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قناعت” (moderación) en la lingüística significa quedar satisfecho con algo en poca medida de los artículos necesarios y estar de acuerdo con aquello que le fue destinado a la persona. En las narraciones a veces el vocablo ‘moderación’ fue utilizado bajo el significado de satisfacción absoluta. Respecto a la diferencia entre ‘moderación’ y ‘avaricia’ es digno de decir que: la ‘moderación’ es utilizada más en la conducta individual y corresponde al uso óptimo de las posibilidades de la vida, evita la exageración en los gastos y usos, y la persona se muestra satisfecha con las bendiciones Divinas, aunque sean en poca medida. Mientras que ‘avaricia’ corresponde a la conducta social, cuando la persona deba ayudar apresuradamente a otros, y usar sus posibilidades económicas y crédito para los usos necesarios de la sociedad, se muestra avaro y no gaste.
Antes de tratar el asunto de “قناعت” (moderación), analizaremos su significado lingüístico y terminológico así como su diferencia con “بخل” (avaricia), y después trataremos su valor y efecto:
Significado de “قناعت” (moderación) y su diferencia con “بخل” (avaricia)
A) Significado de “قناعت” (moderación) en la lingüística significa quedar satisfecho con algo en poca medida de los artículos necesarios y estar de acuerdo con aquello que le fue destinado a la persona.[1] En las narraciones a veces el vocablo ‘moderación’ fue utilizado bajo el significado de satisfacción absoluta. ‘Alî (a.s.) en una carta que escribió a ‘Uzmân Ibn Hanîf dijo: “¿Acaso debo convencerme que la gente diga él es Amîr Al-Mu’minîn, y no comparta con ellos los tiempos difíciles de la vida?”[2]
En la ciencia de la moral ‘moderación’ se utiliza ante ‘avidez’. El atributo de ‘moderación’ provoca que la persona se limite a la medida de sus necesidades y no pida más de ello.[3] Por lo tanto puede decirse que la persona moderada es aquella que está satisfecha con poco, no se siente descontento y está a gusto con su parte.
B) Diferencia entre moderación y avaricia: En la diferencia entre ‘moderación’ y ‘avaricia’ es digno de decir que ‘moderación’ fue utilizado en la conducta individual y corresponde al uso óptimo de las posibilidades de la vida, evita la exageración en los gastos y usos, y la persona se muestra satisfecha con las bendiciones Divinas, aunque sean en poca medida. Mientras que ‘avaricia’ corresponde a la conducta social, cuando la persona deba ayudar apresuradamente a otros, y usar sus posibilidades económicas y crédito para los usos necesarios de la sociedad, se muestra avaro y no gaste. La ‘moderación’ es signo de magnanimidad, generosidad, abstinencia y tolerancia de los seres humanos. Mientras que ‘avaricia’ es un atributo abyecto y derivado del desprecio de la persona y símbolo del sentimiento de superioridad en ésta.
En este campo los seres humanos se dividen en cuatro grupos:
1. El mismo come y da de comer a los demás, esta persona es del grupo de los caritativos.
2. El mismo no come, pero da de comer a los demás, esta persona es del grupo de los abnegados.
3. El mismo come, pero no da de comer a los demás, esta persona es del grupo de los avaros.
4. El mismo no como ni tampoco da de comer a los demás, esta persona es del grupo de los viles y mezquinos.
Es posible que el ser humano no se beneficie a sí mismo de sus bienes ni tampoco dé a los demás, que este es el último grado de vileza y mezquindad, y peor que la avaricia, puesto que la persona avara se beneficia ella misma de sus bienes pero no da a los demás. La mejor forma es que el ser humano respetando la moderación tanto él mismo disfrute de sus bienes en la forma necesaria y también el exceso lo ofrezca, sea abnegado y haga que los demás también disfruten de su parte, mostrando solidaridad con los dolidos y necesitados de la sociedad.
