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La mayoría de los historiadores, cronistas de hadices y exegetas shi’ítas y sunitas, sostienen que el motivo de la revelación de un número de las aleyas de la sura Al-Insān como por ejemplo la aleya: “Y Alimentaron…” fueron la familia del Mensajero de Dios (s.a.w.) es decir el Imam ‘Alî (a.s.), Fátima (s.), Hasan y Husayn (a.s.). Esta aleya fue revelada el mes de Dul l-hayya después de haber realizado la ofrenda que el Imam ‘Alî (a.s.) y la honorable Fátima Zahra (s.) habían prometido por la curación de Hasan y Husayn (a.s.).
Ibn ‘Abbâs a este respecto dijo: “El Imam Hasan y el Imam Husayn (a.s.) estaban muy enfermos al grado en que todos los Compañeros Cercanos del Profeta fueron a visitarlos, entre quienes se encontraban Abû Bakr y ‘Umar también presentes. Dijeron: “¡Oh, Abu Al-Hasan! Hubiese sido mejor que ofrecieras algo por Dios”. ‘Alî (a.s.) respondió: “Ofrezco que si Dios cura a los dos nietos de Su Profeta (s.a.w.) ayunaré durante tres días”. Fátima (s.) escuchó esto y dijo: “Yo también asumo por Dios lo mismo que tú dijiste”. Hasan y Husayn (a.s.) al escuchar esto dijeron: “¡Oh, padre nosotros también asumimos por Dios lo mismo que tú dijiste”. Dios los curó, y para cumplir con su ofrenda ayunaron durante tres días. El primer día en el momento de romper el ayuno un poco de pan que habían preparado, lo dieron a un necesitado que tocó a la puerta y pidió comida. El segundo día lo dieron a un huérfano y el tercer día a un preso. En esta forma durante tres días sólo ayunaron con agua. Fue entonces cuando esta aleya descendió”.
La mayoría de los historiadores, cronistas de hadices y exegetas shi’ítas y sunitas[1], sostienen que un número de las aleyas de la sura Al-Insān como por ejemplo la aleya: “Y Alimentaron…” fue revelada por el motivo de la familia del Mensajero de Dios (s.a.w.) es decir el Imam ‘Alî (a.s.), Fátima (s.), Hasan y Husayn (a.s.). Esta aleya fue revelada el mes de Dul l-hayya después de haber realizado la ofrenda que el Imam ‘Alî (a.s.) y la honorable Fátima Zahra (s.) habían prometido por la curación de Hasan y Husayn (a.s.).
Existen dos narraciones respecto a la forma en que se realizó la ofrenda y la forma en que la familia del Profeta (s.a.w.) alimentó al necesitado, al huérfano y al preso.
Una, narración famosa:
Ibn ‘Abbâs respecto a la aleya “Y alimentaron…”[2] dijo: “El Imam Hasan y el Imam Husayn (a.s.) estaban muy enfermos al grado en que todos los Compañeros Cercanos del Profeta fueron. Entre ellos se encontraban también Abû Bakr y ‘Umar. Dijeron: “¡Oh, Abu Al-Hasan! Hubiese sido mejor que ofrecieras algo por Dios”. ‘Alî (a.s.) respondió: “Ofrezco que si Dios cura a los dos nietos de Su Profeta (s.a.w.) ayunaré durante tres días”. Fátima (s.) escuchó esto y dijo: “Yo también asumo por Dios lo mismo que tú dijiste”. Hasan y Husayn (a.s.) al escuchar esto dijeron: “¡Oh, padre nosotros también asumimos por Dios lo mismo que tú dijiste”. Dios los curó, y para cumplir con su ofrenda ayunaron durante tres días.[3] Después de que el Imam Hasan y el Imam Husayn (a.s.) se recuperaron, el Imam ‘Alî (a.s.) fue a visitar a Sham’un el judío que vivía en las cercanías de su casa. Sham’un le dio un poco de lana para que la hilaran y en pago le entregó tres mesuras de cebada. La honorable Fátima (s.) molió la cebada, y horneó 5 panes para el desayuno de 5 personas.[4] Cuando el Imam ‘Alî (a.s.) llegó a casa después de la oración del ocaso para romper el ayuno, todavía no alargaba su brazo para tomar el pan, cuando desde la puerta de la casa un necesitado en voz alta dijo: “Soy un necesitado de los necesitados de los musulmanes, dadme de comer. Qué Dios los sacie con los alimentos del Paraíso”. El Imam ‘Alî (a.s.) dio su pan al necesitado. Fátima (s.), Hasan, Husayn y también Fiddah lo imitaron y entregaron sus panes al necesitado, ayunando sólo con agua. El segundo día ayunaron; en la misma forma que lo había hecho el día anterior Fátima (s.) horneó 5 piezas de pan para romper el ayuno. En el momento de desayunar desde la puerta de la casa se escuchó una voz que decía: “¡Saludos sean para vos, oh, familia del Profeta, y fuente del mensaje! Soy un huérfano de los huérfanos musulmanes, dadme comida”. Esa noche todos dieron su pan al huérfano y desayunaron con agua. El tercer día ayunaron nuevamente, a la hora del rompimiento del ayuno se escuchó una voz desde la puerta de la casa que “¡Yo soy un preso de entre los pesos! Tengo hambre. Dadme comida”.[5] Nuevamente todos (las cinco personas) al igual que lo habían hecho antes entregaron sus panes al hambriento, y hambrientos aguantaron.
