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En la obra Llaves del Paraíso fueron mencionados súplicas y actos para ver a los santos Divinos en sueño, pero habrá que considerar que estos caminos por sí no son causa suficiente para tener éxito en soñar con las personas que queremos. Es decir, no es así que ya que cualquiera que las realizó definitivamente soñará con el Profeta (s.a.w.). Puesto que este acto importante necesita también de otras condiciones tales como dejar de pecar, realizar las obligaciones y tener puridad interna. Entonces al reunir todas estas condiciones es cuando es posible ver en sueño al Profeta (s.a.w.).
Antes de responder es necesario indicar en forma sucinta la esencia del sueño y sus diversidades:
Los sabios han sostenido detallados y largos debates respecto a la esencia de la realidad del sueño. Algunos lo consideran el resultado de la irrigación de una gran cantidad de sangre del cerebro hacia las demás partes del cuerpo, y en esta forma lo creen como un “factor físico”.
Otros sostienen que las excesivas actividades corporales provocan la acumulación de una materia venenosa especial en el cuerpo, y este mismo asunto hace efecto sobre el sistema nervioso produciendo en el ser humano un estado de sueño. Mientras que este estado continúa hasta que estos venenos se separan y son absorbidos por el cuerpo. En esta forma fue considerado para éste un “factor químico”.
Otro grupo considera para el sueño un tipo de “factor nerviosos” y dice que el sistema nervioso activo especial que se encuentra dentro del cerebro humano y es origen del movimiento constante de los miembros, deja de trabajar y se apaga como consecuencia de un gran cansancio.
Aunque los efectos de estos factores no pueden negarse en forma general, pero ninguna de estas teorías pudo dar una respuesta satisfactoria y persuasiva al asunto del sueño.
Lo que provocó que los sabios hoy día se viesen incapacitados de mencionar y explicar claramente respecto a los asuntos del sueño, es ese mismo pensamiento material de ellos. Ellos quieren, sin aceptar la autenticidad e independencia del alma, explicar este asunto, mientras que el sueño antes de ser un fenómeno corporal es un fenómeno espiritual que sin el conocimiento correcto del alma, explicarlo es imposible.
El Generoso Corán mencionó la explicación más exacta para el asunto del sueño, puesto que dice que el sueño es una forma de “muerte” y separación del alma del cuerpo, pero no una separación total.
En esta forma, cuando por orden de Dios la luz del alma es separada del cuerpo, y no quedan más que unos rayos descoloridos, el sistema de la percepción y la razón dejan de funcionar, y el ser humano deja de sentir y de moverse, aunque parte de las actividades que son necesarias para continuar su vida, tales como los latidos del corazón, la circulación de la sangre y la actividad del sistema respiratorio y digestivo continúan.[1]
Entonces en el sueño dejan de funcionar parte de (no todas) las actividades del cerebro del ser humano[2], y por ello el sueño ha sido explicado como el hermano de la muerte.[3]
En una narración el Imâm ‘Alî (a.s.) dijo: “El sueño provoca calma de cualquier dolor, sufrimiento, y también es un tipo de muerte.[4]
Los sueños son diferentes y pueden presentarse en tres partes generales: (a) los sueños evidentes que no necesitan de interpretación, (b) las ilusiones que por ser complicadas no tienen interpretación, (c) los sueños en los que el alma dominó a través de invenciones y alegorías, siendo los sueños que se interpretan.[5]
Después de mencionar esta introducción debemos decir que existe la posibilidad de que el ser humano en el sueño, viajando en el mundo inmaterial y en el mundo mental, pueda llegar ante estos queridos. Es decir cuando el ser humano duerme se percata del mundo inmaterial y mental, puesto que él es parecido a ello, y en conclusión observa algunas de las realidades de esos mundos en la medida de su capacidad y posibilidad.[6] Por ello, no hay por qué asombrarse si leemos que entre los sabios hubo quienes llegaron a obtener ese estado, tal y como el Profesor Mutaharî que llegó a obtener ese honor[7].
Pero, primero: todos los seres humanos en los asuntos correspondientes al sueño no cuentan con autoridad como para que puedan ver en sueños el propósito que tienen en mente.