El intelecto es un factor importante en la elección de la moderación. El Imam ‘Alî (a.s.) dijo: “Moderado es aquél que razone”.[4]
El intelecto elige a la moderación por los resultados valiosos de ésta, y la considera beneficio de la persona. Unos de los resultados que tiene, es la falta de necesidad del ser humano de los demás y el que encuentre poder para soportar las deficiencias así como paciencia ante éstas. Aunque el ser humano aparentemente a través de la moderación utiliza menos las posibilidades aparentes, pero como resultado de la moderación este acto es aceptado por la razón. En la medida que incremente el nivel de conocimiento de la persona respecto al mundo y a su propia alma, y observe el asunto humano con mayor profundidad, obtendrá mayor preparación para aceptar los atributos agradables humanos, como por ejemplo el atributo de la moderación.
Con lo mencionado se evidencia que la moderación es una manifestación de la postura y el hábito de la continencia, que surge de la conducta y del nivel de la subsistencia de la vida del ser humano. En realidad la vida continente es esa misma vida con moderación sencilla y lejos de la avidez, de los lujos y la ostentación, así como de buscar la variedad y diversidad.
El Amir Al-Mu’minîn, ‘Alî (a.s.) también interpretó a la moderación como una vida sencilla con pocos destellos y ligera: “Bástense con poco del mundo para que vuestra religión quede inmune, puesto que el creyente es moderado con lo poco que le es suficiente”.[5]
En forma general deberá considerarse que la moderación, no es ser avaro o no usar. Moderación es aquello que el ser humano utiliza de sus posibilidades en forma correcta, beneficiándose en forma adecuada y respetando el patrón de consumo recomendado en la sociedad y según las órdenes del Islam. En estos asuntos deberá evitar el exceso y el derroche.[6]
Resultados de la moderación
La moderación desde el aspecto positivo y negativo tiene numerosos resultados. A continuación indicamos algunas consecuencias positivas y negativas de ésta:
Resultados positivos
A) Estima y honra: El Corán directamente dice: “Y la honra pertenece a Dios, a Su Mensajero y a los creyentes”.[7] La importancia de esta honrar y gloria es tal que de ninguna manera permite al hombre creyente que se rebaje y humille ante los demás.
El Imam Sâdiq (a.s.) dijo: “Dios puso a disposición del creyente todos los asuntos pero no permitió que se humille y apoque. ¿Acaso no vez que Dios a este respecto dijo: “La honra pertenece a Dios, a Su Mensajero y a los creyentes”? Por lo tanto es digno que el creyente tenga siempre estima, y nunca se humille”.[8] El gran Mensajero (s.a.w.) dijo: “No es digno que el creyente se humille a sí mismo”.[9] Sin duda uno de los asuntos que provocan que el ser humano tenga honra y grandeza, y lo salve del desprecio y la humillación es la moderación. El Imam ‘Alî (a.s.) dijo: “Nadie es más querido que la persona moderada”.[10] “La moderación es el medio para adquirir estima”.[11] “La moderación provoca estima y falta de necesidad de la demás gente”.[12] “La moderación es la estima más estable”.[13]
B) Tesoro interminable: El gran Mensajero del Islam (s.a.w.) dijo: “La moderación es un tesoro inmortal”.[14] Así también dijo: “La moderación es un bien interminable”.[15] El Imam ‘Alî (a.s.) dijo: “No existe un tesoro que haga a alguien innecesario que la moderación”.[16]
C) Moderación y falta de necesidad: El Mensajero de Dios (s.a.w.) dijo: “La falta de necesidad no es por tener grandes riqueza, la falta de necesidad sólo está en el espíritu de la falta de necesidad”.[17] El Imam Sâdiq (a.s.) dijo: “Cualquiera que esté satisfecho con aquello que Dios le dio como sustento, es de la gente más falta de necesidad”.[18] Y también dijo: “La mejor falta de necesidad es la moderación”.[19] El Imam ‘Alî (a.s.) dijo: “La moderación es la más superior entre las faltas de necesidad”.[20]
Resultados negativos de la insatisfacción
A) Desprecio y humillación: Alguien que no esté satisfecho con aquello que Dios predestinó para él quiera o no, deseará codicioso los bienes de otros, que como resultado alargará la mano de la necesidad hacia ellos, y esto por sí mismo provocará desprecio y humillación hacia él.