El cuarto día el Imam ‘Alî (a.s.) tomando las manos de Hasan y Husayn (a.s.) mientras temblaban por debilidad los llevó ante el Profeta de Dios (s.a.w.). Cuando el Profeta (s.a.w.) los vio se preocupó por ellos. Dijo levántense, vamos a la habitación de Fátima Zahra (s.). Entraron y encontraron a Fátima (s.) en el mihrab o nicho donde acostumbraba a orar, temblaba de hambre, había adelgazado y le habían salido ojeras. Cuando el Profeta de Dios vio el estado en que se encontraba su familia levantó las manos y suplícate pidió a Dios ayuda, dijo: “¡Dios mío mi familia está muriendo de hambre!” Gabriel descendió trayendo las aleyas desde:
"یوفُونَ بِالنَّذْرِ" – “Fueron leales en sus promesas…”, hasta donde dice:
"إِنَّ هذا كانَ لَكُمْ جَزاءً وَ كانَ سَعْیكُمْ مَشْكُوراً" –“ En verdad, ésta es vuestra recompensa. Vuestro esfuerzo ha sido apreciado”.[6]-[7]
Dos, narración no famosa:
Otra narración es esta que la honorable Fátima Zahra (s.) había preparado un poco de alimentos para romper el ayuno, cuando llegó la hora, un necesitado se presentó y pidió comida; ‘Alî (a.s.) entregó una tercera parte al necesitado. Después se presentó un huérfano y entregó una tercera parte a éste. Luego llego el preso y el resto de la comida se la dieron a él. Estos tres sucesos ocurrieron en una misma noche y la comida fue dividida en tres partes y las tres partes fueron dadas a ellos, mientras que el Imam ‘Alî (a.s.) y su familia rompieron el ayuno con agua. Aquí fue cuando descendió esta aleya: “En verdad, ésta es vuestra recompensa. Vuestro esfuerzo ha sido apreciado”.
Es digno de recordar que estos valiosos favores y recompensas son el resultado de los esfuerzos, perseverancias y autoformaciones, asunto que incluye también a todos los creyentes que puedan en esta forma con sinceridad, sólo y únicamente actuar así por Dios, y sus esfuerzos y perseverancias quedarán protegidos ante Dios.[8]
Por lo tanto según la opinión de la mayoría de los sabios shías y sunitas estas aleyas fueron descendidas en motivo de la familia del Profeta (s.a.w.), es decir el Imam ‘Alî (a.s.), Fátima Zahra’ (s.), Hasan (a.s.) y Husayn (a.s.), y el tiempo de su descenso fue el mes de Dh l-hayya, después de haber pagado la ofrenda que el Imam ‘Alî (a.s.) y la honorable Zahra’ (s.) habían hecho por la curación de Hasan y Husayn (a.s.).
[1]– Recurrir a: Tabarsî, Maÿma’ Al-Baîân fi Tafsîr Al-Qurân, t.26, pp.147-148.
[2]– Al-Insān [76:8].
[3]– Ÿa’farî Ia’qub, La imagen del Imam ‘Alî (a.s.) en el Corán, p.364.
[4]– Según una narración dice que Fiddah también prometió la ofrenda al igual que ellos.
[5]– En el motivo de la revelación de la aleya dice que un hombre preso en el momento del rompimiento del ayuno llegó a la casa de ‘Alî (a.s.), tal vez se realice esta pregunta que ¿acaso los presos no se encontraban en la prisión? En respuesta debemos decir que según lo registrado en la historia, en la época del Profeta (s.a.w.) no existían cárceles en absoluto y el Profeta (s.a.w) dividía a los presos, los entregaba a los musulmanes y decía: “Cuídenlo, trátenlo bien”. Y cuando no contaban con las posibilidades para alimentarlos, pedían ayuda a los demás musulmanes para los alimentos de los presos, y los enviaban (ya fuese acompañándolos e incluso los enviaban solos)en busca de los demás musulmanes para que les ayudasen. Ya que en esa época los musulmanes se encontraban en una situación muy necesitada. Claro está después de que el gobierno islámico se expandió y el número de presos aumentó e incluso los culpables incrementaron, fue cuando existió la cárcel, y los alimentos de los presos y culpables fueron pagados por el gobierno.
Makârim Shîrâzî Nasir, Exegesis Nemunah, t.25, p.354.
[6]– Al-Insān [76:7 a 22].
[7]– Amin Seyede Nusrat, Majzan Al-‘Irfân fi Tafsîr Al-Qurân, t.14, pp.238-239.
[8]– Recurrir a: Maÿlisî Muhammad Bâqir, Bihâr Al-Anwâr, t.35, p.243.