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Esta sura tiene 176 aleyas, y fue descendida en Medina. Su contenido invita a la fe, a la justicia, a tomar lección de las comunidades anteriores, a romper en forma amigable las relaciones con los enemigos de Dios, a proteger a los huérfanos, menciona mandatos del matrimonio y de la herencia, la necesidad de obedecer al líder Divino, la emigración, la realización de la lucha santa en el sendero de Dios y otros. Ya que las 35 primeras aleyas de esta sura hablan respecto al asunto de la familia, fue nombrada Sura An-Nisā’ (las mujeres).
Introducción:
La Sura An-Nisā’ contiene 176 aleyas y fue descendida en Medina. Es decir en la época en que el Profeta del Islam (s.a.w.) se encontraba fundando un gobierno islámico y creando una sociedad pura humana. Por ello muchas de las leyes efectivas para crear una sociedad saludable, fueron descendidas en esta sura.
El motivo de haber sido nombrada “An-Nisā’” (las mujeres) fue que al inicio de ésta habla de los derechos de la mujer y después de la relación de la mujer y el hombre, así como de los diversos aspectos de la vida de la mujer.
Ya que en la Escuela del Islam fue considerada la personalidad y el rango de la mujer, era necesario que en una de las suras del Corán fuesen tratados los asuntos de la mujer, y la Sura An-Nisā’ por los aspectos sociales de ésta fue el mejor lugar para debatir respecto a las mujeres.
Asuntos y temas de la Sura An-Nisā’
Esta sura comprende cuatro temas principales:
1. En esta sura desde la primera hasta la aleya 25, después de la aleya 33 a la 35, luego de la aleya 127 a la 130 y así también en la última aleya se debate el asunto de los derechos de la mujer –y en ocasiones respecto a los derechos de los huérfanos y necios. Se habla también de la forma en que se divide la herencia entre el hombre y la mujer, la falsa atestiguación (a la fuerza) ante el heredero de la mujer, habla de quitar el derecho de que la mujer reciba su mahr (obsequio que determina el hombre para la mujer en el momento de casarse) y la prohibición de contraer matrimonio con determinadas mujeres entre ellas la madrastra. Después habla respecto al dominio del hombre sobre la mujer en los límites de la ley religiosa, y respecto a las mujeres virtuosas, la paz entre el marido y la esposa, acerca de la justicia e inclinación hacia la realidad en la creación de la familia, y al final respecto a algunos asuntos de la herencia.
2. Otro asunto que se debate en las aleyas 26 a 32 corresponde al respeto y al valor de los bienes y de la vida de los seres humanos así como de la necesidad de protegerlos; y existen factores que obligan a los seres humanos a transgredir en los bienes y en la vida de otros; tal y como la ignorancia y avidez.
3. El tercer asunto que se trató en esta sura –aleyas 36 a la 40– es la necesidad de la beneficencia hacia los indigentes, prohibición de la avaricia y el ofrecimiento de los bienes por hipocresía.
4. Pero el asunto principal que tratan la mayoría de las aleyas de la Sura An-Nisā’, es el asunto del gobierno islámico desde todas sus perspectivas. Como ejemplo:
Las aleyas 41 y 42 dicen que el Profeta (s.a.w.) domina sobre su comunidad y desobedecerlo es prohibido. Así tampoco no debe negarse cuando le piden que atestigüe.
En las aleyas 44 a 57 se debate en forma detallada respecto al papel que juega el conocimiento en la realización del derecho así como las responsabilidades de los sabios en la fidelidad de lo depositado a través de decir la verdad sin cambios ni alternaciones. Así también la multa de atribuirle una mentira a Dios y menciona los atributos reprochados de estas personas. En estas aleyas es corrido el velo de sobre sus fraudes dejando al descubierto sus intenciones corruptas.
En las aleyas 58 a 70 se habla de los valores sobre los cuales se apoya la política islámica, el más sobresaliente entre estos es la fidelidad en el depósito (pagar los derechos de la gente) y arbitrar con justicia.
Entonces en estas mismas aleyas se habla del obedecimiento hacia el Profeta (s.a.w.) y hacia los dotados de autoridad así como de la prohibición de obedecer a los tiranos. También habla de los atributos de aquellos que siguen a los tiranos. El Corán a este grupo que sigue a los tiranos los llama “hipócritas”, puesto que los hipócritas siempre desobedecieron las órdenes del Profeta del Islam (s.a.) y huyeron en las guerras. Entonces el debate es acerca del valor de defender a los indigentes.
En la política islámica. Las aleyas 77 a 79, y así también las aleyas 80 a 87 tratan dos asuntos;
Primero, la necesidad de la disciplina en la guerra y el obedecimiento de cualquier orden, que sea dictada por los comandantes.