El Imam Sâdiq (a.s.) dijo: “Qué malo es para el creyente que exista en él deseo de que alguien lo desprecie y humille”.[21]
El gran sabio Maÿlisî en explicación de esta narración dijo: “El propósito y deseo que se ha reprochado y provoca desprecio y humillación en la persona es que alargue la mano pidiendo algo a la gente. En cambio pedir y solicitar a Dios, además de que no es un acto despreciable, provoca la gloria siendo esto mismo un honor.[22]
B) Preocupación constante: Uno de los resultados de la avidez y codicia es la preocupación y la causa de la angustia.
El Imam Bâqir (a.s.) respecto al descenso de la aleya “Y no alargues tus ojos hacia lo que Nosotros hemos proporcionado a algunos de ellos, flor de esta vida mundanal, para ponerles a prueba con ello, pues la provisión de tu Señor es mejor y más duradera”[23] dijo: “Cuando el gran Profeta del Islam (s.a.w.) escuchó esta aleya se incorporó y dijo: “Aquel que no espere de Dios, el deseo del mundo lo destruirá. Y aquel que no deje de desear con codicia aquello que tienen los demás su melancolía se alargará y su enojo no se apaciguará. Y aquel que considere las bendiciones de Dios sólo en lo comestible y bebible, su vida se acortará y su castigo (dolor y sufrimiento) se acercará”.[24]
Por lo tanto el ser humano nunca deberá perder el equilibrio en la vida y deberá procurar la moderación, de lo contrario no verá la felicidad ni prosperidad.
[1]– Tarîhî Fajr Al-Dîn, Maÿma’ Al-Bahraîn, t.4, p.348.
[2]– Nahÿul Balâgah, p.418.
[3]– Narâqî Maulâ Mahdî, Ÿâma’ Al-Sa’âdat, t.2, p.104.
[4]– Âmadî ‘Abdu Al-Wâhid Ibn Muhammad, Gurar Al-Hikam wa Durar Al-Kalam, p.391.
[5]– Ídem, p.393.
[6]– Extraído de la página http://amoozeh.ir/Archive (con algunos cambios).
[7]– Al-Munāfiqūn [63:8].
[8]– Kulaînî Muhammad Ibn Îa’qub, Kâfî, t.5, p.63.
[9]– Sayyid Ibn Tâwûs, Al-Îa’qîn, p.336.
[10]– Gurar Al-Hikam wa Durar Al-Kalam, p.392.
[11]– Ídem, p.391.
[12]– Ídem.
[13]– Ídem.
[14]– Fatâl Naîshâbûrî Muhammad Ibn Hasan, Raûdat Al-Wâ’idzîn, p.456.
[15]– Ídem.
[16]– Nahÿul Balâgah, p.540.
[17]– Harânî Hasan Ibn Shu’bah, Tuhfat Al-‘Uqûl, p.57.
[18]– Kâfî, t.2, p.139.
[19]– Tabarsî Abulfadl ‘Alî Ibn Hasan, Mishkât Al-Anwâr, p.130.
[20]– Gurar Al-Hikam wa Durar Al-Kalam, p.392.
[21]– Kâfî, t.2, p.139.
[22]– Maÿlisî Muhammad Bâqir, Bihâr Al-Anwâr, t.70, p.171, h.25.
[23]– Ťa Ha [20:131].
[24]– Ídem, t.67, p.317, h.25.