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Los pretendientes de este método dicen que el ejercicio de la meditación nos lleva al maravilloso viaje de crear una abertura en nuestros pensamientos. Ahí existen beneficios numerosos tales como una vida más saludable y llena de tranquilidad sin estrés ni preocupación y sin cansancio, y nos da el poder para alcanzar los diversos niveles de la mente y un estado de conciencia.
Al realizar un análisis sucinto respecto a la meditación, el zen y la yoga, puede concluirse que, aunque estos pueden hasta cierto punto ser beneficiosos, pero no son de fiar ni se encuentran libres de errores puesto que el mundo de la existencia es un conjunto que se encuentra interconectado, y las leyes que dominan sobre el alma del ser humano no se encuentran fuera de las leyes que dominan el mundo de la creación. Entonces las leyes que pueden ser fiables son aquellas que surjan de una fuente consciente del mundo de la creación y de la ley religiosa. Por lo tanto las órdenes que llegaron de Dios, autor de la creación, a través de los Profetas Divinos al ser humano, son de fiar. Pero las diversas sectas y escuelas tales como los zen budistas y la yoga, puesto que, primero, carecen de la estructura de un sistema de pensamiento y, segundo, no se basan en enseñanzas reveladas, no pueden ser fiables ni seguras.
El método de la meditación o de la reflexión interna lo presentó Berner el año de 1970. En este método la persona reflexiona respecto a su propia personalidad y con esta pregunta que ¿quién soy?, se sienta durante horas en un lugar, medita y profundiza respecto a sí mismo y a su vida. Últimamente los escritores de occidente inspirándose en el oriente han considerado a la meditación para ejercicios de concentración y una tranquilidad profunda, terminar con las presiones espirituales y centrar la energía. En la meditación la trayectoria de la reflexión dentro del ser humano se realiza acompañada del recuerdo a Dios, puesto que recordando a Dios llegará al conocimiento de su alma y conciencia de sí mismo. Es decir la meditación la consideran acompañada de reflexión e invocación que se realiza para alcanzar niveles más profundos de la razón y de la conciencia espiritual de sí mismo, y por lo general surge de la repetición de una palabra determinada. Según el Dr. Benson[1] la meditación se basa en los cuatro elementos fundamentales, es decir: (1) un ambiente tranquilo, (2) concentrar el pensamiento en un asunto personal, (3) tener una subjetividad pasiva, (4) el estado inactivo del cuerpo.
La reflexión profunda ha sido considerada bajo los nombres de éxtasis profundo, meditación o reflexión interna y externa, así como meditación en el interior. El éxtasis interno es bajo el significado de limitar a la concentración de los sentidos hacia el interior. La meditación es el método que nos permite alcanzar diversos niveles de la mente y del estado de conciencia. Este estado se asemeja a afinar un instrumento para tocar. Este método da a la persona la posibilidad de crear dentro de sí misma un campo o un estado interno, en el cual no sólo prueba el sabor de un poder placentero, sino que entra en una forma de conocimiento intuitivo. El propósito final de todos los métodos de meditación es la adquisición de la conciencia pura.[2] Los pretendientes de este método dicen que el ejercicio de la meditación nos lleva al maravilloso viaje de crear una abertura en nuestros pensamientos. Ahí existen beneficios numerosos tales como una vida más saludable y llena de tranquilidad sin estrés ni preocupación y sin cansancio. Pero todos estos son beneficios secundarios, y el benefició más importante para la meditación es entrar en la abertura entre los pensamientos.[3]
Para la meditación fueron presentados diversos métodos. Uno de estos métodos es el método de la meditación yapa presentado por un gran maestro hindú. “Yapa” significa repetición constante del nombre de Dios. A través de este método de meditación puede quedarse en la abertura entre los pensamientos, claro está por un tiempo.[4] En la religión budista tanto el método fundamental de volverse budista es la meditación, que en la Escuela Zen fueron consideradas dos formas: (1) meditación tatha-gata en la cual se necesita de una mente pura. (2) Meditación en base a los maestros budistas que no necesita de ningún esfuerzo racional para alcanzar el aprendizaje súbito e inmediato del budismo zen. Aunque la persona en cualquier estado puede realizar meditación, pero el método común de ésta es sentado en flor de loto. El clímax de la meditación es posible que se obtenga gradual o súbitamente. Las diversas sectas tienen diversos métodos a este respecto para desarrollar el poder de la imaginación, tal y como las preguntas extrañas, o el método del relámpago que se utiliza pegar y golpear para despertar.[5]
