Dios para la felicidad del ser humano estableció leyes y mandatos. Si alguien realiza estas órdenes llegará a obtener la felicidad de este mundo y de la otra Vida, y en caso contrario se privará a sí mismo de la felicidad verdadera.

El pecado y la desobediencia son bajo el significado de transgredir, de salir de la obediencia y dejar de realizar una orden.[1] Los pecados desde el aspecto de efectos en el mundo y en la otra Vida, y desde el aspecto de su pena y castigo tienen diferencias entre sí.

División de los pecados en el Corán

El generoso Corán presenta a la asociación como el pecado más grande:

«إِنَّ الشِّرْكَ لَظُلْمٌ عَظِيم» –“En verdad, el politeísmo es una opresión inmensa”.[2] Y en otra aleya Dios dividió los pecados en asociación y menor a asociación. “En verdad, Dios no perdona a quien adora a otro distinto a Él pero, aparte de eso, perdona a quien Él quiere”.[3] En otra parte dice: “Aquellos que se abstienen de los grandes pecados e indecencias, excepto los pecados pequeños (que a veces se ve contaminado de estos). En verdad, tu Señor es muy perdonador”.[4] Explicado de otra manera, Dios dice si dejan de realizar los pecados graves, Dios os perdonará los "لمم" (los pecados veniales que a veces realizan). Claro está esto es en caso de que no insistan en la realización de los pecados veniales, y no los repitan.[5]

División de los pecados en las narraciones:

En las narraciones de Ahl-Bayt (a.s.) los pecados fueron divididos en capitales (graves) y veniales. El Imam Sâdiq (a.s.) utilizando las aleyas del Corán consideró los siguientes pecados como pecados capitales[6]: desesperanza de la clemencia de Dios [Yūsuf 12:78]; sentirse a salvo de los planes de Dios [Al-‘Arāf, 7:99]; anatema de los padres al hijo [Maryam 19:32]; asesinar a un hombre creyente [An-Nisā’ 4:93]; calumniar a una mujer pura [An-Nūr 24:23]; quitar los bienes del huérfano [An-Nisā’ 4:10]; huir de la lucha santa [Al-Anfāl 8:16]; usurar [Al-Baqara 2:277]; fornicar [Al-Furqān 25:68-69]; traiciónar [Āle ‘Imrān 3:161]; dejar de pagar el azaque obligatorio [At-Tauba 9:35]; hechizar [Al-Baqara 2:102]; jurar falsamente por un pecado [Āle ‘Imrān 3:77]; romper lo pactado [Al-Baqara 2:27].[7]

Desde el punto de vista de los castigos en el mundo también los pecados tienen diversos grados: El castigo de algunos asuntos tales como matar a propósito, adulterar y otros es la horca. Y el castigo de otros tales como la fornicación, beber licor y otros son los azotes y otros.[8] Para algunos de los pecados por ejemplo dejar de ayunar, romper una promesa o un juramento y otros, existen las multas tales como ayunar, o dar de comer a los necesitados.[9].

Pero respecto a la comparación del grado de fornicación con la música debemos recordar que aunque el grado de la fornicación es superior a escuchar música prohibida, ya que del Profeta (s.a.w.) se transmitió una narración que dijo: “La música prohibida es la escalera de la fornicación”. Y el Imam Sâdiq (a.s.) dijo: “La casa en la cual se escucha música prohibida no quedará protegida de la corrupción y deshonestidad”.[10] En estas dos narraciones luminosas, escuchar música prohibida fue considerado como el inicio del pecado de la fornicación. Pero no encontramos razón para este asunto que el castigo por fornicar sea 34 veces más que el castigo por escuchar música privada.

El punto final es que aunque en la cultura islámica los pecados tienen diversos grados, pero debe ponerse atención en que el pecado por más pequeño que sea es grande ante Dios. El Imam Bâqir (a.s.) dijo: “No observen la pequeñez del pecado, observen ante quien tuvieron la osadía de pecar”.[11]