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Dios Sublime en esta aleya ordena a los tutores de los huérfanos que tengan cuidado con los bienes de estos, y cuiden de sus inversiones. Que examinen a los huérfanos durante el período de su tutoría hasta que lleguen a la edad de la pubertad y madurez, y cuando vean que alcanzaron esa edad deben regresarles sus bienes. Este examen es para evidenciar que llegaron a la edad de la pubertad y del matrimonio y han madurado lo suficiente como para recibir sus bienes y utilizarlo en los beneficios individuales y sociales. Eviten utilizar y mal gastar los bienes del huérfano. Si el tutor es adinerado y posee capitales, que no tome nada de los bienes del huérfano para sí mismo. Pero si es pobre puede tomar un sueldo en la medida habitual y necesaria para vivir de los bienes que se encuentran depositados ante él.
Por lo tanto los tutores de los huérfanos tienen la obligación para examinar el intelecto, el entendimiento y la capacidad de estos, y en caso que hayan llegado al grado de la perfección mental deberán regresarles sus bienes.
El motivo de la revelación de la aleya que estamos analizando[1] fue Zâbit Ibn Rifâ’ah y su tío paterno. Rifâ’ah el padre de Zâbit falleció y Zâbit quedó huérfano siendo aun un niño. Su tío paterno se presentó ante el Profeta (s.a.w.) y preguntó: “Mi sobrino ha quedado bajo mi custodia ¿hasta qué medida estoy autorizado para utilizar sus bienes, y cuándo debo regresárselos?” En ese momento fue revelada esta aleya.[2]
Para evidenciar lo ordenado en el asunto, primero explicamos los vocablos importantes de la aleya y después trataremos el asunto principal:
El vocablo "ابتلاء" es el infinitivo del verbo imperativo "ابتلوا" bajo el significado de “prueba”.[3] El propósito de “بلغوا النکاح” (maduro para casarse) es cuando la persona llega a la edad de poder casarse, entonces en realidad la explicación de “llegar al matrimonio” es un figurativo racional. El verbo "آنستم" se deriva del infinitivo "ايناس" y significa observar que dentro de su significado existe benevolencia.[4] El vocablo "رشد" (madurez) es bajo el significado de “madurez racional”.[5]
La frase "فادفعوا..." (cuando les entreguéis) es una insinuación de que los bienes del huérfano deberán ser entregados a él mismo, y la causa de que en lugar de "فاعطوا" (cuando les concedáis), utilizó "فادفعوا ..." (cuando les entreguéis) es para indicar “otorgamiento” así como ser una insinuación de librarse él mismo de las molestias y las responsabilidades. Entonces esta interpretación al mismo tiempo que es una interpretación muy sencilla contiene en sí una insinuación delicada.
La frase "حَتَّى إِذا بَلَغُوا النِّكاحَ..." (hasta que lleguen a la edad de casarse), pertenece a la frase "وابتلوا..." (vosotros examinad) y su significado es que examinen al huérfano, y este examen deberá comenzar desde el momento en que llega a la edad de la distinción y continuar hasta que llegue a la edad del matrimonio. Entonces si observaron que encontró madurez racional, entréguenle sus bienes. Por lo tanto esta interpretación es hasta el grado de continuación del examen, y quiere decir que un niño huérfano cuando se acerque a la edad de la distinción y a la edad de la razón, es decir, llegue al grado en que pueda ser examinado, deberán examinarlo y este examen deberá continuar hasta que llegue al grado del matrimonio.