Segundo: aunque en la obra Las llaves del Paraíso fueron mencionadas[8] las instrucciones[9] y esto mismo puede tener algunos efectos, pero la causa adecuada para poder ver al Mensajero del Islam (s.a.w.) no es en el sueño como para que cualquiera que lo realice pueda sin duda ver en sueños al Profeta (s.a.w.), ya que este acto importante necesita también de otras condiciones tales como dejar de pecar, realizar las obligaciones y puridad interna. Y al reunir todas estas condiciones es cuando es posible ver en sueño al Profeta (s.a.w.). Es decir, las personas que cuentan con un alma purificada y un espíritu limpio pueden llegar a alcanzar su propósito deseado.
En efecto si usted realizó estos actos y no llegó a obtener su propósito, Dios le otorgará otras recompensas, ya que tiene el deseo de ver al Profeta (s.a.w.) y también realizar esos actos, que la mayoría son súplicas preferibles ante Dios y tiene recompensa.
El último punto es que ver al gran Profeta (s.a.w.) en sueños no es exclusivo de la realización de estas súplicas y actos, y también es posible por otros medios tales como implorar a los santos Divinos. En los estados que registraron del Aîatul.lah Mar’ashie Naÿafî, dicen que dijo: “Una noche antes de dormir imploré para poder ver en sueños a uno de los santos Divinos”. El vio al Imâm ‘Alî (a.s.) en sueño que esa noche ocurrió la historia famosa del poema de Shahriar (Los buenos actos perduran).[10]
[1]– Recurrir a: Exegesis Nermunah, t.19, pp.482-483.
[2]– Shîrâzî Makârim Nâsir, El día de la Resurrección y el Mundo después de la Muerte, p.385.
[3]– Awâlî Al-Âlà, t.4, p.73. "النوم اخو الموت"
[4]– Gurar Al-Hikam, h.1461. –"النوم راحة من الم و ملائمة الموت".
[5]– Traducción al persa Al-Mîzân t.11, p.372.
En una narración del Profeta (s.a.w.) está registrado: “El sueño ocurre en tres formas: (1) albricia por parte de Dios, (2) pensamientos del ser humano y (3) temor que Satanás provoca”. Kanz Al-‘Amâl, h.41385.
En otra narración el Imâm As-Sâdiq (a.s.) dijo: “Cuando un siervo decide pecar y Dios quiere su bien, le muestra un sueño terrible, a través del cual deja de pecar”. Ijtisâs, p.24.
[6]– Para más información recurrir a: Traducción de Al-Mîzân, t.11, pp.366-373.
[7]– Su esposa relata que un día el Profesor súbitamente se despertó, respiraba agitado, entonces le pregunté: “¿Qué sucede? Dijo: “Soñé que con el Imâm Jomeînî íbamos ante el Mensajero de Dios (s.a.w.), estando ahí dije al Profeta (s.a.w): “¡Él es vuestro descendiente, oh, Mensajero de Dios!” Entonces el Profeta y el Imâm se abrazaron, luego se volteó hacia mí y me abrazó entonces colocó sus labios sobre los míos y aún siento su calor, creo que ocurrirá un gran suceso en mi vida”. Tres días después fue martirizado”.
[8]– Apostilla en la obra Las Laves del Paraíso, "باقیات الصالحات".
[9]– Recitar las suras Aš-Šams [91], Al-Layl [92], Al-Qadr [97] Al-Kāfirūn [109] Al-Ijlāş [112] Al-Falaq [113] An-Nās [114], luego 100 veces “Ash,hadu an la ilaha il,la Al.lah” (Atestiguo que no hay más dios que Al.lah) 100 “Al.lahumma Sali ala Muhammad wa ali Muhammad” (Gloria mi Señor Inmenso y alabanza Él ¡Oh, Al.lah bendice a Muhammad y a su familia) una ablución antes de dormir y dormirse sobre el costado derecho hacia la qiblah.
[10]– Sabûrî Husaîn, Nuestro Shahrîar. Impreso en 1381.