Pero respecto al budismo zen debemos decir que en los países occidentales los budistas mahāyāna –que la mayoría se encuentra en Japón– también va en incremento. Los seguidores de la Escuela Zen sostienen que cuando preguntas algo a la esencia de zen en realidad preguntas a la verdad de tu propia alma. Puesto que zen te dice qué es tu alma, y menciona qué es esa existencia inmaterial e inalcanzable. Una de las especialidades evidentes de zen es la mención de palabras contradictorias tales como “es pero no es”, “no es pero es”, “yo soy tú” y “tú eres yo”… Las enseñanzas de zen no se encuentran establecidas sobre las palabras Divinas ni sobre los textos sagrados, sino que en forma especial y fuera de las enseñanzas sagradas y de mente a mente.[6] Y el yoga es un método antiguo para conocer y comprender profundamente los actos físicos y mentales que en el último siglo, por los efectos innegables de éste sobre la salud del cuerpo y el alma, fue acogido en forma mundial. Para realizar ejercicios de yoga no necesitan de medios ni herramientas especiales. Claro está el yoga es considerado también como una de las escuelas gnósticas comunes en la India, basado en el método del autocontrol y de ejercicios físicos que posee diversas ramas. Los propósitos que se siguen en el yoga corresponden a: tener un buen carácter, adquirir las leyes sociales, la paz y amistad con los demás, así como purificación de la mente y otros. Nuestra mente se encuentra constantemente en el tráfico de diversos pensamientos, decisiones y deseos personales. Por ello para reformarla necesitamos de la meditación.[7]
Al realizar un análisis sucinto respecto a la meditación, el zen y el yoga, puede concluirse que, aunque estos pueden hasta cierto punto ser beneficiosos, pero no son de fiar ni se encuentran libres de errores puesto que el mundo de la existencia es un conjunto que se encuentra interconectado, y las leyes que dominan sobre el alma del ser humano no se encuentran fuera de las leyes que dominan el mundo de la creación. Entonces las leyes que pueden ser fiables son aquellas que surgen de una fuente consciente del mundo de la creación y de la ley religiosa. Por lo tanto las órdenes que llegaron de Dios autor de la creación a través de los Profetas Divinos al ser humano, son de fiar. Entonces cuando el ser humano tiene a su disposición una fuente religiosa de confianza deberá realizar aquello que trajeron los Inmaculados (a.s.) para purificarse y realizar meditación y sentir tranquilidad interna. En la gnosis islámica fueron mencionados los mejores ascetismos para el alma y para crear un gobierno Divino dentro de ti mismo que es ese mismo acto y atención hacia lo permitido y prohibido, así como el obedecimiento absoluto de la Escuela de Ahl-Bayt (a.s.). Al igual que el Imam ‘Alî (a.s.) que es el padre de la gnosis islámica dijo: “الشریعة ریاضة النفس” –“La ley religiosa del ascetismo del alma, es decir tener religión y ser creyente son los ascetismos más elevados”.[8] Los grandes sabios tales como Avicena también presentó a la adoración como ascetismo del alma y dijo: “A través de la adoración pueden amansarse los poderes del alma, para que en el momento de poner atención en Dios no ocasionen molestias, sino que ayuden”.[9] Y la meditación legal religiosa es que tengamos cuidado del alma y que la cuidemos para que realicemos conductas que sean una inversión y un suministro para la otra vida.[10]
El gran sabio Hasan Zâdeh Âmuli a este respecto dijo: “Aquel que varios días se abstenga de comidas y actos lascivos, evite hablar cosas vanas y en demasía y, en conclusión, evite los deseos concupiscentes y los enamoramientos animales, verá que lo que demanda la existencia del alma es recibir luminosidad y alegría, y del ascetismo (adoración) y de sus efectos, luz y valor. Entonces el ascetismo concuerda con las prescripciones formativas del hombre según la lógica de la revelación
“ان هذا القرآن یهدی للتی هی اقوم” –“En verdad, este Corán guía a lo que es más auténtico…”[11], lo existencial del alma llegará al último grado de su perfección.[12]
[1]– Ridâîî Zâdih Mahmud, Habilidades de la administración del autocontrol, p.237.
[2]– Idem, pp.232-242.
[3]– Wayne Walter Dyer, Meditación.p.25.
[4]– Ídem.
[5]– Artículo, “Crítica del budismo zen desde el punto de vista del monoteísmo”, Muygan Sajâbî, pág.web Respuesta a asuntos religiosos. http://www.pasokhgoo.ir/
[6]– Ídem, según lo mencionado en la obra “¿Qué es zen?”, p.102.
[7]– Revista trimestral “Yoga-mehr”, no.2, otoño 2000.
[8]– Nâdzim Zadeh Qomi, ‘Alî en el espejo de la gnosis.
[9]–Avicena, Al-isharat wa Al-Tanbihat método 9, capítulo 3.
[10]– Tabâtabâî ‘Alâmah Muhammad Husain Al-Mîzân, t.2, p.170.
[11]– Al-Isrā’ [17:9].
[12]– El tesoro de la joya del alma, p.15.