Las necesidades de la humanidad se encuentran en dos aspectos: materiales y espirituales. Cada persona o grupo considerando el poder y la capacidad de sí misma elige una de estas dos alternativas, e investigando y esforzándose en ese campo lucha por servir a la sociedad humana.

Tal y como saben, en la división de las ciencias desde la perspectiva de rango y nivel, el primer rango pertenece a las ciencias divinas, y las ciencias divinas son esas mismas ciencias que comúnmente se imparten en las Universidades de Ciencias Religiosas. Después de éstas toca el turno a las demás ciencias.

Según nuestra opinión los trabajos de los religiosos, de los profesores de universidad y de los maestros son mucho más superiores que los servicios que sólo tienen una función material (aunque su trabajo tiene también su valor), puesto que las necesidades espirituales, psíquicas e inmateriales de los seres humanos tienen primacía a las necesidades materiales de ellos. Si una sociedad ha avanzado grandemente desde el aspecto material, pero desde el aspecto moral y espiritual se encuentre en un nivel bajo, ésta carece de valor. Muchas veces sus resultados materiales en lugar de ser ganancias para la sociedad son también un riesgo. Claro está nosotros aquí no queremos decir que las ciencias experimentales ni que las ciencias naturales son imperfectas, sino que el tipo de trabajo de los sabios religiosos y de los científicos es diferente, y el juicio también deberá tener proporción con el tipo de su trabajo. Tal y como saben los Profetas vinieron para curar las enfermedades espirituales de la gente: “El gran Profeta es un médico ambulante que preparó ungüentos y medios curativos para que en cualquier lugar que encuentre almas ciegas y espíritus sordos comience a curarlas, y salve a la gente enferma de la muerte y de la caída espiritual”.[1]

El Generoso Corán a este respecto dice:

"وَ مَنْ أَحْیاها فَكَأَنَّما أَحْیا النَّاسَ جَمِیعاً" –“a quien le salvase (le devuelvas la vida es) como quien salva (devuelve la vida) a toda la humanidad”[2], es decir aquel que regrese la vida a un persona es como alguien que le regresó la vida a toda la gente.

El propósito de “revivir” a una persona en esta aleya no es “devolverle la vida” o “hacer que reviva una persona muerta”, sino que el propósito de ésta es algo que entre los intelectuales es comúnmente considerado devolver la vida. Los intelectuales cuando un médico cura a un enfermo o cuando un socorrista salva a alguien que se estaba ahogando, o una persona salva a un preso del enemigo dicen, fulano le devolvió la vida (o salvó) a tal persona” (o dicen él debe su vida a quien se la devolvió).

Dios Sublime también en Sus generosas palabras tiene este tipo de explicaciones, por ejemplo guiar hacia la verdad lo consideró devolver la vida y Dice:

"أَ وَ مَنْ كانَ مَیتاً فَأَحْییناهُ وَ جَعَلْنا لَهُ نُوراً یمْشِی بِهِ فِی النَّاسِ" –“ ¿Acaso quien estaba muerto y Nosotros le dimos la vida y pusimos para él una luz con la que caminar entre la gente…?”[3] Entonces según lo que ordena esta aleya alguien que guía a un descarriado hacia la fe, le devolvió la vida.[4]

Si es así como fue planteado en la pregunta, entonces habrá que deducir que el padre y la madre que educaron en buena forma a sus hijos, los maestros y profesores de la Universidad también que están relacionados con las ciencias humanas, no realizaron un acto beneficioso para la sociedad. Y los trabajos útiles los realizaron sólo aquellos que en el aspecto material pudieron producir un efecto. Pero definitivamente este tipo de juicio es incorrecto.

Por lo tanto las labores de los religiosos deberán ser valoradas y analizadas en la misma dirección que su misión, no en la forma en que algunos juzgan que en caso de que sea así (me refugio en Dios) habrá que decir que los Profetas Divinos, los Inmaculados Imames, los sabios religiosos y grandes místicos tampoco presentaron a la gente un servicio positivo y digno de ser considerado.