La naturaleza de este asunto así lo demanda, pues con una o dos veces que lo examine no puede determinar la madurez del niño, sino que este examen deberá repetirse hasta que se observe la madurez en él, puesto que el niño después de llegar a la edad de la distinción, poco a poco llega al grado de “رهاق“[6] (cerca de la adolescencia), luego a la adolescencia y después a la edad del “matrimonio” y es entonces cuando llega al grado de la madurez.[7]
Por lo tanto el significado de toda esta aleya es que examinen al huérfano y si observan que ha madurado entréguenle sus bienes. Esta forma de hablar nos da a entender que llegar a la edad del matrimonio no es la causa completa para entregarle los bienes al huérfano, sino que lo que demanda es que cuando la causa se completa y el huérfano puede independientemente posesionarse de sus bienes que haya llegado también al grado de madurez racional, puesto que una de las condiciones de las posesiones económicas, es que además de haber llegado a la edad de la pubertad debe también haber alcanzado desarrollo mental. De aquí se deduce que el Islam no consideró en forma igual el asunto de la pubertad en todo lugar, en el asunto del culto (oración, ayuno…), o en los castigos y las multas consideraron a la pubertad como el haber llegado a la edad que dictamina la religión, es decir la edad en que puede contraer matrimonio. Pero respecto a las posesiones económicas y a la confesión y parecidos, agregó también otra condición y esta es haber llegado al grado de la madurez. Esto mismo es una de las delicadezas que el Islam utilizó al establecer sus leyes, puesto que en caso de que en este asunto no hubiese puesto como condición la madurez racional y en las posesiones económicas y parecidas no hubiese considerado válido, el sistema de la vida social de las personas, tales como el huérfano, quedaría confuso.[8] En una narración le fue preguntado al Imam Sâdiq (a.s.) respecto al significado de “madurez” en la aleya que estamos analizando. Este honorable dijo: “La madurez es el poder para proteger los bienes”.[9]
Por lo tanto los tutores de los huérfanos tienen la obligación para examinar el intelecto de los huérfanos desde la perspectiva de entendimiento, capacidad y economía de estos, y en caso de que su intelecto haya llegado al grado de la perfección deberán regresarles sus bienes.[10]
Otro de los asuntos que Dios Sublime considera obligatorio que los tutores de los huérfanos realicen, es que deberán ser muy cuidadosos con los bienes de los huérfanos, deben evitar utilizar y malgastar los bienes de estos. Si el tutor es adinerado y posee capitales, que no tome nada de los bienes del huérfano para sí mismo. Pero si es pobre puede tomar un sueldo en la medida habitual y necesaria para vivir de los bienes que se encuentran depositados ante él.[11] Claro está si la inversión del huérfano es muy poca y no es de considerar, no debe tomar nada de ésta.[12]
Otro asunto es que cuando el huérfano llegó a la madurez deben entregarle sus bienes ante testigos, aunque Dios es suficiente para atestiguar. Pero esta atestiguación y toma de testigo desde dos perspectivas puede ser considerado: una de éstas para que en el futuro el mismo huérfano y el dueño de los bienes no pretenda con respecto a la dilapidación de su capital por parte del tutor y de su albacea, y desde otra perspectiva es ante la gente y la sociedad que en caso de que hubiesen rumorado a este respecto tenga un documento para defenderse.
Para finalizar debemos decir que existen diferencias de opiniones entre los sabios religiosos en la forma de cómo examinar al huérfano. Algunos dicen que: los huérfanos se dividen en dos grupos de niños, varones o mujeres. Si son varones su examen es en esta forma que el tutor debe entregarle la cantidad de un mes de sus gastos, o menos, y decirle como debe administrarlo, lo dejen, entonces vea como lo gasta. Si lo administró en forma correcta se evidencia que ha madurado, entonces debe entregarle sus bienes. Pero si es al contrario, aun no ha llegado al grado de madurez. Si es mujer, debe dejar bajo su responsabilidad los trabajos de la casa y los trabajos de las mujeres, y explicarle como debe realizarlos, y vea si tiene el poder para hacerlo en forma correcta. Si lo hizo correctamente la niña ha madurado y debe entregarle sus bienes, de lo contrario deberá guardarlos hasta que madure.[13]
[1]– An-Nisā’ [4:6]. “Examinad a los huérfanos hasta que lleguen a la edad de casarse y, si los consideráis (suficientemente) maduros, entregadles sus bienes y no os los comáis, derrochándolos prematuramente, antes de que se hagan mayores. Y el que sea rico, que se abstenga (de cobrar un sueldo) de ellos, y el que sea pobre que use lo justo (y según sus esfuerzos tome un sueldo). Cuando les entreguéis sus bienes, hacedlo ante testigos. Y Dios es suficiente para llevar la cuenta”.
