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La envidia es espíritu de humillación e inferioridad que como resultado una persona tiene la esperanza de que otra persona que goza de una bendición deje de tenerla.
Para curar esta naturaleza se proponen las siguientes formas:
1. Reflexionar respecto a los daños que la envidia provoca sobre el espíritu y la mente, la religión y la otra Vida.
2. Fortalecer la fe en cuanto a la Esencia de Dios Todopoderoso.
3. Actuar contrario a lo que la envidia exige.
4. Suplicar e implorar a Dios que es el mejor y más efectivo método para terminar con las enfermedades espirituales y síquicas.
Para responder a la pregunta respecto a las raíces de la envidia y los métodos para su curación, es necesario saber los siguientes asuntos:
La descripción de “envidia”, diferencia entre emulación y el sentido de honor, las raíces de la aparición de la envidia, métodos para destruirla.
1. La explicación de envidia: la envidia es un espíritu de humillación e inferioridad que la persona envidiosa siente dentro de sí misma que como resultado tiene la esperanza que la bendición verdadera o imaginaria de la que otra persona goza deje de tenerla, aunque tenga o no esta bendición verdadera o imaginaria, o le llegue o no le llegue.[1]
2. Diferencia entre envidia y emulación: emulación es una mentalidad que como resultado la persona quiere tener las bendiciones y la perfección que otro tiene, sin tener la esperanza de la destrucción de otro.[2]
3. Diferencia entre envidia y sentido de honor: el sentido de honor es una espíritu que como resultado la persona desea que otro deje de tener las fealdades y maldades que tiene.[3]
4. Las raíces de la aparición de la envidia:[4]
La aparición de la envidia tiene diversos factores que cada uno por sí también pueden provocar la aparición de éstos, por ello para terminar con la envidia, puede ser difícil o fácil dependiendo del número de estos factores. A continuación mencionamos algunos de estos factores:
A) Malicia y fealdad interna: el espíritu de algunos se formó así que no pueden ver que otros gozan de fortunas materiales y espirituales.
B) Sentimiento de vacío y abyección:[5] es decir ya que sienten dentro de sí un vació y abyección no pueden ver que otros gocen de perfección y bondades.
C) Espíritu de orgullo y sentimiento de superioridad: puesto que quiere que lo alaben sólo a él y volverse famoso, desea la destrucción de los factores que existen en otros.
D) Espíritu de enemistad: puesto que enemista con la persona hacia la que siente envidia, no quiere ver los bienes ni las bellezas del otro.
5. Métodos para curar la envidia:[6]
A) Pensar en los daños que la envidia tiene sobre el espíritu y la mente: el envidioso siempre estará triste y apenado; ya que los favores Divinos respecto a otros son tanto eternos como innumerables y él se quema en ese fuego de preocupación y abatimiento.
B) Reflexionar respecto a los daños que los Inmaculados (a.s.) mencionaron para la religión y la otra Vida del envidioso, que algunos de estos corresponden a: la envidia es la plaga de la religión, termina con la fe, provoca salir de la tutoría y de la amistad de la Esencia de Dios Todopoderoso, provoca enemistad con los actos de Dios, provoca el rechazo del obedecimiento, del arrepentimiento, de la intervención, termina con las bondades y es origen de numerosos pecados.[7]
C) Fortalecimiento de la fe respecto a la Esencia de Dios Todopoderoso, de Sus atributos y actos, y el que cada riqueza, benevolencia, belleza espiritual, para el mundo y para la otra Vida que le fue dada a cada persona fue por la bendición, justicia, sabiduría y prueba de Dios, y el envidioso debe entender que si una persona carece de estos es en base a las sabidurías Divinas; tal y como para una prueba o para elevar el rango espiritual y de la otra Vida, etc.
D) Adquirir espíritu que se encuentra en contra del origen de la envidia; es decir en lugar de la fealdad interna, tenga pureza y abarcamiento interno. En lugar de tener un sentimiento de nulidad y pequeñez ante lo que los demás tienen, debe tener honor y munificencia de alma. En lugar de ser orgulloso y alabarse a sí mismo, debe querer a Dios, conocer a Dios y ser humilde, y en lugar de enemistad, debe ser amistoso con los demás.
E) Realizar actos en contra de lo que la envidia exige: en lugar de preocupación, alegría; en lugar de enojo, amabilidad; y en lugar de hablar a espaldas de otro, elogiar, en tal forma que este tipo de comportamiento continúe hasta que provoque amistad y amabilidad.
F) Hablar con la Esencia Pura de Dios y pedirle a Él, que es tanto autosuficiente y hace autosuficiente. Suplicar e implorar a Dios que es el mejor y más efectivo método para terminar con las enfermedades espirituales y síquicas; tales como la envidia. El Imâm Saÿâd (a.s.) cuando hablaba con Dios decía: “¡Dios mío, me refugio en Ti! Me refugio en Ti de cuando la avidez se vuelva tempestuosa, y cuando el enojo flamee, y cuando la envidia domine”.[8]
[1]– Imâm Jomeînî, Cuarenta Hadîces, p.105; Narâqî Ahmad, Mi’râÿ Al-Sa’âdah, p.347; Gazâlî, Alquimia de la felicidad, t.2, p.126.
[2]– Mi’râÿ Al-Sa’âdah, p.347. Respecto al valor de la emulación recurrir a los libros de moral y de Exégesis del Corán a continuación de la aleya Al-Muťaffifīn (83:26); Al-Ĥadīd (57:21) y Al-Mā’ida (5:48).
[3]– Ídem.
[4]– Alquimia de la Felicidad y Ascensión de la Felicidad, debate de la envidia
[5]– El Imâm Jomeînî considera a la envidia esta misma mentalidad y abyección de sí mismo. Cuarenta Hadices, t.107.
[6]– Todos estos métodos y otros más se han mencionado bajo este mismo título u otros títulos en estos mismos libros morales mencionados y otros libros no mencionados.
[7]– Para más información recurrir a: Kâfî t.2, p.307; Wasâ’il Al-Shî’ah, t.15, p.366; Mustadrak Al-Wasâ’il, t.12, p.20; Kîmîaî Sa’âdat wa Mi’râÿ Sa’âdah, debate: la envidia.
[8]– Sahîfa Saÿâdîah, p.56.