivencia de la religión y de la Escuela Shi’íta.
[2]– Al-Anfāl 8:24
[3]– Al-Ŷumu‘a 62:2.
[4]– Nahÿul Balâgah, sermón no.1.
[5]– Estas personas actuaban como enciclopedias vivas y heraldos, y con su presencia en las diversas sociedades, a través de sus palabras y actos eran considerados los mejores elementos para realizar propaganda y difundir las sabidurías.
[6]– Mahdî Hâdavî Tehrânî, La historia de la metodología de de la jurisprudencia, pp.74-76.
[7]– Es evidente que no serán iguales las consecuencias de las alteraciones en el texto que está relacionado en forma definitiva y cierta con los Imâmes (a.s.), y escrito por el mismo Imâm (a.s.), con la alteración en el texto que corresponde a uno de los alumnos de los Imâmes.
[8]– Recurrir al software de preguntas, parte respuestas a las preguntas, Oficinas de Propagación Islámica, pregunta: “Por favor mencione los libros de nuestros Imâmes (a.s.). Y explique cada uno de los libros a cuál de los Inmaculados (a.s.) pertenece”.
[9]–Ÿafr es una ciencia a través de la cual se conocen los sucesos del mundo hasta su destrucción. Esta ciencia se encontraba a disposición del Imâm ‘Alî (a.s.) y demás Inmaculados Imâmes (a.s.), pero los científicos del mundo occidental lo atañían a la familia del Profeta (s.a.w.). El gran sabio Dehkhoda dijo: “En la obra Kashâf Istilahât Al-Funûn dice: “La ciencia de ÿafr y ÿâma’h son dos asuntos que el Imâm ‘Alî (a.s.) codificó en forma alfabética en dos tomos. El presentó los sucesos del mundo hasta la destrucción del universo, y ciertamente los Inmaculados Imâmes (a.s.) después de este generoso gozaban de este conocimiento, y extraían de este libro los asuntos correspondientes al futuro. El octavo Imâm (a.s.) en respuesta a la propuesta de Ma’mûn para aceptar la supremacía por sucesión dijo: “Yo acepto esta obligación que después de ti seré tu sucesor y el califa, pero este acto no se realizara (queriendo decir antes de esto moriré)”. El Seîîed consideró el documento de esta predicción relacionado con la ciencia del ÿafr y yâma’h. Enciclopedia Dehkhoda, t.5, p.6852.
El Imâm As-Sâdiq (a.s.) también dijo:
“Ante nosotros se encuentra el Al-Ÿafr rojo y el blanco así como el Mushaf Fâtimah (s.) y ante nosotros se encuentra Al-Ÿâm’ah en el que está registrado todo lo que el ser humano necesita…”.Bihâr Al-Anwâr, t.26, p.18; Shaîj Mufîd, Irshâd, p.257; Tabarsî, Ihtiÿâÿ, t.2, p.132.
Respecto al grado de la veracidad de esta ciencia es natural que los principios fundamentales de ésta, (que se encuentran a disposición de los Inmaculados Imâmes (a.s.), es definitiva e inequívoca. Pero en cuanto traspase ese límite y encuentre un aspecto de enseñanza –suponiendo que sea posible– será especulativa al igual que otras ciencias.
Las bases de esta ciencia están establecidas en una forma de ascetismos complejos. Claro está no les recomendamos que lo investiguen, pero pueden obtener información a este respecto en las siguientes fuentes:
(1). Nafâîes Al–Funûn, Shams Al-Dîn Âmulî.
(2) Sarmâîeh Sujanwanân, Muqadam, t.1.
(3) Golzar Akbarî, Nahâwandî.
(4) Anwâ’ wa ashkâl shinâjt, Âle-Ishâq.
[10]–Hasan Ibn Farruj, Basâ’ir Al-Daraÿât, pp.157-159; Saîîed Murtidâ ‘Askarî, Ma’âlim Al-Mudarrisîn, t.2, p.223.
[11]– Muhammad Ibn Jâlid Barqî, Al-Mahâsin, p.193.
[12]– Basâ’ir Al-Daraÿât, pp.157-158.
[13]– Ídem, p.153; Kulaînî, Kâfî, h.1, p.24.
[14]– Saîîed Muhsin Amîn, A’îân Al-Shî’ah, t.2, p.332-333.
[15]– Ídem, pp.457 y 476.
[16]– Ídem, pp.476-518.
[17]– Kâfî, t.1, p.240.
[18]– A’îân Al-Shî’ah, t.2, pp.518-521.
[19]– Ídem, p.539.
[20]– Ídem, pp.566-568;Basâ’ir Al-Daraÿât, pp.157-158.
[21]– A’îân Al-Shî’ah, t.2, p.584; Basâ’ir Al-Daraÿât, p.153; Kulaînî, Kâfî, h.1, p.24.
[22]– Ídem, p.588.
[23]– Hâdavî Tehrânî Mahdî, Reflexiones en la metodología de la jurisprudencia, primer libro, sexto cuaderno, pp.94-101.
[24]– Tal y como la destrucción de los libros de Ibn Abî ‘Umaîr, Ardibîlî, Ÿâmi’ Al-Rawât, t.2, p.51.
[25]– Como incendiar la biblioteca del Shaîj Tûsî; Introducción al estudio de los narradores, Shaîj Tûsî, p.17.