[2]– Asbâb Al-Nuzûl, tradc.persa Dhakâwatî ‘Alî Ridâ, p.78.
[3]– Ibn Mandzûr, Lisân Al-‘Arab, t.14, p.83, vocablo "ابتلاء".
[4]– Tabâtabâî Sayyid Muhammad Husayn, Al Mizân fi Tafsîr al Qurân, tradc.persa Muhammad Bâqîr Mûsawî Hamidânî, t.4, p.274; ‘Amîn Sayyida Nusrat, Majzan Al-‘Irfân fi Tabsîr Qurân, t.4, p.17.
[5]– Lisân Al-‘Arab, t.3, p.175, vocablo "رشد".
[6]–Edad entre niñez y juventud, en realidad adolescencia. Enciclopedia Abÿadî, p.803 a continuación del vocablo “رهق”.
[7]– Al Mizân fi Tafsîr al Qurân, t.4, p.275.
[8]– Ídem.
[9]– Hurr ‘Âmilî, Wasâ’il Al-Shî’ah, t.19, p.369.
"وَ عَنْ يُونُسَ بْنِ يَعْقُوبَ قَالَ قُلْتُ لِأَبِي عَبْدِ اللَّهِ (ع) قَوْلُ اللَّهِ فَإِنْ آنَسْتُمْ مِنْهُمْ رُشْداً فَادْفَعُوا إِلَيْهِمْ أَمْوالَهُمْ أَيُّ شَيْءٍ الرُّشْدُ الَّذِي يُؤْنَسُ مِنْهُ قَالَ حِفْظُ مَالِهِ".
[10]– Tabarsî, Maÿma’ Al-Baîân fi Tafsîr Al-Qurân, t.5, p.29.
[11]– Baîdâwî ‘Abdul.lah Ibn ‘Umar, Anwâr Al-Tanzîl wa Asrâr Al-Ta’wîl, t.2, p.61; Majzan Al-‘Irfân, t.4, p.18; Wasâ’il Al-Shî’ah, t.17, p.258.
"عَنْ زُرَارَةَ وَ مُحَمَّدِ بْنِ مُسْلِمٍ عَنْ أَبِي عَبْدِ اللَّهِ ع قَالَ مَالُ الْيَتِيمِ إِنْ عَمِلَ بِهِ الَّذِي وُضِعَ عَلَى يَدَيْهِ ضَمِنَ وَ لِلْيَتِيمِ رِبْحُهُ قَالَا قُلْنَا لَهُ قَوْلُهُ وَ مَنْ كانَ فَقِيراً فَلْيَأْكُلْ بِالْمَعْرُوفِ قَالَ إِنَّمَا ذَلِكَ إِذَا حَبَسَ نَفْسَهُ عَلَيْهِمْ فِي أَمْوَالِهِمْ فَلَمْ يَجِدْ لِنَفْسِهِ فَلْيَأْكُلْ بِالْمَعْرُوفِ مِنْ مَالِهِمْ ".
[12]– Shaîj Tûsî, Al-Tahdhîb, t.6, p.341.
"... عَنْ مُحَمَّدِ بْنِ الْفُضَيْلِ عَنْ أَبِي الصَّبَّاحِ الْكِنَانِيِّ عَنْ أَبِي عَبْدِ اللَّهِ (ع) فِي قَوْلِهِ عَزَّ وَ جَلَّ وَ مَنْ كانَ فَقِيراً فَلْيَأْكُلْ بِالْمَعْرُوفِ فَقَالَ ... إِذَا كَانَ يُصْلِحُ لَهُمْ أَمْوَالَهُمْ، فَإِنْ كَانَ الْمَالُ قَلِيلًا فَلَا يَأْكُلْ مِنْهُ شَيْئاً"
[13]– Abu Al-Futuh Râzî Husayn Ibn ‘Alî, Raud Al-Ÿinân wa Ruh Al-Ÿinân fi Tafsîr Al-Qurân, t.5, p.251.