Segundo, el papel que juega el comandante y el jefe del ejército en la instigación hacia la batalla obligando a la gente a obedecer las órdenes.
En las aleyas 88 a 91 la plática se centra en la posición y postura de los hipócritas. El Corán determina la naturaleza de los hipócritas y de la diversidad de estos, y dice cómo deben comportarse con ellos.
En las aleyas 95 a 100 se habla de los muÿahid o los que realizan la lucha santa, y de los que no lo son, es decir aquellos que dieron la espalda a la lucha. Así también habla de los emigrantes como estratos determinados en la sociedad islámica ante los estratos de los hipócritas que fueron recordados.
El Corán en las aleyas 105 a 111 retorna al debate de los valores políticos islámicos que cómo el gobierno islámico es un gobierno legal y lejos de la corrupción administrativa. Y también prohíbe al Mensajero de Dios que dispute con los traidores y los engañados que –según ellos– tenían la intención de desviarlo.
En las aleyas 117 a 126 el Corán debate respecto a diversos aspectos de la hipocresía. Un ejemplo es el origen de la hipocresía y el papel que juega el Demonio con esas promesas atractivas y falsas, y sus fábulas vacías.
El Corán después de que en las aleyas 131 a 134 mencionó la necesidad de la abstinencia, responsabilidad, establecer la justicia y la atestiguación para Dios con el propósito de purificar el alma y dijo que son de los factores de la hipocresía, nuevamente en las aleyas 136 a 146 regresa para evidenciar que la fe es una realidad basta e imposible de ser analizada y dividida. Bajo este significado que aquellos que permiten en su fe la intervención de otros pensamientos son incrédulos y se encuentran en el grupo de los hipócritas que se engañan a sí mismos, puesto que eligen a los incrédulos como amigos, y el lugar de ellos se encuentre en lo más profundo del Fuego del Infierno.
Entonces muestra el único medio para salvar a ese grupo del estado del cual se vio atrapado, siendo el único sedero el arrepentimiento y la reforma de su alma. Después deberá agradecer a Dios e inclinarse hacia la fe y no hablar mal ni decir malas palabras, y buscar la satisfacción de Dios a través de la realización de actos agradables.
El Corán esta vez habla más explícitamente de la expansión y la pureza de la fe así como de la verdad imposible de que ésta sea analizada y dividida. En las aleyas 150 a 160 dice que aquellos al no haber sido persuadidos carecen de fe, que ellos son gente mentirosa, semejante a los Hijos de Israel cuando pidieron a Moisés (a.s.) que les mostrara a Dios en forma evidente, y luego a pesar de que les mostró los signos del poder de Dios adoraron al becerro, rompieron el pacto y se volvieron incrédulos de los signos de Dios, acusaron a María de deshonor, pretendieron haber matado a Jesús (a.s.), se mostraron opresores consigo mismos y comenzaron a usurear.
El Corán en las últimas aleyas de esta sura habla de la necesidad de la fe en Dios y de Su Mensajero en forma completa e invita a los seres humanos hacia la luz que hizo descender para ellos:
En forma resumida y compendiada los diversos debates mencionados en esta sura son:
1. La invitación hacia la fe, justicia y cortar las relaciones amigables con los enemigos tenaces.
2. Parte de la historia de los antepasados para estar lo más familiarizados posible con el destino de las sociedades faltas de salud.
3. El apoyar a aquellos que necesitan de ayuda tales como los huérfanos, así como las órdenes necesarias para proteger los derechos de estos.
4. La ley de la herencia en base a un método natural y justo, contrario a la forma tan desagradable que tenía en esa época y a través de diversos pretextos privaba a la gente débil e indigente.
5. Las leyes correspondientes al matrimonio y los programas para proteger la puridad moral pública.
6. Las leyes generales para proteger los bienes públicos.
7. El control, la protección y la reforma del primer núcleo social, es decir el ámbito de la familia.
8. Los derechos y las obligaciones recíprocos de las personas integrantes de la sociedad.
9. La presentación de los enemigos de la sociedad islámica y advertir a los musulmanes respecto a estos.
10. El gobierno islámico y la necesidad de obedecer al líder de un gobierno así.
11. Estimulación a los musulmanes para luchar en contra de los enemigos conocidos.
12. La presentación de los enemigos que posiblemente tuviesen actividades secretas.
13. La importancia de la emigración y su necesidad cuando se encuentre ante una sociedad corrupta e imposible de influir en ella.
14. Nuevamente debates respecto a la herencia y a la necesidad de dividir las grandes riquezas entre los herederos.[1]
[1]– Recurrir a: Un grupo de traductores, Exegesis Hidâîat, t.2, pp.8-12; Qarâ’atî Muhsin, Exegesis Nûr, t.2, p.237; Makârim Shîrâzî Nâsir, Exegesis Nemunah, t.3, pp.242-243.