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De las aleyas coránicas y narraciones existentes de los Inmaculados Imâmes (a.s.) se entiende que las almas pueden después de la muerte recurrir a este mundo e informarse de las posturas de sus familiares y otros, y el papel que juegan los ángeles Divinos también como intermediarios en este acto no sólo no se ha negado sino que se ha mencionado directamente.
En las narraciones dice:
1. “En verdad que el creyente visita a su familia; entonces él ve aquello que desea, y aquello que le disgusta es ocultado para él”.
2. “Dios envía a un ángel para que lo acompañe y le muestre aquello que lo contenta y…”.
Para evidenciar la respuesta es necesario considerar algunos puntos:
1. El ser humano tiene dos perspectivas, alma y cuerpo. No puede negarse que existe una verdad llamada “alma” en los humanos.
El alma del ser humano es una esencia inmaterial viva, poderosa, inteligente y libre para decidir, que es nombrada también “alma racional” o “espíritu”.[1]
La relación del alma con el cuerpo es una relación controlada, es decir, el alma tiene una vida desde el principio y mientras pertenezca al cuerpo, el cuerpo también recibe vida de ésta. Y cuando se separa del cuerpo, el cuerpo pierde las propiedades de la vida, desintegrándose gradualmente, aunque el alma continúa con su vida.[2]
2. Las investigaciones racionales respecto a la vida después de la muerte, pueden comprobar asuntos generales tales como la sobrevivencia del alma y/o la necesidad del día del Juicio. Pero las particularidades del asunto después de la muerte habrá que obtenerlas a través de la revelación o de las palabras de los Inmaculados Imâmes (a.s.).
3. De las aleyas y narraciones en este campo se entiende que el alma de los seres humanos después de la muerte puede obtener información de los asuntos del mundo.
Como ejemplo a continuación mencionamos algunas narraciones en este campo:
(1) Ishâq Ibn ‘Ammâr pregunto al Imâm Kâdzim (a.s.) si el creyente (después de la muerte) visita a su familia. El Imâm (a.s.) dijo: “¡Sí!” Pregunté: “¿Cuánto tiempo?” Respondió: “En la medida de sus virtudes; algunos de ellos todos los días y otros cada tercer día”.
Ishâq ‘Ammâr dijo que mientras hablaba el Imâm (a.s.) entendí que dijo que un pequeño número de entre ellos (visita a su familia) cada viernes. Entonces pregunté: “¿A qué hora?” Dijo: “Durante el descenso del sol, o parecido. Entonces Dios Sublime envía un ángel que lo acompañe para que le muestre aquello que lo contenta, y oculte de él aquello que lo entristece”.[3]
(2) El Imâm Sâdiq (a.s.) dijo: “En verdad que el creyente visita a su familia; entonces ve aquello que lo contenta y aquello que lo disgusta es ocultado para él. Y en verdad que el incrédulo visita a su familia; entonces ve aquello que le disgusta y le es ocultado aquello que lo contenta”. Este Imâm (a.s.) dijo: “Algunos de ellos visitan cada viernes y otros visitan según sus actos”.[4]
4. De ahí que los ángeles Divinos se encuentran en una cadena de causas longitudinales, y son una de los medios Divinos, no es improbable que las almas puedan por orden de Dios recurrir al mundo y enterarse de la postura de sus familiares y otros, y este caso los ángeles jueguen un papel de intermediarios. Al igual que fue indicado en las narraciones.
[1]– Ahí donde se habla de la relación entre el alma y el cuerpo, y el efecto mutuo entre estas dos, la llamamos “espíritu”, y ahí donde los fenómenos espirituales son discutidos separados al cuerpo la llamamos “alma”.
[2]– Recurrir a: Al-Mîzân, (traduc.persa), t.19, p.344.
[3]– Maÿlisî, Bihâr Al-Anwâr, t.6, p.268.
[4]– Kulaînî, Kâfî, t.3, p.230.